CARTAS: Las nacionalidades no matan gente
13.04.2023
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13.04.2023
Señor director:
Lo que están haciendo en estos días los medios de comunicación chilenos en su cobertura de los temas de seguridad es, a mi juicio, muy peligroso. Aporta poco a la seguridad ciudadana, y en cambio crea el clima perfecto para potenciar el conflicto entre “los nacionales” y “los otros”.
Las nacionalidades no matan gente. Parece mentira que tenga que decirlo. No hay nacionalidades asesinas, ni nacionalidades ladronas, ni nacionalidades criminales. Hay bandas, hay países en crisis, hay personas. Hay culturas diferentes sí, hay necesidad de escucharnos para entendernos, y eso amerita espacios de respeto y reconocimiento.
La autora Chimamanda Ngozi tiene una charla llamada “El peligro de la historia única”, que refleja precisamente el riesgo de mirar al otro desde una sola perspectiva; lo que nos diferencia, haciendo énfasis en aquello que refuerza las ideas que provienen de nuestros miedos. Ese ha sido, históricamente, el caldo de cultivo para los peores desastres sociales, pero además nos ha privado de la conversación intercultural que dignifica y potencia nuestros dones.
¿Qué pasa con los periodistas? ¿Cuál es la agenda de los medios? Quienes han narrado las últimas noticias, sabiendo la sensibilidad que el dolor de la injusticia conlleva, han elegido poner el nombre del asesino junto a su nacionalidad, en plena conciencia de la percepción que eso crea. Nombrar su nacionalidad junto a su crimen no previene un nuevo crimen, no informa más, no ayuda a las instituciones de seguridad… lo único que hace es poner más trabas a la convivencia. Es seguir alimentando la narrativa de conflicto. Y eso afecta profundamente a las personas que, buscando una vida mejor, han hecho vida aquí; y que en otras circunstancias habrían encontrado vecinos amigables, colegas cooperadores y nuevos amigos.
El precio de comunicar irresponsablemente lo vamos a pagar todas las personas migrantes, pero no pienso quedarme con eso. Como persona migrante, lo único que puedo hacer es resistir. Como activista y profesional de la inclusión, sin embargo, me encontrarán trabajando incansablemente por narrar las otras historias que nos permiten reducir el peligro de la historia única, y dignifican nuestra existencia.
Las nacionalidades no matan gente y nadie nace xenófobo. Otras formas de narrarnos son posibles.