CARTAS: El estado de la prensa regional en la Araucanía

Señor director: Lo que ocurrió el pasado 13 de octubre, cuando la diputada Ericka Ñanco publicó un extracto de una entrevista radial previa al parlamentario Miguel Becker en la que este trataba de “enfermo mental” al presidente Gabriel Boric, no me sorprende; más bien, me preocupa que el conductor del espacio no haya hecho contrapreguntas.

El caso representa el estado de la prensa en la Araucanía, y que puede ser también el de otras ciudades del país, donde se ejerce la labor a la presión del día a día. El periodismo mundial vive una crisis, y en Temuco vemos recortes de presupuesto, cierre de medios, reporte diario y poca profundización. Así, la inmediatez gana terreno sobre la veracidad, la mayor rigurosidad y el seguimiento de temas. 

En visita una vez a la Universidad de La Frontera, Mónica Gónzalez, Premio Nacional de Periodismo, dijo una frase en relación al “caso Huracán” que me marcó: “Tienen que venir periodistas de Santiago a reportear y descubrir lo que pasa acá”. Más certera no pudo ser, y en parte resume lo que ocurre localmente.

Buena parte de los medios regionales viven casi en un cincuenta por ciento de comunicados que son enviados por instituciones de las más diversas áreas (universidades, gremios, recintos culturales, incluso políticos que mandan cuñas grabadas para hacer más fácil el trabajo), sin ir más allá. No hay plumas originales, ni una preocupación sincera por los temas locales; tampoco  existen secciones de cultura, entre otros problemas. Es escaso el profesionalismo en las estructuras editoriales de los medios. 

Hay otros puntos que quisiera abarcar, pero presento estas quejas tanto como periodista como un lector diario que quiere seguir informándose, esperando que tanto las dos escuelas de Periodismo en mi región como el colegio rector puedan hablarlo y ser honestos, sobre todo ante la inquietante situación de despidos masivos en medios gigantes en Santiago. En Temuco se forman periodistas dentro de una ciudad de 300.000 habitantes, capital de la región más pobre y que no es indiferente a la constante cesantía que escucho de ex compañeros de carrera o colegas que he ido conociendo en el camino.