Westfalia murió en Ucrania
09.03.2022
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09.03.2022
«El argumento histórico de la continuidad es una construcción imaginaria invalidada por los datos y profundamente contradictoria en sí misma», se explica en este ensayo de análisis histórico y político especializado para comprender el conflicto actual en Europa del Este: ¿Qué es Ucrania para Vladimir Putin? ¿Cuáles son sus abordajes —y los de su equipo— en lo que respecta a la política interior y exterior rusa?
Texto publicado originalmente en Revista Anfibia. Reproducido con autorización.
«¿No deberíamos dejar de pretender que luchamos por la democracia y ponerlo en claro: queremos libertades personales, una sociedad próspera, seguridad y dignidad nacional?» […]. La restricción de libertades políticas es inevitable […]. ¿Qué hacemos con los últimos valores que han surgido, que rechazan la historia, la patria, el género y las creencias, con los movimientos agresivos LGBT y ultra feministas? […] Creo que son poshumanistas. ¿Deberíamos tratar esto como una etapa más de la evolución social? No lo creo. ¿Deberíamos tratar de evitarlo, limitar su propagación y esperar hasta que la sociedad supere esta epidemia moral? ¿O deberíamos combatirlo activamente, liderando a la mayoría de la humanidad a que adhiera a los llamados valores “conservadores” o, para decirlo simplemente, a los valores humanos normales?».
Estimada lectora, estimado lector, les pido un favor: antes de seguir leyendo, piensen en el perfil ideológico del autor ruso de las líneas precedentes, e imaginen quién en Argentina puede haberlas escrito. Luego vayan abajo en esta página y encuentren la respuesta correcta. [1]
«Podemos lograr mucho y lograrlo todo.» [2]
¿Qué es Ucrania para el presidente Putin? «No es simplemente un país vecino. Es una parte integral de nuestra propia historia, cultura, espacio espiritual. […] La Ucrania moderna fue creada en su totalidad por […] la Rusia bolchevique y comunista», afirma. Ha dicho que Stalin por lo menos propuso que se otorgue a las «naciones» [3] del imperio un estatuto de autonomía dentro del Estado, pero lamentablemente triunfó Lenin quien en un gesto anti-ruso aplicó el principio de autodeterminación de las naciones. «Rusia no puede ser una gran potencia cuando está agobiada por una Ucrania cada vez más difícil de manejar, una entidad política creada por Lenin que luego se expandió hacia el oeste bajo Stalin.» [4] Ucrania debe ser fusionada con Rusia.
1) – El genocidio de la población rusa viviendo en Ucrania. Por suerte para esa población, Putin no pudo aportar ninguna prueba.
2) – La Historia. Antes de haber sido independiente, dice Putin, Ucrania fue inseparable de Rusia; es hora entonces de actualizar esa historia. En 2016, el presidente celebró la memoria del príncipe Vladimir de Kiev por su conversión al cristianismo y por haber bautizado en el año 988, en Crimea, a Rusia. Agregó: «Es nuestro deber apoyarnos en los preceptos espirituales y en las tradiciones de unidad para seguir avanzando, asegurando la continuidad de nuestra historia milenaria […]. Su logro más importante ha sido el bautizar a la Rus [nombre colectivo de los principados que se extendían del Mar Blanco al Mediterráneo]. Esta elección se convirtió en una fuente espiritual común para los pueblos de Rusia, Bielorrusia y Ucrania, estableció los fundamentos morales y éticos que determinan nuestras vidas hasta el día de hoy». [5]
Sobre la continuidad de los valores, ignoro qué es lo que el Presidente realmente piensa, pero les dejo un botón de muestra de esos valores de Vladimir de Kiev: después de derrotar al príncipe Rogvolod, violó a su hija Rogneda delante de los padres, a continuación mató a estos y por la fuerza tomó a Rogneda como esposa. En diciembre del 2014, con Crimea ya anexada, el presidente afirmó que la conversión de Vladimir es «la fuente espiritual» de la «formación del Estado centralizado ruso» [6]. Precisemos también que entre esa «fuente» (s. X) y «la formación del Estado» (s. XV-XVI) pasaron algunos años, y que es extraño ver en la conversión de un príncipe medieval la fuente de un orden jurídico-político fundado sobre la soberanía del pueblo y la representación democrática.
Luego: «Hemos tomado conciencia de la continuidad e indivisibilidad del camino milenario de nuestra Patria». Suscita perplejidad esta «continuidad milenaria» constantemente invocada por Putin, sobre todo cuando la usa para justificar su noción de inseparabilidad entre Rusia y Ucrania; inseparabilidad en la que hay una que dirige y la otra que obedece (relean más arriba: «Ucrania es difícil de manejar»). Más allá de Ucrania, si por continuidad el presidente se refiere a la dimensión geográfica, se trata de un piadoso deseo: desde que Moscú se consolidó en el siglo XV hasta hoy tiene una larga historia de expansión y de pérdida de territorios (Novgorod, Pskov, Siberia, países del Báltico, Polonia, Cáucaso, Finlandia, Asia…). Pero como su ataque a Lenin y al principio de autodeterminación de los pueblos lo deja suponer, «continuidad» se refiere a la expansión, mientras que las pérdidas se anotan en los errores o traiciones de los dirigentes.
Aceptemos el criterio de Putin: la continuidad justifica la anexión. Tomemos el marco histórico que él propone: desde el inicio de la era cristiana. Vayamos a los datos.
Crimea: hasta el s.IV bajo dominio del Imperio romano, luego del bizantino hasta 1204, seguido por los distintos poderes no rusos (comerciantes venecianos, genoveses y tribus locales). Al mismo tiempo, una parte de Crimea había quedado bajo control de Kiev desde el s. X. En 1239 sometida por los mongoles, seguidos por el Imperio Otomano. Recién en 1783 es conquistada por Rusia. En 1954 pasa bajo jurisdicción ucraniana. ¿Contamos? Crimea perteneció durante 1500 años a diferentes potencias no rusas. Poco más de 200 años fue dominada con intermitencias por Kiev. 171 años perteneció a Rusia.
Ucrania: desde el s. X y hasta vísperas del yugo mongol (s. XIII), el principado de Kiev fue el principal centro de la Rus, aunque fue debilitándose mientras el de Vladimir-Suzdel cobraba importancia. En 1321 Kiev se transformó en vasallo de los príncipes lituanos. En 1471 fue disuelto. De allí en adelante y hasta 1654, la casi totalidad de la actual Ucrania pasó a ser parte sucesivamente del reino de Polonia, del gran Ducado de Lituania y finalmente de la Rech Pospolita; o sea, de la Unión polaco-lituana. De 1654 a 1991 perteneció primero a Rusia, luego a la URSS.
Contemos a partir de la fecha señalada por el presidente como fuente del Estado ruso; o sea, el siglo X (aunque, repito, en ese momento Rusia no existía): 400 años como territorios independientes. 333 años bajo la dominación lituano-polaca. Unos 260 años bajo la corona imperial y 70 en la URSS: en total unos 330 pero ni el Imperio ni la Unión Soviética eran «Rusia», el primero era de «todas las Rusias» (por eso se llamaba Rossiiskaia y no Russkaia); o sea, ante todo Rusia, Bielorrusia y Ucrania, y la segunda era una «Unión de Repúblicas», constitucionalmente con los mismos derechos. Aún si contamos estos 330 como inseparables de Rusia, sólo se trata del treinta por ciento del tiempo total.
Como el presidente Putin hace hincapié en la historia y su continuidad para fundar la inseparabilidad entre Rusia y Ucrania, la historia se vuelve en contra de sus intereses. Polonia y Lituania podrían hacer suyas la lógica de Putin y reclamar Ucrania para ellas; mientras que Ucrania, cuya capital es Kiev, podría reivindicar como suya a Rusia. Traslademos la lógica putiniana a nuestras tierras: Buenos Aires era el centro político del virreinato del Río de la Plata, por lo tanto Argentina tendría derecho a anexar Uruguay, Paraguay, Bolivia y una parte de Chile. O, visto el mapa del imperio de Carlomagno, Francia debería hacer lo mismo con Alemania.
El argumento histórico de la continuidad es una construcción imaginaria invalidada por los datos y profundamente contradictoria en sí misma.
3) – La OTAN. Es un leitmotiv constante: Rusia se siente amenazada si Ucrania entra en la OTAN. Los occidentales repiten que el ingreso no está en el orden del día. Conociendo la historia de los EE. UU. y de la OTAN, coincido en que no hay ninguna razón para creerles. Han hecho todo lo posible para acercarse a Rusia. Al mismo tiempo, todas/os las/los que sostenemos que los pueblos deben determinar su propia historia no podemos hacernos las/los distraídas/os: la integración a la OTAN y sobre todo a las instituciones supranacionales europeas no es una simple decisión de los gobernantes —legítimos— de esos países, sino el clamor de los pueblos con memoria de colonizados y oprimidos.
La visión de los actuales dirigentes rusos que recibieron con besos (literal) a Marina Le Pen, invitada por Putin a una entrevista personal a pocos días de la última elección presidencial en Francia, es otra. Dirigiéndose a los ucranianos Putin exclamó: «¿Renuncian a su pasado? ¿A la así llamada herencia colonial del imperio ruso?» [7].
Dejemos de lado el desprecio por los pueblos, una cualidad bien compartida por las dirigencias en el planeta. Aceptemos el argumento «la OTAN nos agrede. Se va a instalar en Ucrania, país fronterizo. Por lo tanto, preventivamente debemos invadirlo». Ahora bien, ¿la anexión de Ucrania resolvería algo? En su frontera oeste tiene como vecinos a cuatro países miembros de la OTAN: Rumania, Hungría, Eslovaquia y Estonia, con bases aéreas y escudos antimisiles en varios de ellos, como Polonia y Letonia que además tienen frontera con Rusia. Estos últimos tendrían entonces que ser considerados mucho más peligrosos que Ucrania. Entonces, ¿por qué no los invade? En caso de ataque de la OTAN, ¿cuánto más tardarían los misiles occidentales para alcanzar Moscú si en lugar de Ucrania son lanzados desde Polonia? Al mismo tiempo. Además, como señalan los expertos militares, los misiles más peligrosos son los lanzados desde los submarinos. Me repito: los escudos antimisiles ya están pegados a la frontera occidental. Pero entonces, ¿cuál es la razón de la invasión?
«No se trata realmente de Ucrania. La OTAN no es una amenaza inmediata.» [8]
Aquí mi propósito es transmitir los planteos oficiales de Putin y su equipo. Citaré las frases que me parecen esenciales de sus textos. Lo que no está entre comillas es porque resume frases largas.
Política exterior: [9]
1. «Rusia entró en una nueva era de su política exterior, llamémosla ‘destrucción constructiva’ del modelo anterior de las relaciones con Occidente». «El viejo sistema es un obstáculo, por lo que debe ser desmantelado». No atacaremos a nadie «con una excepción»: Ucrania. «El próximo paso es ‘unir las tierras’».
2. «Occidente está en camino a una lenta pero inevitable decadencia» (Occidente: los pueblos, las naciones, nosotros), está «desesperado». Perderá esta «nueva Guerra fría». Se volverá «más razonable».
3. «Nuestra diplomacia con Occidente se volverá secundaria con respecto a la euroasiática». La alianza es con China.
4. «Durante la próxima década Rusia será relativamente invulnerable y capaz de triunfar en caso de conflictos en las regiones dentro de su esfera de intereses.»
5. «Errores que hemos cometido: haber firmado numerosos acuerdos que hoy ya no se corresponden con nuestra fuerza.»
6. Europa es una amenaza militar para el subcontinente y el mundo entero. «La Historia exige que tomemos medidas». Deberíamos usar varios instrumentos de política exterior, incluidos los militares, para establecer ciertas líneas rojas.
7. «A medida que el sistema occidental continúa hacia su degradación moral, política y económica, las potencias no occidentales (con Rusia como actor principal) inevitablemente verán fortalecidas sus posiciones».
8. «Aumentar la presión político-militar, psicológica e incluso técnico-militar, no tanto sobre Ucrania, sino sobre el Occidente colectivo». «Sé con certeza que Estados Unidos nunca desplegará armas nucleares para ´proteger´ a sus aliados si hay un conflicto con un estado nuclear».
Política interior:
9. «Restricción de las libertades políticas».
10. «Libertad individual absoluta» (la contradicción es sólo aparente: no concierne la política sino, implícitamente la economía).
11. Defender la dignidad nacional y reforzar las fronteras ante las futuras inmigraciones masivas en territorios que serán difícilmente habitables como la India, Pakistán etc.
12. «Elaborar una ‘idea nacional’ que una e ilumine el camino hacia el futuro. Descartar y reformar la base ideológica obsoleta y a menudo dañina de nuestras ciencias sociales y vida pública para implementar esta nueva política.» «Las ciencias sociales que estudian las formas de vida pública y privada deben tener en cuenta el contexto nacional», «claros principios científicos e ideológicos nacionales: de nuevo, no puede ser otra cosa».
13. En Rusia «volvió el sentido de la rectitud moral». Ver el inicio del artículo.
14. Democracia. Ver el inicio del artículo.
15. «Rusia fue siempre construida alrededor de una verticalidad rígida y ejecutiva. Estas tierras se han ido acoplando durante siglos y no hay ninguna otra forma de gobernarlas.» [10]
Llegando aquí podríamos preguntar en qué tipo de sociedad futura piensan los dirigentes rusos, que además se refieren constantemente a los preceptos del pasado. La respuesta la brinda el presidente del Consejo Constitucional de la Federación de Rusia, máximo tribunal en materia de Derecho, en un artículo de 2014 donde situó sus reflexiones en el marco de «los acontecimientos relacionados con Ucrania». Los problemas del Estado ruso se deberían en gran parte al «fatídico proceso» que en marzo 1861 «abrió la puerta a la emancipación de la servidumbre […]. Con todos los costos de la servidumbre, era ella el principal lazo que sostenía la unidad interna de la nación […]. Se rompió la conexión interna entre las élites y las masas […] y esto se convirtió en una de las razones esenciales del crecimiento de los procesos revolucionarios y amenazaron la existencia de un Estado estable». [11]
En otras palabras, le aflojaron la correa a las masas campesinas y estas, ¡desagradecidas!, se lanzaron contra el generoso zarismo. Ahora nos queda más claro lo de la vertical rígida, el rechazo a la democracia liberal, la restricción de libertades políticas, la condena al feminismo y otros valores que los animan.
El proceso paralelo pronosticado por la actual dirigencia rusa —la inevitable decadencia moral, económica e institucional de Occidente y el traspaso de la hegemonía al «espacio euro-asiático con Rusia a la cabeza y ayudando» a China—– debería, según la camarilla mesiánica, desembocar en un unilateralismo en el cual todos los pueblos del mundo tendrán que mostrarse «razonables».
Porque he pasado mi vida estudiando la historia y la cultura del pueblo ruso que respeto, admiro y amo quiero ser explícito: el combate internacional no es entre buenos y malos. Es para definir quiénes serán los Amos del mundo en el s. XXI y en qué tipo de servidumbre viviremos los pueblos. Pero mal que les pese a los nostálgicos del zarismo y de la servidumbre, como a los portadores del neoliberalismo de todos los bandos, los pueblos, y el ruso también, pueden mostrarse desagradecidos con sus amos.
Si no lo creen, pregúntenle a Nicolás II.
[1] Serguei Karaganov, «Russia’s new foreign policy, the Putin Doctrine». Fue puesto en línea el 23 de febrero, horas antes de la invasión (consultado el mismo día). Karaganov es el fundador y presidente de honor del Consejo de Defensa y Política Exterior, creado por decreto presidencial en 2010. Putin frecuenta sus reuniones.
[2] Discurso anual (4 diciembre de 2014) del presidente Vladimir Putin ante la Asamblea Federal en el Kremlin en presencia de más de 1000 invitados. Disponible online, en ruso.
[3] Discurso del presidente de la Federación de Rusia, 21 febrero de 2022. Disponible online, en ruso.
[4] Karaganov, «Russia’s new foreign policy, the Putin Doctrine», art. cit.
[5] «Nuestro deber es avanzar, confiando en los preceptos espirituales y las tradiciones de unidad, asegurando la continuidad de la historia.» 4 de noviembre de 2016. Disponible online, en ruso.
[6] Discurso anual (4 diciembre 2014). Doc. cit.
[7] Discurso del presidente de la Federación de Rusia, 21 de febrero de 2022. Doc. cit.
[8] S. Karaganov, «It’s not really about Ukraine», 8 de febrero de 2022.
[9] Los puntos 1 a 15 provienen de S.Karaganov, «Russia’s new foreign policy, the Putin Doctrine», doc. Cit.
[10] Dmitri Medvedev, expresidente (2008-2012), actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia. Disponible online, en ruso.
[11] Valeri Zorkin, «Un juicio rápido correcto y el mismo para todos», Rossiiskaia Gazeta, 26 de septiembre 2014. Disponible online, en ruso.