Pobreza y protección de menores: La cruda realidad
09.08.2013
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09.08.2013
A propósito del bullado caso sobre la investigación del Poder Judicial en conjunto con Unicef, el rol de SENAME en la protección de la infancia y los infaltables “vampiros” políticos e ideológicos que desde sus sitiales de honorables y de investigadores/académicos, rasgan vestiduras, se escandalizan y piden guillotina para el SENAME, los jueces, los hogares, quiero expresar mi opinión y conocimiento personal al respecto, ya que creo que la falta de información, la idealización y demonización de los actores, no va en beneficio de los niños, niñas y adolescentes de nuestro país.
Yo trabajo en protección de la infancia desde el año 2001, cuando conocí a Alceste Piergiovanni, Padre Pier, quien me invitó a trabajar en el hogar de niños de Quinta de Tilcoco. En ese tiempo, dada mi juventud y disposición, pude conocer la realidad de los niños bajo medida de protección, no sólo desde la perspectiva de mi trabajo (tramitando protecciones, susceptibilidad de adopción y adopciones), sino desde el contacto directo y diario con los niños, sumado al trabajo que con muchos de mis colegas – y cuando digo colegas no me refiero a abogados como yo, sino a Asistentes sociales y psicólogos – , como en un circo pobre hacíamos para contribuir con el hogar y los niños. Desde entonces, la realidad de los hogares no ha variado mucho, quizás la infraestructura, quizás el acceso a mejores condiciones básicas ha mejorado, pero en esencia, la mayoría de los hogares de nuestro país siguen funcionando como circo pobre. Porque las lucas no alcanzan. Porque la subvención no es suficiente. Porque a los honorables no les interesa legislar urgentemente sobre la protección de niños y adolescentes. Porque los niños y adolescentes no votan, no hacen marchas, no aparecen en las noticias. Porque a nadie le importa que la cifra de femicidios en nuestro país, sea igual a la cantidad de niños que mueren asesinados.
Pero cuando se trata de echar leña al fuego, cuando se trata de salir en las noticias, tenemos prensa, tenemos portadas, porque “los niños son sacados de sus hogares por pobreza”. Discúlpenme que se los diga, pero si los niños en Chile fueran sacados de sus hogares por pobreza y llevados a un hogar de protección, sólo con el ánimo de discriminar a sus padres, es que existimos miles de ineptos que trabajamos en infancia totalmente perdidos de la realidad. De acuerdo a lo anterior, y valiéndome de mi conocimiento empírico del tema, trataré de explicar esa “pobreza” que hace que inocentes niños sean despojados de uno de sus derechos más esenciales, como es vivir y crecer en familia, tratando de seguir la hipótesis planteada de que la pobreza es la causa de la institucionalización (permanencia de los niños en hogares). Entonces:
Pobreza vendría siendo que un niño o niña al momento de nacer, diera positivo para marihuana, pasta base y cocaína, y presentara síndrome de abstinencia en sus primeras horas de vida.
Pobreza sería que ese mismo niño o niña, diera positivo para VDRL (sífilis) y/o gonorrea, y deba ser tratado con antibióticos en sus primera horas de vida, porque su mamá nunca fue a control del embarazo.
Pobreza sería que una niñita de 9 meses llegue con sus caderas dislocadas porque fue violada por su padre, pareja de la madre y/o tío, abuelo o primo. La madre salía a carretear mientras esto pasaba.
Pobreza sería que una bebé, a quien su madre dice amar y adorar por ser lo más importante en su vida, esté en abandono durante 6 meses, porque en seis meses, nunca tuvo $ 1180 para la micro e ir al hogar. Pero sí tuvo para comprar pasta base o marihuana, y cuando la fueron a visitar desde el hogar, la encontraron a mediodía durmiendo y aun drogada.
Pobreza sería que una niña de 2 años y medio, presente fractura de fémur, porque la pareja de su madre, se enojó ya que la niña pasó a llevar al hijo que en común. La madre lo ocultó porque la niña tenía la pierna morada y en el Hospital le podrían preguntar qué le pasó.
Pobreza sería entonces, que una niña de 7 años, se quede durante la noche a cargo de sus 3 hermanos menores, incluido un lactante al que muda y alimenta, mientras su madre salió con sus amigos.
Pobreza es que a un niño de 9 años, lo viole la ex pareja de la madre, cuando ésta lo mandó a las 2 de la madrugada a pedirle plata.
Pobreza sería que un niño naciera en la cárcel, y en una salida dominical de la madre, lo encontraran en una esquina en brazos de esa misma madre borracha.
Y así podría seguir con muchísimos más ejemplos, de esta supuesta pobreza que hace que un niño llegue a un hogar en nuestro país. Ahora, si la pobreza es la que hace que permanezca en un hogar, 6 meses, 3 años o hasta su mayoría de edad, entenderemos por pobreza que:
– Nadie le visita. Cuando se le pregunta a la madre, padre o parientes, las excusas normales son de este tenor: me da pena verlo en un hogar, me da pena que me vea triste, no tengo plata para la micro, no sé llegar allá, para qué lo voy a ver si está bien.
– Cuando a los padres les ordenan y envían a realizar terapia de habilidades parentales, para superar adicciones, para tratar algún trastorno mental, no vayan.
– Que después de que el tribunal, la Oficina de Protección de Derechos (OPD) o el hogar le ha dicho “vaya y consiga trabajo”, “tenga un lugar limpio y adecuado para que vivan sus hijos”, el tiempo pasa y esa madre, ese padre no hacen nada para superar su situación inicial. En este caso pobreza, vendría ser tener la casa sucia, desordenada, llena de moscas y basura.
– Que su madre o padre esté cumpliendo condena mientras el hijo está en un hogar, y que ese padre o esa madre, ni siquiera sea capaz de mantener buena conducta para obtener beneficios y poder visitarlo.
Así, por pobreza deberíamos entender entonces la negligencia, el desinterés, la falta de concretización, la cosificación del niño.
No todos los niños que ingresan y permanecen en el sistema proteccional, es por las razones antes señaladas, pero no hay niño que esté en un hogar, que haya sido separado de su familia sólo porque pobreza. A los hogares llegan los niños que no tienen alguien más que se pueda hacer cargo, o si existe alguien más, no está en condiciones o habilitado para hacerlo, porque si tu hija es drogadicta ¿Cómo abuela no te harás cargo de tu nieta? Si tu hermana está cumpliendo condena ¿no puedes llevar a su hijo a tu casa? La respuesta parece obvia, pero no siempre es así. Muchas veces, existiendo personas en la red familiar que podrían hacerse cargo del niño, estas personas simplemente no quieren. Otras veces no pueden, o no deben, porque si tú madre escondiste el abuso, las lesiones de tu hijo, convirtiéndote en cómplice de tu marido, conviviente, padre o hermano, agregando que tu madre o la madre de él, o sus esposa, no creen en el relato de tu hijo, ¿es posible que ese niño sea protegido en un contexto en que ni siquiera existe incondicionalidad? ¿te parece lógico que ese niño permanezca ahí?
Cuando hablamos de protección no hablamos exclusivamente de pobreza, que sin duda está presente en la mayoría de los casos, pero centrarnos en la pobreza y atribuirle la responsabilidad de que los niños permanezcan institucionalizados, es un análisis demasiado simplista para un tema tan complejo como éste.
Ahora, cuando hablamos de adopción, no se trata de quitarle un hijo a una madre, a un padre o a una familia. La adopción se trata de que ese niño, esa niña, tenga la oportunidad de desarrollarse plenamente en un contexto sano y afectivo. Cuando un niño o niña es declarado susceptible de ser adoptado, no estamos diciendo, si se va en adopción tendrá una casa linda, irá a un buen colegio. Estamos diciendo, si este niño sigue como está, crecerá en un hogar hasta que sea adulto o si vuelve con su familia de origen, creemos que existe un riesgo cierto de que sea vulnerado. Cuando un juez da lugar a una susceptibilidad, es porque ese padre, esa madre, esa red familiar, está inhabilitada moralmente, lo que en términos concretos significa que si el niño ha llegado donde está, es porque la consideración por ese niño, no ha sido suficiente para cuidarlo y protegerlo, es porque la falta de amor por ese niño, no ha permitido que sus padres se motiven lo suficiente para visitarlo, para rehabilitarse, para pensar en lo mejor para el niño, antes que en si mismos.
Los casos ejemplificados aquí, son el tipo de casos de niños, que posteriormente son declarados susceptibles de ser adoptados, donde la inhabilidad moral fundamentalmente, es la base para que un tribunal decida que ese niño, debe ser restituido en un derecho tan esencial como la vida misma, y que es ser amado, cuidado y protegido como alguien único y precioso.
Lorena Calquin Pavez es abogada experta en adopción. Licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile, actualmente coordina el área legal del programa de adopción de la Fundación Mi Casa.