Legua Emergencia: voces blancas para una esperanza
11.04.2011
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11.04.2011
Cuando llegamos a la Legua Emergencia en el 2001, e iniciamos el diagnóstico para diseñar nuestro trabajo, lo primero que nos impactó – aparte de las balaceras por supuesto, que ocurrían todos los días y todo el día- fueron las características del hábitat y en particular la inhabitabilidad de la mayoría de las viviendas. Un grupo de profesores y alumnos de Arquitectura, diseñaron soluciones habitacionales y modelaron estrategias para el proceso de construcción que no se pudieron implementar. No es fácil la solución habitacional, el mayor problema es el metraje de los sitios que está bajo el estándar requerido para acceder a algún tipo de subsidio estatal. Antes que nosotros, otros ya habían pensado y diseñado la única solución posible: construcción en altura, pero esa solución no les gustó a sus habitantes. Nuestros modelos les gustaron más, pero no encontramos caminos viables para hacerlos realidad.
Como somos un grupo que no se rinde, remodelamos unas salas que el Municipio facilitó y las convertimos en la primera Sala Cuna de la Legua Emergencia, que bajo la administración de Integra tomó el nombre de un sacerdote querido por el barrio: Mariano Puga. Fue nuestro pequeño aporte a la mejora del hábitat. La reconstrucción de las viviendas tendrá que esperar hasta que alguna autoridad tenga la audacia para establecer los mecanismos legales que la hagan posible. En esta década, no hemos podido contribuir a mejorar el hábitat como queríamos, pero si hemos podido acompañar la construcción de muchas vidas. En la inauguración de la Sala Cuna, a fines del 2006, el Padre Gerard Ouisse preguntó si en cinco años las cosas mejorarían para la Legua Emergencia, nosotros apostamos a 20 para hacer un quiebre intergeneracional.
De Zárate, de Catalina, de Colchero, de allí, de todos los pasajes – donde el imaginario colectivo ha situado el mal – se fueron sumando niños y niñas, fueron siguiendo el dulce sonido de la flauta, era el tutor quien les llamaba, y ellos sabían que era la hora del coro. Al llegar al Centro Comunitario de la Legua, les esperaba el Director del coro para iniciar el trabajo. Estuvieron inquietos, se demoran en sincronizar sus pequeñas vocecitas, pero cuando lo lograron, resultó una experiencia bella.
Están recién empezando, pero ya se ve que será el mejor coro de Chile y eso no es todo, la próxima semana empezaremos el trabajo para formar la orquesta infantil, que por supuesto, será la mejor orquesta de Chile, porque así de bueno es el ADN de los niños en la Legua Emergencia, sino, vean al Club Infantil Bamban Zamorano, es el mejor equipo de futbol infantil ¡¡¡son tricampeones y no solo eso, le ganaron a la sub-13 del Real Madrid en su propia cancha!!!
Solo se necesitan las mediaciones correctas para que toda la potencia del ADN Leguino se exprese.
Los niños no son conscientes de ello, ellos solo disfrutan el cantar, pero nosotros lo sabemos: este coro de voces blancas, cristalinas, tiene la potencia para acallar ese ruido colectivo, maniqueo, que rumorea que por vivir en la Legua Emergencia y además ser hijos o familiares de personas encarceladas, están condenados a iniciar carreras delictivas.
Este es un ruido terrible. Si se piensa que la efectividad del Ministerio Público en la Legua Emergencia ha sido notable, y en la desarticulación de la casi totalidad de los clanes ligados al mercado de drogas ilícitas, ha puesto en la cárcel a centenares de mujeres y hombres; entonces, esta condena alcanza a cientos de niños y niñas.
Voces blancas en un mundo oscuro, cuerpos frágiles como un volantín, que soportan estoicamente la ausencia de sus padres y/o madres. Les hemos visto sufrir dolor, vergüenza, rabia por los delitos de sus padres. No obstante no bajan la frente, afortunadamente, lo ominoso del estigma, aún no los toca, afortunadamente ellos están en otra, están afanados construyendo una carrera ascendente, no la carrera descendente que se predice para ellos en la tribuna pública. Esta generación de niños de Legua Emergencia ha recobrado el valor de la Educación, y la expectativa de cambiar la trayectoria familiar, moviliza a sus adolescentes a completar la Enseñanza Media y a prepararse para ingresar a la Educación Superior.
Esto no era así en el 2001. Cuando llegamos, la única escuela municipal del sector fue cerrada por falta de alumnos e inasistencias. Sin embargo, la demanda más sentida de la comunidad, era educación para sus niños. El Censo del 2002 indicó que el 57.9 % de la población de 18 y más, tenía 8 o menos años de escolaridad. Que duda cabe, que en un tiempo de grandes transformaciones tecnológicas, económicas, sociales y culturales, la baja escolaridad dificulta la inserción en el mercado laboral formal y en casos extremos es terreno fértil para el desarrollo de estrategias de supervivencia al margen de la Ley.
Al finalizar la década, hemos hecho un análisis de la Ficha de Protección Social de la Legua Emergencia, que cubre el 91% de la población entre 0 y 18 años, y hemos encontrado que, a pesar que el 76.3 % de las familias se encuentran en el Quintil 1 de Vulnerabilidad, el 93.5% de la población entre 15 y 17 años se encuentra estudiando. Hay que destacar que no se puede ser más vulnerable que el Quintil 1, lo que significa que, a pesar del cúmulo de adversidades, las familias de la Legua Emergencia están haciendo bien la tarea reproductiva, asegurando un mejor desarrollo para sus niños y niñas. Es probable que el Censo 2012 refleje una mejora significativa en el nivel educacional de la Legua Emergencia, producto de políticas públicas implementadas en esta década, del esfuerzo de las familias, de los niños y niñas, y de múltiples instituciones que estamos contribuyendo a ello. Pero también es probable que en el 6.5 % de adolescentes que aún se mantiene fuera de la escuela, haya algunos atraídos por lo ilícito. En ellos hay trazas del daño que produce la exclusión extrema, que no es solo bajos ingresos, es una pobreza más compleja, que requiere un abordaje también complejo.
Así lo comprendieron los diseñadores del Programa Abriendo Caminos, que en el 2008 institucionalizaron una protección especializada para el grupo de niños entre 0 y 18 años, hijos y familiares directos de personas privadas de libertad. Este programa es un componente del Sistema Chile Solidario de MIDEPLAN. En la actualidad 213 niños y niñas de la Legua Emergencia están protegidos por este Programa. En su ejecución, hemos constatado externalidades muy positivas para el cambio de las trayectorias de sus padres que han cumplido su condena y regresan al barrio. Este no es un dato menor, ya que las condenas se cumplen y así como hay encarcelamientos masivos también habrá egresos masivos. Sin ningún reparo podemos afirmar que las personas que salen de la cárcel quieren normalizar su vida lejos del delito, muestra de ello es el constante flujo que tenemos de la demanda por limpieza de antecedentes y la postulación a trabajos formales.
Diga lo que diga la opinión pública, en la Legua Emergencia ya están en marcha procesos de transformaciones profundas, y es responsabilidad de todos cuidarlos. Podemos concordar que en términos de seguridad pública, aún no sale del estado crítico, y que episodios de violencia como los vividos en marzo, ponen en entredicho los avances en este ámbito. Pero con todo, la situación de inseguridad está lejos de asemejarse a la del 2001 y mucho más lejos de las favelas o Juárez. La Prensa ha demostrado que la Legua Emergencia es absolutamente transparente para el Ministerio Público y las policías, que los grupos vinculados al mercado de las drogas ilícitas que aún no han sido encarcelados son pocos, de menor importancia y que las personas que tienen armas están plenamente identificadas.
El trabajo duro ya está hecho, los procesos de transformación social ya están instalados, por lo tanto, lo esperable es que la intervención anunciada, sea hecha con láser y no con un garrote masivo. También es esperable que el aspecto social de la intervención no sea una zanahoria, sino un abordaje definitivo y sostenido de los problemas de fondo por parte del Ministerio de la Vivienda y Urbanismo y el Ministerio del Trabajo. Hábitat, vivienda, habilitación para el empleo y empleo, empleo y empleo, es la dosis exacta para que la Legua Emergencia salga de la zona de vulnerabilidad.
Cualquiera sea el escenario futuro, nosotros seguiremos trabajando para que la Legua Emergencia pase de la contingencia al proyecto, proyecto cuyo horizonte sea la inclusión social y el ejercicio de derechos, es decir, ciudadanía plena para todos y cada uno de sus habitantes