CARTAS: «Matapilotos»
17.08.2023
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17.08.2023
Señor director: El fallecimiento de un piloto de LATAM de mediana edad tras una descompensación cardíaca durante el vuelo, no es solo un siniestro aeronáutico, sino que debe considerarse también el aspecto sanitario que termina comprometiendo la seguridad del servicio. El Covid-19 sigue en pleno vuelo discapacitando y causando a todos un significativo daño cardiovascular. Los vuelos son de alto riesgo de contagio de enfermedades respiratorias; en particular, de Covid-19, al ser de propagación aérea y con todos los requisitos para maximizarse (ventilación/filtrado deficitarios, multitud hacinada sin distancia, largos períodos de acumulación de aerosoles respiratorios y la generalizada cultura de no utilizar respiradores). La insalubridad del aire interior expone masivamente a los pasajeros, echando a volar también la pérdida de sobrevida saludable de toda la tripulación.
Sabemos de aerolíneas que no han podido operar por discapacidad del personal. Urge que los ministerios de Transporte (MTT), Salud (MINSAL) y Trabajo (MINTRAB) normen ventilación/filtrado en todos los medios de transporte (¡y las aulas! ¡MINEDUC, por piedad!): CO2 bajo 550ppm (a lo sumo, 700ppm) y filtrado HEPA/MERV13 a 12 ACH (o, al menos, 6). Esta desgracia humana es predecible y prevenible: un siniestro sanitario en diferido. Tanto autoridades como prestadores deben asumir su responsabilidad. Mientras tanto, seguimos secuelando a niños y trabajadores. ¿Hasta cuándo?