CIPER ACADÉMICO / ANÁLISIS ELECTORAL
Y cambió también lo profundo
18.05.2021
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CIPER ACADÉMICO / ANÁLISIS ELECTORAL
18.05.2021
Hasta la elección pasada, quien quería hacer cambios o promover una política sabía a qué puerta tocar y en qué pasillo hacer lobby. La votación alteró completamente eso. La columna construye un modelo para dilucidar por dónde correrá el poder en la Convención, es decir “quiénes son los nuevos actores pivotales”.
Transparencia: El autor es director del doctorado en ciencias de la comolejidad social de la Universidad del Desarrollo y socio director en Tendencias Sociales en Datavoz. No trabaja, comparte o recibe financiamiento de ninguna compañía u organización que pudiera beneficiarse de este artículo.
Durante 31 años en Chile siempre supimos dónde estaba el actor con poder pivotal para hacer cambios en lo público. Por actor con poder pivotal me refiero a ese actor político que daba el voto clave, la venia final, el “vamos” necesario para completar los quórums requeridos para modificar o reformar las reglas. Si los que querían hacer una reforma eran personas de derecha o centro derecha, ese actor pivotal estaba en alguno de los pasillos de la Democracia Cristiana para algunos temas, en el miembro PPD de alguna comisión parlamentaria en otras, etc. Y si los cambios los querían proponer grupos de izquierda o centro izquierda, había un coronel de la UDI al cual había que convencer o alguna figura en Renovación Nacional con el cual había que reunirse sigilosamente. El juego era conocido y los actores se conocían muy bien.
Esa certeza se ha esfumado.
Y allí recae, a mi juicio, el resultado principal de las elecciones del fin de semana pasado.
Cambia todo. Cambian las puertas que los negociadores van a tocar. Cambian los pasillos donde esas conversaciones se darán. Cambia todo eso de lo que está hecha de verdad la política y que sus practicantes se esmeran en esconder en estos tiempos de impostada transparencia. Y debería obligar a cambiar también a quienes nunca quieren hacerlo. Sobre todo porque sus puertas ya no serán tan visitadas como antes. Y no es para nada claro que tengan la visión para hacerlo.
Veremos por estos días muchos análisis y conoceremos muchos entretelones de esta transformación histórica. Así que, en pos de una buena división del trabajo, dejaré eso a mis colegas para focalizar mi atención en un punto específico: intentar dilucidar por dónde están esos nuevos pasillos y quiénes son esos nuevos actores pivotales en el marco de la Convención Constituyente.
El principal problema empírico que enfrento para este desafío es que muchos actores son nuevos en la arena política. No sabemos mucho, o mejor dicho, no sabemos nada de ellos. Si bien, iremos conociéndolos en los próximos meses, todos desearíamos alguna guía para interpretarlos rápidamente. Afortunadamente, en el diario La Tercera hicieron hace algún tiempo una encuesta interactiva (Tu Match Constituyente) en la que luego de responder algunas preguntas relevantes para la discusión constituyente (preguntas sobre la forma de gobierno preferida, sobre los derechos de agua, educación, salud, sobre el rol del Tribunal Constitucional, etc.), el sistema nos decía qué candidato o candidata de nuestro distrito había respondido de forma más parecida a nosotros.
Ahora bien, el problema con el método de match usado en el sitio es que no aprovecha toda la información que genera. Ello se puede entender fácilmente con un ejemplo.
Suponga que hay dos candidatos a los que se les hicieron diez preguntas políticamente relevantes y uno respondió a todas que “Sí”; y el otro, a todas que “No”. Es razonable pensar que esos dos candidatos están en las antípodas políticas uno del otro.
Si luego a usted le hacen las mismas preguntas y responde a una mitad que “Sí” y a la otra mitad que “No”, el sistema le generará un doble empate porque tiene cinco coincidencias con cada uno de los candidatos. Pero es razonable pensar que usted, en realidad, está a una posición política equidistante de ambos.
Lo que no aprovecha el sistema del diario es que los datos que recoge no sólo permiten saber las coincidencias del votante con candidatos, sino también las coincidencias y diferencias entre ellos.
¿Por qué? Porque las preguntas que se les hicieron son políticamente relevantes y, por lo general, en política, las personas que opinan de un modo en una dimensión, suelen coincidir en otras.
Por ejemplo, las personas que cuestionan la mercantilización de los servicios de salud, también suelen coincidir en su visión en temas de educación o respecto a la progresividad de los impuestos. No se trata de correlaciones perfectas, sino de heurísticas que más o menos son consistentes a lo largo de una amplia multiplicidad de dimensiones.
Es a esa suerte de coherencia en las preferencias en temas políticos a lo que en el resto de este documento llamo ideología (para más detalles, recomiendo leer aquí).
Usando los datos del sitio con las respuestas de los candidatos a constituyentes, estimé la ideología de cada postulante (más detalles aquí). Ahora bien, lamentablemente no todos los candidatos finalmente elegidos respondieron la encuesta de La Tercera. De partida, el sistema no tiene las respuestas de los candidatos de pueblos originarios, pero tampoco los de algunos independientes y militantes de partidos. Para subsanar esa dificultad, imputé el valor medio de la ideología estimada en todos los casos en que era razonable hacerlo porque se conocía o la militancia o la ideología de otros miembros de la misma lista.
Así, por ejemplo, Teresa Marinovic no contestó la encuesta, pero hay personas en el Partido Republicano que sí lo hicieron. Así que promedié esos valores y se lo imputé a ella. Lo mismo hice con Cristián Monckeberg y otros. En el caso de Renato Garín, por ejemplo, le imputé el promedio ideológico estimado de la lista por la que fue a la elección, aunque no fuera militante. Y así lo hice también con varios de los elegidos de la lista del pueblo. Con esa imputación finalmente pude generar una base con estimaciones ideológicas de 135 de los 155 Convencionales Constituyentes.
El resultado lo resumo en la figura 1. Imaginen una dimensión ideológica de izquierda a derecha y sobre ella cada círculo representa la posición ideológica de un constituyente. En la figura, destaqué algunos de los nombres según el lugar donde el método estima que se ubica en el continuo ideológico. La ubicación es consistente con lo que uno debería esperar si conoce algo de la posición política de las personas que allí aparecen destacadas. Lo mismo puede decirse al mirar los resultados por listas en la figura 2.
El análisis estadístico realizado explica más del 80% de la dispersión de las respuestas por lo que, si bien, hay otras dimensiones relevantes para entender el comportamiento de los convencionales constituyentes, la dimensión estimada parece suficientemente relevante para hacer algunas inferencias a partir de ella.
El problema empírico fundamental es que hay todavía veinte constituyentes sobre los que no tengo una estimación. El resultado naturalmente cambia dependiendo de cómo ellos se distribuyan en el espectro ideológico estimado. Hechas estas prevenciones, la figura 3 presenta mi estimación de por dónde están los actores pivotales para la Convención Constitucional.
Destaco dos tipos de actores pivotales relevantes.
Los votantes medianos: Si bien se supone que las decisiones en la Convención Constitucional se tomarán por quórums de 2/3, últimamente se ha planteado un debate sobre la materia que seguramente continuará en los primeros meses mientras se define el reglamento. La alternativa más natural a la que la Convención podría es a definir alguna decisión por mayoría simple. Ello naturalmente es, hoy por hoy, una materia muy controversial y no es mi ánimo aquí ir al fondo del asunto sobre la soberanía o no de la Convención para hacer esos cambios o sobre si los márgenes de su accionar están o no bien definidos en la actual constitución. Sólo me interesa ubicar en el plano ideológico al votante mediano. Es decir, aquél o aquellos individuos que dan la mayoría simple para un lado o el otro en un debate. De acuerdo con mi estimación (puntos azules), los candidatos principales a ocupar ese lugar son Renato Garín y Fernando Atria.
Los votantes 2/3: Ahora bien, toda norma que se apruebe en la Convención debería contar con dos tercios de apoyo. Por ende, existen dos votantes pivotales. Para una idea que sea promovida entre personas de derecha, ese votante pivotal se cuenta partiendo desde la derecha hacia la izquierda hasta contar dos tercios de los miembros de la Convención. Lo mismo sucede con los textos constitucionales que sean promovidos desde la izquierda del espectro ideológico. Al hacer esos conteos, los convencionales constituyentes (puntos rojos) son Alondra Carrillo (Voces Constituyentes) y Ricardo Montero (Partido Socialista).
Si serán ellos o no al final los votantes medianos y pivotales no es lo más relevante. Lo relevante es que ningún votante pivotal o mediano está ubicado cerca o a la derecha del espectro político ideológico tal y como lo conocemos.
Es decir, la estimación sugiere que cambian los pasillos donde se harán las negociaciones y lo harán radicalmente. Los puntos amarillos cuentan diez constituyentes para cada lado de los votantes pivotales (el número total de miembros para los cuales no pude hacer una estimación ideológica). Dicho de otro modo, ése es el rango por donde se puede mover el votante pivotal; ello podría recaer en militantes o simpatizantes de centro derecha sólo en el hipotético caso que la gran mayoría de los miembros de pueblos originarios (PPOO) compartan sus visiones, lo que ignoro, pero creo improbable.
En suma, si usted ha visto correr cabezas en estos días como resultado de esta elección, verá caer más. El terremoto en el establishment político es total y, esta vez, no sólo impacta a los gobiernos locales, sino que se apresta a plasmarse en las reglas constitucionales durante los próximos 12 meses. Los perdedores deberán aprender a caminar por pasillos que poco les gustaba visitar.
Es un momento delicado de nuestra convivencia en donde de los ganadores depende que salgamos adelante más unidos y con cambios razonables para nuestra convivencia a largo plazo y que no se caiga en la tentación, que está a la vista, de querer el todo. Ello sería un error político de una generación que parece haber encontrado su destino. Y donde de los perdedores también depende lo que venga, puesto que ante una derrota tan aplastante en la elección constituyente, la tentación para que algunos deseen golpear la mesa está servida y eso también sería el peor error político de toda una generación que transformó a Chile.
Nota: Los datos usados en las estimaciones ideológicas se pueden consultar aquí.
Más detalles aquí.
Este artículo es parte del proyecto CIPER/Académico, una iniciativa de CIPER que busca ser un puente entre la academia y el debate público, cumpliendo con uno de los objetivos fundacionales que inspiran a nuestro medio.
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