Enviado por Cristián A. Cáceres M., abogado, magister en Derecho Procesal
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Señor director:
Hoy en día, cerca de 40% de los adultos y 18,5% de los menores padecen de obesidad en Estados Unidos y por su alta población se convierte en uno de los países con la mayor tasa. Al parecer esos elevados niveles no son ajenos en nuestro país. El abuso de comida no saludable incrementa su consumo simplemente porque es rica y de fácil acceso.
Quizás se debería incorporar a este listado insano un tipo de manjar o tentempié que también hace engordar a ciertas personas: pero a su bolsillo, y además aumenta el peso de aquellas en cuanto a su posición. Obesidad mórbida que transforma la fisonomía de aquellos al punto de llegar a parecerse a moscas gordas que, en términos de Balzac, por su peso pueden escapar de las telarañas. Ergo, no sería extraño que ninguno de los que hoy son cuestionados por elevados sueldos universitarios sin detentar los pergaminos académicos para aquello o, exministros, fiscales y abogados controvertidos por su forma de comer y alimentarse, sigan volando libremente.
Lo nocivo de este tipo de tentempié es que, existiendo los medios y mecanismos para evitar el abuso en el acto de alimentarse, quienes deben imponer dietas y poner a disposición alimentos más saludables, simplemente no lo hacen, porque también están en engorda… quizás.
Asimismo, parte de este alimento preparado en este gran restaurant de comida chatarra incluso ha salpicado a otras esferas distantes.
Un agricultor de Los Ángeles siente temor que su caso no se resuelva con igualdad de ley, por el mero hecho de que uno de los clientes, comensal de este restaurant, representa a su parte demandada.
Gorditos y obesos de tanto poder, comen todos juntos en una misma mesa y al parecer, del mismo plato, lo que me hace reflexionar sobre la ausencia del condimento ético de este sustento alimenticio. Evidentemente le hicieron vista gorda en tiempos de la academia y luego lo exiliaron del menú en su profesión.
Entonces, cabe hacerse la pregunta: ¿en qué momento la justicia se transformó en comida chatarra?
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Jajaja, sí, un poco de humor (tb) ayuda a engordar la alfombra.... Lo triste es que ninguno de estos "más que gorditos" está satisfecho con su gruesa tajada de grasa monetaria. Es un tanto ingenuo apelar a los elementos de control externos, o estándar, o estructurales, o institucionales, o jerárquicos, pues eso solo aumentar el menú burrocratico de "comida venenosa" o chatarra. Estamos bajo el hechizo del desarrollo económico por sobre el desarrollo humano. Y no olvidar que todo este tinglado gurmé está diseñado y avalado por títulos universitarios… lo que es, o se suponía que era, menos peor que bajo títulos clericales o de realeza; agradezcamos que no es robo a punta de bayoneta. La situación de fondo va por demostrar que el autocontrol es un mérito en sí mismo...
