Carta de Aguas Andinas y respuesta de Ciper
05.07.2016
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05.07.2016
Señora directora
Ciper Chile
Mónica González
Me dirijo a usted a propósito del artículo publicado sobre la rotura de la matriz de Providencia. Sobre el mismo, creo necesario aclarar algunas afirmaciones realizadas en el reportaje que pueden llevar a interpretaciones equivocadas. La primera tiene relación con la duda que plantea el reportaje sobre si el pago que realizan los clientes de Aguas Andinas por el concepto de reposición de redes efectivamente se está invirtiendo para ese fin y, la segunda, con el cuestionamiento a la diligencia con la que actuó la compañía en la búsqueda de la filtración en el Museo de los Tajamares.
Respecto de la primera afirmación, nos gustaría aclarar que la tarifa que pagan los clientes de Aguas Andinas, la que por cierto está entre las más bajas de Chile y de los países de la OCDE (Informe Gestión de Sector Sanitario de la SISS 2014; The International Benchmarking Network for Water and Sanitation Utilities 2015), incluye una serie de contraprestaciones que requieren de un volumen de inversión que en el período 2000 – 2015 ascendió a US$ 2.300 millones y sólo en 2015, a US$185 millones. El año pasado, cerca del 21% de la inversión anual se destinó a la distribución de agua potable, que abarca la mantención, renovación de las redes y todo lo necesario para llevar este servicio a dos millones de hogares. Asimismo, Aguas Andinas no sólo cumple a cabalidad con el Plan de Desarrollo de la SISS (en noviembre de 2009) sino que en forma adicional cuenta con una metodología de reposición propia, que monitorea una serie de variables que redundan en mayores compromisos de inversión en redes de distribución. Junto con ello, realiza una gestión operativa que ha permitido en su red de 15.000 kilómetros de agua potable, reducir la tasa de roturas a 7,9 roturas por 100 km, nuevamente, entre las más bajas del mundo.
Si la empresa no realizara las inversiones antes mencionadas, tanto en las redes como en el sistema de agua potable en su conjunto, no sería posible entregar un servicio con una continuidad del 99,9%, muy bien evaluado por el regulador, tal como consta en el Informe de Gestión de la SISS 2014.
Respecto de la diligencia en la búsqueda de la filtración del Museo de los Tajamares, desde el primer día en que la empresa fue notificada, se iniciaron los trabajos de búsqueda de esta filtración bajo superficie, no visible, con tecnologías acústicas que son las que se utilizan en todo el mundo para estos fines. Al no ser suficientes, la compañía solicitó autorización a las autoridades de salud para realizar un piloto de detección de fugas con gas helio. ¿Por qué seguimos estos pasos? Porque sin saber el punto específico de la filtración, la alternativa era cerrar la avenida Providencia y comenzar a romper el pavimento hasta dar con la fuga con todo el impacto que conlleva.
Lamentamos profundamente lo ocurrido, pero las roturas son incidencias que pasan en Chile y en el mundo. Por eso, junto con hacer nuestros mejores esfuerzos por minimizar estos eventos, cuando ocurren nuestra posición siempre ha sido la de no eludir las responsabilidades que nos puedan corresponder. Este caso no fue la excepción. Desplegamos todos los recursos disponibles, en primer lugar, para asistir a los vecinos afectados directamente, invertimos más de 450 millones de pesos en la repavimentación de la Avenida Providencia y lo hicimos en un tiempo récor, trabajando 24 horas en jornada doble, haciendo posible la entrega 5 días antes del plazo programado. Asimismo, desde el primer momento nos pusimos en contacto con el Metro y la Ilustre Municipalidad de Providencia para abordar el tema de los daños.
Pese a los esfuerzos que destinamos a la prevención, no existen sistemas infalibles, y por eso, cuando enfrentamos una emergencia, nuestra principal preocupación es responder, mitigar y sobre todo asistir a quienes fueron impactados.
Sin otro particular, saluda atentamente a usted,
Anita Olate
Gerente corporativa de Comunicaciones, Asuntos Corporativos y Sustentabilidad
RESPUESTA DE CIPER A AGUAS ANDINAS
El primer hecho cierto que CIPER identificó en su reportaje “Aguas Andinas: rotura en Providencia desnuda graves fallas del modelo de regulación” (20 de junio de 2016) es que los clientes de las sanitarias pagan mensualmente en la tarifa una cuota destinada a que estas empresas realicen la reposición de la red de agua potable a medida que las cañerías se acercan al final de su vida útil, la que se estima en 50 años. En el caso de Aguas Andinas esa cuota asciende a $323 mensuales para una boleta de 15 metros cúbicos de consumo, lo que si se multiplica por los clientes que esa sanitaria tiene en Santiago (1.768.892 entre hogares y empresas), arroja US$ 10 millones anuales.
A continuación, CIPER expuso en el reportaje que existe la sospecha de que Aguas Andinas y otras sanitarias no invierten la totalidad de ese dinero que pagan sus clientes en reposición de la red y que la cuota no utilizada se transforma en utilidades para la empresa. Esta sospecha no salió de la mente de los periodistas de CIPER, sino que fue fundamentada en declaraciones que hizo a CIPER la ex titular de la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), Magaly Espinosa; a lo que se agregan afirmaciones del mismo tenor (y reproducidas en el reportaje en cuestión) del presidente de la Federación de Sindicatos de las Empresas Sanitarias, Hugo Maturana, y el testimonio de la asociación de funcionarios de la SISS ante la Comisión Especial Investigadora de la Cámara de Diputados sobre el desempeño de la SISS en la IV Región, todo lo cual quedó plasmado en las conclusiones de dicha comisión (ver Conclusiones del informe de la Comisión Especial).
Con posterioridad a la publicación del reportaje de CIPER, el nuevo superintendente de la SISS, Ronaldo Bruna, concedió una entrevista al diario El Mercurio (2 de julio de 2016) en la que reafirmó esas mismas sospechas. Al describir sus «grandes preocupaciones», Bruna expresó que una de ellas es la reposición de infraestructura: «Creo que las empresas están al debe. Si se mira cuál es el stock de redes de las sanitarias de agua potable, hay 40 mil kilómetros. En 2014 en ese ítem se renovaron solo 160 km. ¿Cuánto tiempo demorarían a esa misma tasa en reponer toda la red? La respuesta en caso del agua potable es de 250 años».
En el reportaje en cuestión, CIPER hizo el mismo ejercicio que el superintendente Bruna e informó que en 2014 Aguas Andinas repuso 26 kilómetros de su red de 11 mil kilómetros, solo el 0,22% de cañerías y matrices. A ese ritmo demoraría 454 años en reponer toda su red.
Durante el desarrollo de la investigación del reportaje citado, Aguas Andinas informó por escrito a CIPER que en 2015 destinó US$39 millones a la mantención de la red, renovación y «todo lo necesario para llevar este servicio a dos millones de hogares», cifra que fue consignada en el reportaje. Sin embargo, en ese escrito la empresa no desglosó el monto específico que gastó en la reposición de la red, e incurre en la misma omisión en la carta que ahora envía a CIPER.
El superintendente Ronaldo Bruna afirmó en su entrevista con El Mercurio que las inversiones de las sanitarias privilegian servicios adicionales, por ejemplo, una nueva planta de tratamiento de aguas servidas, porque eso les permite cobrar un monto adicional en las tarifas. «Pero veo un grado de falencia en la reposición de infraestructura», enfatizó.
Aguas Andinas destaca en la carta enviada a CIPER su baja tasa de roturas de cañería (7,9 por cada 100 kilómetros de red), antecedente que también fue informado en el reportaje de CIPER, pero nada señala sobre el alto volumen de «agua potable no facturada» de la compañía. El 30,5% del agua que produce Aguas Andinas no puede ser cobrada, ya que en su mayor parte se pierde por roturas o fisuras en la red y sistemas de producción (ver Informe de Gestión de la SISS).
Finalmente, CIPER cree necesario insistir en la urgencia de revisar la regulación a que están sujetas las empresas sanitarias en el país. Y ello, por la reiteración de los problemas que en el último tiempo ha experimentado Aguas Andinas y otras sanitarias, los que han afectado gravemente la vida de los habitantes de Santiago y también de Valparaíso. Como se sabe, el pasado 22 de junio la rotura de una matriz de agua potable de la empresa Esval en el Cerro Polanco de Valparaíso, inundó la avenida Argentina y alrededores provocando un caos similar al que se vivió en Santiago el 9 de junio.
Mónica González
Directora de CIPER