Nicaragua: El legado democrático de Pedro Joaquín Chamorro ante la dictadura
10.01.2025
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10.01.2025
El siguiente artículo fue publicado por «Confidencial» de Nicaragua al cumplirse este 10 de enero 47 años del magnicidio del periodista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, asesinado bajo la dictadura de Anastasio Somoza. Lleva la firma de Carlos Chamorro, hijo del profesional y de la expresidenta nicaragüense Violeta Chamorro.
LEA EL ARTÍCULO ORIGINAL EN EL SIGUIENTE LINK.
Este 10 de enero se conmemoran 47 años del magnicidio de mi padre, el periodista, director de La Prensa, y luchador político democrático contra la dinastía somocista, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, asesinado bajo la dictadura de Anastasio Somoza Debayle en 1978.
Su doloroso asesinato marcó un antes y un después en la historia de Nicaragua. La indignación generalizada que provocó en todos los sectores del país y el reclamo de justicia, desembocaron en un estallido de protesta nacional, que desató la insurrección popular contra Somoza.
Dieciocho meses después, la dictadura de Somoza que parecía imbatible, fue derrocada por una gran alianza de unidad nacional e internacional, liderada por el movimiento político-militar del Frente Sandinista.
Al concluir el proceso constituyente en 1987, el 10 de enero quedó instituido en la Constitución de la República como un tributo al Mártir de las Libertades Públicas, marcando la fecha en que en Nicaragua se inicia un nuevo período de Gobierno, y refrendando un compromiso de Estado con el legado de Pedro Joaquín Chamorro de democracia plena y elecciones libres; no reelección, separación de la cosa pública de los intereses privados, lucha contra la corrupción; y reformas democráticas con justicia social.
Los principios y valores de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal de pluralismo político y rendición de cuentas, libertad de prensa y libertad de expresión, se promovieron en la transición democrática que inició en 1990 mi madre Violeta Barrios de Chamorro, antes que empezara el descarrilamiento de la democracia con los pactos Alemán-Ortega en 2000, hasta que finalmente se inició la regresión autoritaria bajo la dictadura Ortega Murillo, a partir de 2007.
En 2012, la Asamblea Nacional declaró a Pedro Joaquín Chamorro, Héroe Nacional, pero el discurso de odio de Daniel Ortega y Rosario Murillo, y su desesperación por atornillarse en el poder, ha intentado por todos los medios borrar su legado de la memoria colectiva. Lo han denigrado, perseguido, y han intentando encarcelarlo, pero han fracasado una y otra vez.
Durante el estallido de la rebelión de abril en 2018, las banderas de democracia, libertad y justicia social de Pedro Joaquín Chamorro resurgieron con más fuerza en las calles, y esos mismos ideales inspiran hoy la resistencia cívica, en Nicaragua y en el exilio, que demanda el fin de la dictadura y elecciones libres.
Este 10 de enero de 2025 se inauguran 19 años consecutivos de la dictadura familiar Ortega Murillo, que representa la antítesis de los valores que simboliza Pedro Joaquín Chamorro. Una nueva dinastía que pretende legalizar una dictadura totalitaria imponiendo una Constitución “chamuca”, a la medida de los intereses de la familia gobernante.
Nicaragua está dominada por una tiranía, atrincherada en el bunker de “El Carmen” que le tiene miedo a la libertad. Los dictadores señalados de crímenes de lesa humanidad no se atreven a recorrer las calles de su país, sin una voluminosa escolta policial armada hasta los dientes. Ortega y Murillo ordenan y mandan, pero ya no gobiernan. Y tampoco pueden ofrecerle una salida de paz, democracia, y progreso a los nicaragüenses, porque no pueden gobernar sin Estado policial y sin presos políticos. Eso lo saben muy bien los productores, los empresarios, y los profesionales; los jóvenes y emprendedores que están emigrando de forma masiva de un país sin futuro. Lo saben también los mismos sandinistas, y los empleados públicos, civiles y militares, que son rehenes de la dictadura.
Ortega y Murillo pueden prolongar la crisis terminal de su régimen por un tiempo, imponiendo mayores cuotas de dolor y sacrificio a la nación, pero más temprano que tarde la resistencia de los nicaragüenses enterrará a la dictadura. Y en la hora más difícil de la reconstrucción de Nicaragua, ante la tarea monumental de edificar desde cero un país sin instituciones y desmontar las estructuras de la dictadura para dar paso a la democracia, con justicia sin impunidad, nuevamente, el legado de Pedro Joaquín Chamorro, la coherencia entre sus ideales y el ejemplo de su vida, deberá ser uno de los pilares fundacionales de la nueva república democrática.