La urgencia de contar con una política nacional de prevención del abuso sexual infantil
08.06.2016
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08.06.2016
El abuso sexual infantil es un tema que ha aparecido cada vez más a nivel social, como una problemática de gran prevalencia y gravedad. Este delito fue por muchos años ocultado y minimizado por los mismos agresores, amparados en prohibiciones sociales que cuidaban del “recato”, del silencio, al alero de leyes que no se inmiscuían en temas que consideraban del ámbito privado, dado que ocurrían al interior de las familias. Sin embargo, en la actualidad, las víctimas de delitos sexuales poco a poco han comenzado a adquirir el valor necesario para gritar su verdad.
Una de estas víctimas es Natalia Silva, que en su novela gráfica “No abuses de este libro”, relata una parte de su propia historia como víctima sistemática de abuso sexual en su niñez. Es su forma de “expiación”, su manera de “hacer justicia”, dice la autora, mostrando que a través de los traumas infantiles y del dolor se puede crear, transformando la oscuridad de las experiencias de sufrimiento en luz para sí misma y para otras personas víctimas de este tipo de vulneración.
Escribir, pintar, hablar y cualquier otra manera de expresión, es un camino útil en la elaboración y el procesamiento de una experiencia que puede ser tan traumática que deja a las víctimas sin palabras y sin confianza, especialmente cuando el victimario pertenece al entorno cercano, muchas veces a la misma familia. Las estadísticas del Ministerio Publico de Chile (2012) indican que en el 62,26% de los casos el abusador es una persona conocida por la víctima y sólo en un 37,74% el victimario es un desconocido. Así mismo un estudio realizado por UNICEF (2012) concluye que los agresores son principalmente conocidos de la víctima (45,6%), familiares (39,9%) y en tercer lugar los desconocidos (14,5%).
La prevención e intervención temprana en las víctimas es fundamental si consideramos que los efectos (…) pueden ser devastadores en la configuración de la identidad de las víctimas, ocasionando: depresión, conductas autodestructivas y trastornos de personalidad, entre otros
De esta manera, este delito tiene una gran complejidad desde el ámbito legal, familiar, social y psicológico, especialmente cuando ocurre en el entorno cercano del niño o niña, cuando se vulnera y transgreden los lazos de confianza y seguridad. Las víctimas en estos contextos intentan lidiar con su padecer y sus vivencias de vulneración de distintas formas. Para Natalia Silva, el desahogo por medio de su obra fue el camino por el que optó: escribir su experiencia. Esto además puede proporcionar ayuda a otras víctimas de abuso sexual, ya que leer y leerse en esta novela les permite cruzar más acompañadas la ruta hacia la reparación, superación o el perdón de sí misma y del agresor.
Pero… ¿por qué la víctima debería perdonarse a sí misma? Porque las víctimas generalmente se sienten culpables de lo que les sucedió, aunque no lo sean. Así, buscan desesperadamente una manera de comprender el abuso sexual, se preguntan una y otra vez qué pudieron haber hecho o qué pudieron haber evitado, para no ser una más de las tantas víctimas de este grave maltrato infantil. Por lo mismo, el hecho de que el entorno, familia y medios de comunicación culpabilicen a las víctimas o minimicen los hechos, claramente no ayuda en el proceso de superación, sino que por el contrario, aumenta la victimización ocasionando lo que se denomina como “victimización secundaria”.
En este escenario, la prevención e intervención temprana en las víctimas de abuso sexual infantil es fundamental si consideramos que los efectos de esta vulneración, especialmente en los casos que ocurren a nivel intrafamiliar, pueden ser devastadores en la configuración de la identidad de las víctimas, ocasionando: depresión, conductas autodestructivas y trastornos de personalidad, entre otros efectos.
En virtud de lo anterior, se requiere de la creación de una Política Nacional de prevención del abuso sexual infantil, que tengan como uno de sus propósitos el orientar e informar a los niños, niñas y adolescentes en estos temas. Así, una de las vías para disminuir la prevalencia del abuso sexual es a través de la educación de la población y de la desmitificación de los prejuicios que pudieran existir. Para esto debemos tomar en cuenta que el abuso sexual infantil es un fenómeno multicausal y complejo, en el que todos somos responsables como sociedad, más allá de apuntar con el dedo a los culpables y de patologizar al victimario, quien no necesariamente padece de algún trastorno, fuera de vivir en una sociedad patriarcal, violenta y desigual.
Para prevenir, el llamado es a escuchar a las víctimas como Natalia Silva, es a involucrarnos como sociedad bajo una mirada holística y responsable, con la finalidad de aportar en la prevención y disminución de este tipo de vulneración que tanto sufrimiento acarrea a sus víctimas y familiares.