CARTAS: Necesidades caminantes y situación de calle
17.02.2023
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17.02.2023
Señor director: Cuando encontramos el tortuoso andar de personas sin techo ni hogar en Chile, se encienden las alarmas de un tema pendiente. El tratamiento integral de las personas en situación de calle requiere urgente un vuelco ágil en la gestión pública gubernamental.
Llega la noche y la ciudad se abre a la merced de pacientes clínicos no-tratados por ningún médico, psiquiatra ni centro asistencial. Desde Cal y Canto vemos y escuchamos, día por medio, violaciones y asaltos entre estas mismas personas que deambulan por la oscuridad, enfrentando la vida con el trauma por delante. La desprotección absoluta en la que se encuentran las y los sin techo requiere de un análisis estratégico: ¿cómo sanar a quien no desea ser tratado? ¿Y qué penas tan profundas arrastran que han alcanzado el despojo completo; a veces, hasta de la propia dignidad? Vagar por el universo en libertad absoluta durante la noche es una estrategia, como pescador que recorre diferentes zonas, encontrando sus alimentos.
La medicina oriental ofrece soluciones al problema de los dolores: con la acupuntura podemos acercar la calma a la mente y al cuerpo, reactivar los canales internos y permitir reconectar a través del tratamiento integral a estas y muchas más gentes. La consideración de esta medicina en el tema de las personas en situación de calle requiere que el Ministerio de Salud, Ministerio de Desarrollo Social y Ministerio de Obras Públicas coordinen un trabajo unitario en pos de consolidar tratamientos efectivos y en terreno de las enfermedades de salud mental, física y energética de estas personas, mientras multiplicamos los espacios para acoger, proteger y atender bajo un techo que contenga a quien requiera de auxilio. En eso, las y los profesionales auxiliares de la salud, acupunturistas, gestores gubernamentales y comunicadores podemos seguir poniendo nuestro foco y energía, porque no basta con performar el triste espectáculo de despojar de sus bienes encontrados a quien ya ha sido despojado de la seguridad social. Es que acumulan objetos perdidos durante el día para construir el fuerte que les proteja por la noche. El desarraigo violento que está practicándose hoy multiplica la sensación de rabia e ira, y concreta la desprotección a la que están sumidos, sin hacerse cargo del problema de raíz y permitiendo que continúen en la vagancia eterna, repitiendo el ciclo una y otra vez.
La empatía aplicada a quienes viven vagando nos lleva a entender que es válido y posible caminar eternamente. Algunos lo llevan haciendo por décadas: hasta caer inconscientes en la acera de tanto beber, e incluso parecer muerto.
¿Qué hacer con la sed, la falta de agua, el hambre, la ropa, el dolor, la ira, la pena, el frío, el calor, el respeto?
Respetar.