Las cifras de la irrupción de los movimientos sociales en la Convención: datos para entender el nuevo ciclo político
06.07.2021
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06.07.2021
El autor de esta columna de opinión sostiene que, si bien los medios de comunicación “tradicionales” repiten que “la elección de la Convención Constitucional fue un ‘triunfo de los independientes’, revistiéndolos de un halo de asepsia y despolitización’”, muchos de los electos/as “provienen de movimientos sociales con una postura y trayectoria política muy clara”. ¿Cómo dialogaron los representantes de esos movimientos con las listas que se formaron para postular a la Convención? Para dar respuesta a ello, el autor analizó 700 candidaturas integradas en las listas del Pueblo, Apruebo Dignidad, Apruebo e independientes. Los resultados, concluye, muestran que no solo hay movimientos sociales detrás de las candidaturas electas, sino también que un sorprendente porcentaje de no electas vino desde allí, lo que podría dar luces del nuevo ciclo político”, concluye.
La reciente elección de las y los integrantes de la Convención Constituyente vino a decir definitivamente que la eterna transición chilena llegaba a su fin. Antes de eso, aún quedaba la duda de si la revuelta social del 18/O se reflejaría en la redacción de la Nueva Constitución. La duda venía, en parte, por la apropiación del proceso constituyente que hicieron las fuerzas políticas transicionales, pero especialmente por el brutal efecto de la pandemia sobre las organizaciones y las relaciones cara a cara. No obstante, la explosión de participación y comunitarismo post-18/O, logró adaptarse a las reuniones por Zoom y fue capaz no sólo de sobrevivir, sino de ser un elemento clave en los resultados de la elección, pasando por encima de los límites impuestos por el acuerdo político del 15 noviembre de 2019.
Mientras los medios de comunicación tradicionales siguen repitiendo que el resultado de la elección de constituyentes fue un “triunfo de los independientes”, revistiéndolos de un halo de asepsia y despolitización, en realidad un número importante de estos proviene de movimientos sociales con una postura y trayectoria política muy clara. En esta nota presentamos un adelanto de un trabajo en progreso sobre las candidaturas a la Convención. Hasta ahora hemos analizado cerca de 700 candidaturas en los 28 distritos del país, incluidas en las listas del Pueblo, Apruebo Dignidad, Apruebo y listas de independientes.
De los y las 155 convencionales ya constituidos, al menos 43 pertenecen a organizaciones o movimientos sociales (MS), irrumpiendo en el espacio electoral del que históricamente se habían restado y/o habían sido excluidos. Hoy, una parte importante de la Convención se presenta como parte de la Vocería de los Pueblos, lo que demuestra que estos resultados no son en absoluto un fenómeno fortuito.
Muchas organizaciones venían creciendo sostenidamente hace años y con el estallido recibieron un impulso enorme, creándose y reinventándose, sumando voluntades de la juventud y nutriéndose también de la experiencia de personas de todas las edades, que encontraban en estos espacios un lugar de pertenencia y solidaridad de clase. Lo particular de este momento es que esas organizaciones ya no se quedaron, como solían hacer, al margen del proceso eleccionario o usando a regañadientes un cupo de los partidos. Decidieron participar, la mayoría de las veces de manera articulada, ya sea local o nacionalmente.
La principal articulación de MS en torno a esta elección se dio en la plataforma Movimientos Sociales Constituyentes (MSC), que incluyó 12 listas enteramente integradas por candidatas/os de organizaciones sociales (cuatro en la RM y ocho en otras regiones). Nació a partir de la unión entre la Coordinadora Feminista 8M (CF8M) y la Coordinadora No+AFP, mientras esta última no terminaba de llegar a un acuerdo con el Frente Amplio para incluir a su histórico vocero, Luis Mesina, en el distrito 10 (Santiago central). Así, a la plataforma se fueron integrando más organizaciones y distritos, dentro y fuera de la RM. Algunas organizaciones nacionales que se sumaron fueron la Coordinadora Nacional Migrante y el Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT), pero el grueso fueron asambleas y cabildos locales nacidos con la revuelta popular, así como movimientos ambientales territoriales y sindicales de más larga data.
A pesar del éxito de esta articulación, los resultados electorales de estas listas fueron moderados: integraron seis candidaturas de las 79 que levantaron en los 12 distritos donde compitieron. Una de las explicaciones para este resultado es la irrupción de la Lista del Pueblo (LdP), que se presentó como una lista nacional, usando de forma muy directa los símbolos de la revuelta social en la franja televisiva. De hecho, en todos los distritos donde compitieron listas de MSC, también compitió la LdP, con la excepción de los distritos 26 y 28 (Los Lagos sur y Magallanes). En estos últimos las listas de MSC llegaron a acuerdo para ser promovidas por la LdP, eligiendo a una constituyente cada una. En todos los distritos donde MSC no eligió ningún constituyente, la LdP eligió uno o dos representantes, con la excepción del 22 (Araucanía norte), donde ninguna integró.
Pero también hubo cuatro listas de MS que no eran parte de la plataforma MSC: “Súmate Ahora”, levantada por colectivos de afrodescendientes, que compitió en el distrito 1 (Arica y Parinacota) debido a la exclusión de este pueblo de los escaños reservados para pueblos originarios; “Movimientos Sociales Autónomos”, del distrito 15 (O’Higgins norte) que incluyó solo candidaturas de espacios colectivos; lo mismo hizo la “Lista por la Justicia Social” en el distrito 13 (Santiago surponiente), aunque también integró a una candidata de Independientes No Neutrales; la lista “A pulso por el Buen Vivir” del distrito 27 (Aysén) de la Coordinadora de Asambleas y Organizaciones Territoriales de Aysén. Hubo otras dos listas que se podrían considerar como de MS, aunque no todas sus cartas tenían esa característica: “Autonomía Social y Sindical” (distrito 2, Tarapacá) y “Nuestras Voces” (distrito 25, Los Lagos norte).
De las seis listas mencionadas en el párrafo anterior, solo Alvín Saldaña (distrito15), parte del Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT), logró entrar en la Convención Constituyente.
En los cupos de escaños reservados, también se presentaron miembros de una multitud de comunidades y agrupaciones de pueblos originarios. La mayoría, además, con un mandato de objetivos específicos a cumplir en la convención. Al menos diez de los electos/as en estos cupos pertenecen a una comunidad.
Figura 1:
Candidaturas a la Convención Constitucional apoyadas por organizaciones o movimientos sociales, según su foco principal.
De los 145 candidatos/as que se presentaron en las 23 listas de la Lista del Pueblo (LdP), 68 son integrantes de MS (47%), los que postularon especialmente en regiones (55 de los 68). Esta lista, más bien instrumental, nació en Santiago como una plataforma para cualquiera que quisiera candidatearse, siempre que no militara en algún partido, adhiriera a una serie de principios y cumpliera requisitos de probidad. Pero a medida que la LdP fue creciendo, grupos articulados de MS –incluso listas completas en distritos específicos, especialmente fuera de la RM– negociaron su incorporación como bloque a la planilla de la LdP. Esto ocurrió antes y después de la inscripción en el Servel, lo que se ve reflejado en los nombres de las listas, que incluyeron o no la frase “lista del pueblo”.
Las candidaturas de MS en la LdP provienen principalmente de asambleas, cabildos y organizaciones locales, que se crearon tanto antes como luego del 18/O. De las organizaciones nacidas previo a la revuelta social, encontramos colectivos con foco ambiental, territorial, de género y sindicales. De hecho, varias que integran el CF8M, el MAT y No+AFP fueron en cupos de la LdP y no en las listas de MSC. Finalmente, 12 de los 25 electos/as de la LdP (sin contar dos elegidas con apoyo dual MSC-LdP) fueron apoyados por MS.
También hubo numerosas listas de independientes “no alineados”, incluyendo las listas agrupadas en Independientes no Neutrales (INN), cuyas planillas incluyeron en menor medida candidatos/as provenientes de MS y del activismo. De estas listas, dos convencionales electas podrían considerarse parte de los MS: Alejandra Flores (distrito 2, Tarapacá), profesora, activista aymará, dirigente de funcionarios de la salud y miembro de la Asociación Nacional de Mujeres Indígenas y Rurales (ANAMURI); y Cristina Dorador (distrito 3, Antofagasta), académica, miembro del Movimiento Independientes del Norte y activista por la defensa de la biodiversidad en el desierto de Atacama.
En tanto, en la lista de Apruebo Dignidad (AD), también participaron numerosos integrantes de MS. Fueron aproximadamente el 47% del total de la lista, unos 75 postulantes de los 158 que llevo AD en todo Chile: De ellos, 40 eran militantes de partidos y 35 eran independientes.
La negociación de estas candidaturas con AD se sirvió de diferentes mecanismos. En dos distritos, la lista fue usada por alianzas locales de MS (Coordinadora Social del Nahuelbuta en el distrito 21 y Movimiento Aysén Constituyente en el 27). Pero en la mayoría de los casos se trató de militantes o simpatizantes de algún partido de AD que eran miembros de un movimiento social y negociaron un cupo con el apoyo de sus colectivos, aunque estos no fueron parte directa de las conversaciones. Un caso especial de este mecanismo es la CUT, cuyas candidaturas a la convención usaron principalmente los cupos del Partido Comunista dentro de AD, ya sea por militancia o cercanía.
Otro mecanismo fue el usado por el Movimiento de Defensa del Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (Modatima), que negoció directamente con el Frente Amplio para incorporar a sus candidatos/as a la lista de AD, lo que incluyó la candidatura a gobernador de su líder Rodrigo Mundaca en la Región de Valparaíso. Esta negociación no estuvo exenta de roces y polémicas, pero permitió a Modatima elegir a tres de sus cinco candidaturas en la lista de AD, sin quedar ligados necesariamente al proyecto político del Frente Amplio. Además. Modatima sumó otra electa que compitió por la LdP en el distrito 5 (Coquimbo).
Por último, algunos postulantes provenientes de MS compitieron en la Lista del Apruebo, de Unidad Constituyente (UC), integrada principalmente por los partidos de la ex Concertación. Según nuestro análisis, aproximadamente 22 candidaturas de UC a nivel nacional corresponden a este criterio, de las cuales unas pocas son militantes y el resto independientes en algún cupo de partido. Es interesante, aunque no sorprendente, observar el vaciamiento social de estos partidos, reflejado en la escasa proporción de organizaciones sociales en su planilla total de candidatos/as. Antes, el PS, al igual que el PC, concentraba una importante cantidad de sus candidaturas en personas ligadas a organizaciones sindicales y territoriales. En las elecciones constituyentes, apenas 6 de sus 44 candidaturas obedecieron a este criterio, dos de las cuales integraron la convención: Adriana Cancino (distrito 16), quien integra la Asociación de Discapacitados de Nancagua, y Mario Vargas (distrito 25), del Movimiento Laicos y Laicas de Osorno.
Dos partidos de menor peso en la lista de UC, el Partido Liberal (PL) y el Partido Progresista (PRO), usaron más o menos un tercio de sus cupos para candidaturas ligadas a MS, logrando elegir a un constituyente (Jorge Abarca, independiente en cupo PL en el distrito1, académico, presidente de la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile y activo participante del Comité de Defensa del Humedal del Río Lluta).
Uno de los aspectos más importantes de la elección de constituyentes ligados a MS, es la forma en que sus respectivos colectivos serán capaces de incidir en la discusión. Idealmente, la militancia social de quienes resultaron ganadores debería mantenerse activa durante la convención. En primer lugar, recogiendo insumos del colectivo para la argumentación, pero también dando un espacio concreto a sus organizaciones para participar en el debate. Además, debería tratarse del principal espacio donde los y las constituyentes rindan cuenta de sus votaciones y de eventuales acuerdos dentro la convención.
De esta forma, se configura un mecanismo concreto de participación, que apunta a la superación de la democracia neoliberal, entendida como una relación clientelar donde los candidatos/as iban a buscar votos y luego de ser electos actuaban por sí y ante sí, respondiendo, a lo sumo, ante su partido. Por supuesto, el éxito de este mecanismo dependerá del compromiso de cada constituyente y de su colectivo, de la participación activa de este último y del diálogo que pueda establecer con otras organizaciones sociales y con el resto de la ciudadanía para discutir temas que no necesariamente son su foco.
Afortunadamente, algunas organizaciones dan luces de que será así. Tanto la CF8M como Modatima, levantaron candidatos/as con un mandato específico y una serie de puntos a perseguir en la discusión constitucional. Por lo tanto, las y los constituyentes de estas organizaciones (tres y cuatro, respectivamente), ya cuentan con una representatividad distinta, planteada con estas características desde que se inscribieron en el Servel. Otras organizaciones también lo hicieron así, como los movimientos de lucha por la vivienda digna o las organizaciones de portuarios, aunque no lograron que sus postulantes integraran la convención.
Por otro lado, muchos constituyentes de MS no llegaron con un mandato específico, sino más bien con el apoyo de sus organizaciones. En estos casos será clave el trabajo de sus agrupaciones, las que deberán mantenerse activas y vigilantes respecto del rol de sus representantes, no necesariamente por desconfianza, sino para derribar los límites de la democracia representativa.
Esto último será especialmente importante para las y los constituyentes que participan de MS y al mismo tiempo son militantes de algún partido. En la medida que sus organizaciones sean capaces de mantener un vínculo real con el o la constituyente, evitarán que éste termine abstrayéndose de la ciudadanía que le dio su voto, como tantas veces ha ocurrido. A su vez, para los partidos, esto es una oportunidad importante para recuperar el vínculo social perdido, haciendo realidad eso de tener “un pie en la calle y otro en el parlamento” (en la convención, en este caso), pero a través de una relación genuina de apertura democrática, no solo circunscrita a una elección, de modo que el partido sea una herramienta y no un fin en sí mismo.
La importante presencia de candidaturas ligadas a MS en la elección de constituyentes podría verse como la consecuencia natural de un proceso de maduración, crecimiento y encuentro a nivel territorial de las organizaciones sociales, que se vio acelerado por la avalancha de participación luego del 18/O. Un buen signo de esto, es el alto número de constituyentes electos de MS que se agrupó en torno a la Vocería de los Pueblos, que incluye no solo a constituyentes de las listas del MSC, sino también a independientes, constituyentes electos en la LdP, en AD y de cupos reservados a pueblos originarios.
Si los MS pretenden seguir disputando cargos de representación popular como herramienta política, es importante sacar algunas lecciones de esta elección de constituyentes. Solo siete representantes de MS fueron electos/as en listas exclusivas de MS, la mayoría resultó electo/a en la LdP o en AD (12 y 10, respectivamente), tres en la lista de UC y dos en listas de independientes. Por lo tanto, habrá que analizar en detalle la conveniencia de presentar listas propias o seguir participando en listas de conglomerados políticos. Una estrategia mixta podría no solo tener buenos resultados electorales, sino también tensionar a la izquierda tradicional para que adopte esta forma de representación mucho más democrática, haciendo retroceder a la representación clientelar tan típica de los partidos de la ex Concertación, quienes tempranamente desdeñaron la participación popular.
La LdP fue una lista instrumental que jugó un papel importantísimo en darle visibilidad a la revuelta social del 18/O como concepto popular, explotando un sentimiento de rechazo al orden neoliberal con excelentes resultados electorales. Han declarado que trabajarán como conglomerado político y disputarán más elecciones, lo que podría ser una buena noticia para oxigenar la política y dar más espacio a parte importante de una ciudadanía hastiada de “los mismos de siempre”. Sin embargo, no queda claro cómo se relacionarán con los MS que ocuparon una parte importante de sus cupos y que hoy tienen a la mayoría de sus constituyentes participando de la Vocería de los Pueblos. Lamentablemente, la poca habilidad comunicacional de sus voceros capitalinos deja más dudas que certezas.
Por último, en el pacto AD y en los partidos progresistas de UC también deben tomar decisiones. El tiempo en que los MS se subordinaban a los partidos al momento de usar uno de sus cupos electorales, ha llegado su fin. Ahora se presentan a una negociación de igual a igual, incluso cuando se trata de organizaciones territoriales, entre otras cosas porque el partido como organización de masas ha perdido sentido incluso en las colectividades jóvenes que no cargan con el peso de los 30 años de la transición. Por ejemplo, para el centenario PC este análisis debería ser fundamental, pues si bien mantienen militancia popular activa y lazos con MS, sus candidaturas se concentran en organizaciones como la CUT, que arrastra sus propios conflictos y culpas, los que probablemente influyeron en que no lograra elegir a ningún constituyente del mundo sindical.
Las elecciones de alcaldes, concejales y gobernadores también requieren este tipo de análisis, aunque algunos datos ya indican que existió una importante ofensiva de organizaciones sociales. Lo mismo ocurre al lado derecho del abanico político, aunque ese análisis es parte del trabajo en progreso que esperamos presentar prontamente. En definitiva, en este nuevo ciclo político que empieza, los MS llegaron para disputar la representación popular y es de esperar que este fenómeno logre sentar las bases de una democracia robusta que supere definitivamente a la languideciente y débil democracia que nos acompañó durante esta eterna transición.