Bienvenido el cambio climático al currículum escolar
11.07.2024
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11.07.2024
Entre otros cambios e innovaciones, el nuevo documento que propone cambios a las Bases Curriculares de 1° Básico a 2° Medio integra, por primera vez, enfoques y énfasis pedagógicos sobre urgencias y responsabilidades socioambientales. En columna para CIPER, comentan dos especialistas en educación medioambiental: «Se trata de una propuesta que muestra un enfoque renovado y necesario el cual resulta fundamental para educar y preparar a las futuras generaciones ante los desafíos ambientales globales y locales que enfrentamos hoy, pero con consecuencias para las generaciones futuras.»
En un escenario en el que los eventos climáticos amenazan el bienestar del planeta y se predicen condiciones medioambientales cada vez peores, se ha vuelto necesario repensar nuestra relación con el entorno y el rol que debemos asumir para su recuperación. Comprender como factores de cambio nuestro actuar como ciudadanos informados y participantes, el avance del conocimiento, las acciones de las corporaciones económicas, las decisiones políticas de los Estados, y la integración y equidad social es responsabilidad de quienes participamos en la sociedad y, en especial, de los sistemas educativos.
Es así que toda sociedad que pretende adaptarse eficientemente a los escenarios naturales que el futuro depara, necesita repensar sus modelos formativos con un sentido de urgencia y realidad. Por ello, valoramos el esfuerzo del Ministerio de Educación para diseñar y proponer una actualización curricular desde 1° Básico a 2° Medio [ver en CIPER-Opinión: «Actualización del currículum escolar: ¿es pertinente ahora?»]. En específico, creemos que representa un avance significativo en la incorporación de temáticas socioambientales al quehacer propio de la educación escolar. Además, por primera vez existe un especial énfasis acerca del fenómeno del cambio climático. Desde nuestra experiencia en materias de educación ambiental, consideramos que el documento difundido hace unas semanas por el MINEDUC muestra un enfoque renovado y necesario, el cual resulta fundamental para educar y preparar a las futuras generaciones ante los desafíos ambientales globales y locales que enfrentamos hoy, pero con consecuencias para las generaciones futuras.
De lo que la autoridad ha dado a conocer hasta ahora, destacamos sobre todo tres puntos:
1. INTEGRACIÓN INTERDISCIPLINARIA Y UN ENFOQUE SOSTENIBLE: la actualización curricular muestra un positivo énfasis en la interdisciplinariedad. La incorporación de la tecnología como medio de transferencia del conocimiento, así como en la producción de conocimiento sobre temas medioambientales urgentes es clave. Las herramientas y procesos tecnológicos agilizan y facilitan los procesos del conocimiento, y permiten gestionar pedagógicamente el desarrollo de actividades interactivas, la implicación de los estudiantes en el proceso didáctico y el estímulo de su creatividad.
Esta integración del conocimiento y de herramientas tecnológicas para el estudio del cambio climático, la conservación de la biodiversidad y el cuestionamiento a los modelos de consumo es un paso crucial para fomentar una comprensión profunda y aplicada de estos temas. Este enfoque no solo se limita a las ciencias naturales, como sucedía en currículos anteriores, sino que también se extiende a otras áreas, tales como matemáticas y ciencias sociales, promoviendo así aprendizajes significativos y contextualizados [ANDERSON y KRATHWOHL 2001]. Lo anterior, sumado al enfoque de «Innovar para aprender», fija un nuevo norte pedagógico, que incluye la innovación como componente esencial. Se promueve, así, no sólo educación de calidad y ajustada a los tiempos, sino que también la preparación de los estudiantes ante los retos de un futuro incierto, sostenible y tecnológicamente avanzado.
La propuesta curricular 2024 hace un esfuerzo notable por integrar la educación ambiental de manera transversal en diversas asignaturas. Un ejemplo de esto es la inclusión de proyectos tecnológicos vinculados a temas medioambientales urgentes, como el cambio climático y la conservación de la biodiversidad. Este enfoque no solo promueve una comprensión profunda de la tecnología y sus aplicaciones, sino que también fomenta la ética ambiental y la economía circular. La interconexión con otras asignaturas (Matemáticas, Ciencias Sociales, Educación Física, Arte y Tecnología) permite un enfoque interdisciplinario, que fortalece las habilidades para abordar y resolver problemas reales que la naturaleza. En sencillo, esta nueva propuesta curricular aporta a los resolución de problemas y a la toma de decisiones informadas desde el conocimiento, y rescata la importancia de los distintos saberes para habitar «bien» este mundo.
2. ENFOQUE EN EDUCACIÓN AMBIENTAL: La inclusión de objetivos de aprendizaje específicos que abordan el cambio climático es otro aspecto positivo de esta actualización. Por ejemplo, los estudiantes deberán discutir los principales factores que contribuyen al cambio climático y al calentamiento global, tales como la emisión de gases de efecto invernadero, la deforestación y la contaminación atmosférica. Este enfoque permite evaluar la evidencia empírica sobre las implicancias sociales, económicas y ambientales del cambio climático, lo cual es vital para desarrollar una comprensión crítica y ética de este problema global.
En este sentido, y como un gran avance —que no debiese tener marcha atrás— la propuesta curricular aborda directamente el cambio climático, discutiendo sus principales factores contribuyentes como la emisión de gases de efecto invernadero, la deforestación y la contaminación atmosférica. Incluso cuestionando los modelos de consumo y las responsabilidades éticas que se esconden a la sombra de los problemas ambientales de nuestro país, y el mundo en su conjunto. Los estudiantes son alentados a evaluar evidencia empírica sobre las implicancias sociales, económicas y ambientales de estos factores, desarrollando así en ello/as una conciencia ecológica y un sentido de responsabilidad hacia el medioambiente.
3. PENSAMIENTO GEOGRÁFICO Y CIUDADANÍA ACTIVA: El currículum también destaca la importancia del pensamiento geográfico, habilidad que curricularmente venía desapareciendo del quehacer pedagógico al interior de las escuelas. Así, al fin se le otorga un espacio curricular a la interdisciplinariedad de las ciencias sociales, enviando una señal clara de que los grandes desafíos ambientales necesitan ser abordados y pensados desde diversos saberes. Estas competencias permiten a los estudiantes analizar fenómenos complejos como la crisis climática desde una perspectiva integral, tomando decisiones contextualizadas y situadas a distintas escalas.
Además, la promoción de una ciudadanía activa fomenta capacidades y habilidades para participar en un modelo de democracia donde la presencia de la ciudadanía es fundamental, no solo desde un enfoque participativo sino también desde un paradigma de conocimientos de las dinámicas de los ecosistemas sociales y naturales, especialmente en la toma de decisiones relacionadas con la sostenibilidad ambiental [GONZÁLEZ-GAUDIANO y MEIRA-CARTEA 2009].
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A pesar de los avances mencionados, la implementación efectiva de estas temáticas en el aula presenta desafíos. La formación inicial y continua de los docentes en materia ambiental y de cambio climático es crucial para asegurar que puedan articular pedagógicamente estos conocimientos de manera significativa. Además, es necesario garantizar recursos y materiales educativos actualizados; en especial, el fomento por una educación basada en la naturaleza que reconozca el territorio como un recurso pedagógico [TILBURY 2011]. La colaboración entre escuelas, comunidades, gobiernos locales y organizaciones ambientales puede potenciar el impacto de estos esfuerzos educativos.
De todos modos, la actualización curricular 2024 en Chile representa un avance significativo en la educación ambiental y el abordaje del cambio climático. Al integrar estos temas de manera interdisciplinaria y promover una comprensión crítica y aplicada, se prepara a los estudiantes no solo para enfrentar los retos ambientales del presente, sino también para ser agentes de cambio en la construcción de un futuro más sostenible. Esta propuesta curricular es un ejemplo de cómo la educación puede y debe adaptarse para responder a las necesidades y crisis de nuestro tiempo.
Reforzamos la idea de que se trata de un paso adelante en y para la educación ambiental; un reflejo del compromiso de Chile con una educación que responde a las necesidades del planeta y sus ineludibles urgencias.