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Comentarios (4)

Carlos | 06.05.2024
El asunto central -que creo debió haberlo sido en el proceso constitucional- es la consagración de la soberanía ciudadana por sobre el rol del Estado. Acá asistimos a la contradicción flagrante de la derecha y el gran empresariado, que por un lado no quieren que el Estado intervenga en el desarrollo social y económico, pero por otro, lo quieren destinar principalmente al control represivo de la sociedad. No es indiferente cuando ellos se refieren a "nuestras FFAA" y "nuestros Carabineros". Porque lo que no se ha logrado esta nueva etapa democrática es poner justamente a los cuerpos armados bajo el control soberano de la sociedad civil y no, como se ha demostrado todos estos años, que actúan como poderes autónomos. Basta observar las acciones y declaraciones del General Yañez. Es el resultado concreto de la aspiración de PInochet, al consagrar en su "Constitución" el rol garante de las FFAA, no en función de un sistema democrático, sino del régimen neoliberal. Pero no es solo ese carácter autónomo el que hay que cambiar, sino fundamentalmente el hacer de estos cuerpos organismos realmente democráticos y no, como son en realidad. un bastión del poder dominante que se opone a cualquier cambio democratizador. Y es que en el fondo, lo que está presente es definir para qué se quiere una democracia: ¿Es para servir a la Ciudadanía, o para tener un Estado Policial? Lamentablemente, el tema "Seguridad" lo han transformado en el problema más urgente de resolver, ya sea porque haya aumentado la delincuencia, o como resultado de la campaña grosera impulsada a través de los medios. Eso ha hecho que los sectores progresistas pisen el palito y no sean capaces de plantear con claridad y consistencia las cosas en su verdadera dimensión. Ojalá la tragedia de los conscriptos sirva para reflexionar sobre la relación que debe existir entre la sociedad civil y los cuerpos armados, los que en teoría existen para protegerla. Leyendo los comunicados del Ejército, se aprecia claramente que van en el sentido contrario.
Víctor | 04.05.2024
A las finales se trata de aumentar la "violencia oficial" (ffaa, carabineros, pdi y lo q inventen) con el pretexto de disminuir la violencia civil; asegurando así q la raya para la suma siga en cifras negativas y ascendentes. Esa es la inteligencia de la elite política cuando está sujeta a la voluntad de la subdesarrollada y plenipotenciaria élite economica nacional (e internacional). Invertir en educación y ética, q son la solución de base y permanente, es un insulto para la mentada subdesarrollada y plenipotenciaria élite economica. La evidencia de q está oficialización o monopolio de la violencia es un mal negocio confirma además el bajo nivel cognitivo de la todopoderosa enade y otros "grupusculos" por el estilo.
José Miguel Rodríguez Salinas | 03.05.2024
Es imprescindible reconocer que la seguridad pública es un derecho inalienable de todos los ciudadanos, cuya preservación requiere un equilibrio delicado entre la protección de los derechos individuales y la necesidad de una respuesta eficaz ante las amenazas que puedan poner en peligro la vida y la integridad de la comunidad. En tal sentido, las autoridades encargadas de mantener el orden y la seguridad pública deben estar dotadas de los recursos necesarios para hacer frente a situaciones de emergencia o disturbios graves que pongan en riesgo el orden público y la seguridad ciudadana. La noción de una fuerza superior y, en ciertas circunstancias, no proporcional, se justifica en el contexto de la protección de la seguridad pública, especialmente cuando existe una amenaza inminente o grave para la vida o la seguridad de los ciudadanos. Si bien el principio de proporcionalidad en el uso de la fuerza es un pilar fundamental en el derecho penal, su aplicación debe ser evaluada en función de la gravedad y la urgencia de la situación, así como de la necesidad de proteger el bienestar colectivo. Además, es imperativo proporcionar certeza jurídica tanto a las Fuerzas Armadas como a las fuerzas de seguridad en el ejercicio de sus funciones. La claridad y precisión en las regulaciones son fundamentales para garantizar que las acciones de las autoridades estén debidamente respaldadas por el marco legal y para prevenir la arbitrariedad en el ejercicio del poder coercitivo del Estado. Es esencial recordar que la seguridad pública es un interés colectivo que debe ser protegido en beneficio de toda la sociedad. En este sentido, la preservación del orden y la tranquilidad pública no solo beneficia a determinados sectores de la población, sino que constituye un derecho fundamental de todos los ciudadanos que debe ser salvaguardado de manera equitativa y eficiente.
Eduardo Flores | 03.05.2024
La justicia militar jamás ha dado garantías, lo digo porque lo he vivido, saludos y gracias por tanto @ciper
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