CARTAS: El fin de las isapres, una mirada desde la evidencia
02.12.2023
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02.12.2023
Señor director:
Los recientes fallos judiciales han puesto en jaque al negocio de las isapres, con voces que predicen el inminente colapso del sistema de salud privada en Chile. Pero, ¿qué nos dice la evidencia científica al respecto? En primer lugar, hay que aclarar que las isapres son solo una parte del sistema de salud privado. Creo que no está en duda que Chile no puede prescindir de la otra parte, las clínicas y centros médicos, los que cumplen una importante labor en la atención de millones de pacientes. Las isapres corresponden a pagadores, intermediarios que recolectan los aportes obligatorios o voluntarios de las personas y pagan a los prestadores las atenciones que reciben de acuerdo con las coberturas de sus seguros de salud. Hay que destacar que en Chile está prohibida por ley la integración entre las isapres y los prestadores de salud.
La evidencia de la literatura nos indica que un sistema de múltiples pagadores como el modelo actual chileno (con siete isapres abiertas y Fonasa) es el peor en múltiples aspectos con respecto a un sistema de único pagador, que funciona, por ejemplo, en veintisiete países europeos. La pertinencia de un pagador único estatal o privado no se discutirá aquí, ya que ambos disfrutarían de las ventajas inherentes al pagador único. Solo como ejemplo, en Chile otro seguro social como el de cesantía es administrado por una única entidad, que es una sociedad anónima cerrada de giro único y exclusivo.
Entre las ventajas de un pagador único se encuentran: (i) menores costos de administración a través de economías de escala, optimizando el uso de recursos; (ii) mejor distribución del riesgo al incluir a toda la población en un único sistema de aseguramiento; (iii) una mayor solidaridad y equidad, ya que personas sanas de altos ingresos contribuyen a cubrir los costos de salud de personas más pobres o con enfermedades crónicas; y (iv) un mejor poder de negociación con los prestadores de salud para rebajar los aranceles asociados a las atenciones.
Por lo tanto, un posible fin de las isapres nos permitiría transitar a un modelo más eficiente, equitativo y solidario con una única entidad que recolecte los aportes de todos los chilenos y los distribuya en el pago de las atenciones de salud provistas tanto por el sector público como por el privado. Sin embargo, se requiere una transición planificada y ordenada, ya que los costos del colapso del sistema actual (por ejemplo, con la quiebra de las isapres) los pagarán todos los chilenos.