Cómplices pasivos

“En la tele vi las protestas de Hong Kong, sin ninguna censura. No sé lo que decían porque estaba en chino y no sé leer chino. Pero mostraban las protestas”. Ésa fue la insólita conclusión del diputado Boris Barrera que fue parte de una delegación de diputados del Partico Comunista que acaba de volver de China, invitados por sus correligionarios asiáticos. O sea, no habla chino, pero le bastó ver unas imágenes en la televisión para creer a pies juntillas que no hay censura. Aunque no sepa si a los manifestantes los calificaban de terroristas, de matones sociales, si transmitían las verdaderas razones de su alegato. Nada.

Pero no fue lo único. En el programa 360 de CNN Chile agregó: “Visitamos barrios, zonas agrícolas, vimos su sistema de organización y la verdad es que no vimos nada extraño como lo que hablan a veces de las violaciones a los derechos humanos. No vi nada de eso…la gente no reclamaba, se veía en la plaza a los adultos mayores haciendo ejercicios. Si hay violaciones a los derechos humanos, yo creo que debieran ser más explícitas”.

Listo, caso cerrado, como diría la doctora Polo (porque a ese nivel está esta argumentación). Ya no es necesario que la ONU se preocupe, ni que Amnistía Internacional o Human Rights Watch(HRW) sigan haciendo informes y presentando reclamos. El diputado Barrera, que además agregó que anduvo en taxi, tiene claro que en China NO se violan los derechos humanos. Igual, me quedó la duda sobre de qué le sirvió andar en taxi para informarse de la actualidad, si no habla chino, o por qué mejor no se reunió con disidentes.

Esto ocurrió en una oscura semana para los derechos humanos en nuestro país. Con un embajador chino que por suerte en Chile puede expresar libremente sus puntos de vista, como no sucede en China, pero que argumenta desde el poder y no desde los principios democráticos. Para él, si un diputado chileno se reúne con un disidente en Hong Kong, amenaza la integridad de su país. Y nada puede cuestionarse a una nación que ha tenido un desarrollo  económico tan impresionante (claro, de ahí que estén en las plazas haciendo ejercicio como nos contó el diputado Barrera).

Eso fue parte de la semana. También oímos al presidente Jair Bolsonaro decir: “Señora Michelle Bachelet: si no fuera por el personal de (Augusto) Pinochet, que derrotó a la izquierda en 1973, entre ellos a su padre, hoy Chile sería una Cuba”. Hiriente, el mandatario brasileño mintió. Porque bien sabemos que el general Bachelet falleció  tras ser torturado y en prisión. Así pasa en las dictaduras, ¿no embajador Xu Bu? Ocurrió con el Premio Nobel Liu Xiaobo a quien lo condenaron por escribir de manera crítica contra el Partido Comunista chino y, enfermo de cáncer terminal, sólo al final de sus  días lo dejaron morir en su casa, pero no salir del país.

Seguimos avanzando y nos encontramos con lo que debió ser una buena noticia: el Plan Nacional de Derechos Humanos ingresaba a Contraloría. Pero respecto del matrimonio igualitario se cambió una palabra clave. Ya no existía el compromiso de PROMOVER el proyecto de ley, sino de MONITOREARLO. Ministro de Justicia y subsecretaria de Derechos Humanos se excusaron con que no estaba en el programa de gobierno, desentendiéndose de que el compromiso ante la Comisión Interamericana fue del Estado de Chile, lo que trasciende cualquier administración temporal.

Para cerrar, habló el canciller Teodoro Ribera. En Radio Cooperativa afirmó: “Maduro es un dictador ubicado en Latinoamérica en un país donde ha habido una larga tradición democrática. Maduro es una persona que ha destruido esa tradición democrática y por tanto, nuestra visión respecto a él es mucho más dura porque estamos en un mismo marco cultural”. En cambio, respecto de China sostuvo: “Nuestra mirada tiene que ser más comprensiva de una evolución política que están sufriendo ellos y nosotros tenemos que hacer los mayores esfuerzos para acompañar esa evolución política”.

 O sea, los Derechos Humanos no son universales. Solo se pueden, y deben, exigir cuando se trata de culturas similares. De ahí, uno podría deducir que no se debería condenar la ablación femenina (mutilación genital) en 29 países de África, oriente medio y sudeste asiático, ni que en otros se obligue a las mujeres a usar burka o que no puedan salir a la calle sin un hombre, aunque sea de 2 años, que las acompañe. Tampoco sería reprochable que bajo la política china del “hijo único” se hubiera matado a las niñas recién nacidas para tratar de tener un varón o los campos de concentración –perdón de reeducación– para disidentes o minorías étnicas como los uigures. Cómo criticar al gigante asiático si se trata de una cultura milenaria, si está en “evolución”, si están tan lejos.

Uno podría haber recuperado en algo el ánimo, porque el viernes hubo una sentencia contra dos ex carabineros de la 21 Comisaría por torturas y apremios ilegítimos que ocurrieron durante años en total impunidad. Uno, como dio a conocer La Tercera, se apodaba a sí mismo “Paco Nazi”. Pero no es posible mirar esto con esperanza, porque hay 12 carabineros más en proceso judicial y a pesar de las graves acusaciones en su contra sólo tres están en prisión preventiva y nueve siguen en servicio activo. Incluso, a uno de ellos lo pusieron a cargo de la cuestionada comisaría.

Por eso, preferí terminar mi semana haciendo una especie de diccionario de Derechos Humanos. Uno, claro, que explica cómo los distorsionamos para que ningún extranjero se equivoque cuando venga a nuestro país. Advierto que aún está en desarrollo.

CULTURA MILENARIA: razón que se aduce para no respetar DD.HH. en China.

DESARROLLO ECONÓMICO: logro por el cual se perdonan las violaciones a los DD.HH.

MADURO: dictador.

MATÓN SOCIAL: joven que pide elegir democráticamente a sus autoridades

MONITOREAR: verbo que se ocupa para dejar de cumplir un compromiso y que equivale a “lo dejaremos estar a menos que una encuesta o protesta social nos obligue a lo contrario”.

PACO NAZI: carabinero de nombre Francisco Arzola, que se jactaba de este sobrenombre y su poder en la comisaría que estaba a su cargo. Ahí, en plena democracia,  durante años se torturaba a las personas según se estableció en una condena en primera instancia.

SOBERANÍA: Principio de autodeterminación al que se alude cuando no se quiere condenar las violaciones a los DD.HH., sobre todo de cercanos ideológicos.

TORTURA Y APREMIOS: (para los ministros de la Corte de Apelaciones Juan Muñoz  y Jorge Zepeda) “celo desmedido y exagerado en el cumplimiento de su deber policial, para erradicar la lacra que constituye el comercio ambulante ilegal”.

VENCER: (nueva definición desde Brasil) lo que sucede cuando un general de la Fach muere tras torturas y en prisión.

XI JINPING: dictador al que se llama presidente de un país poderosísimo y a quien (según el canciller chileno) hay que acompañar en su evolución política.

CÓMPLICES PASIVOS: en palabras pronunciadas por el Presidente Sebastián Piñera en 2013, “quienes (respecto de violaciones a los derechos humanos) sabían y no hicieron nada o no quisieron saber y tampoco hicieron nada”.

Curioso, esta última definición le viene tan bien a varios. Tal vez podría agregarse la categoría de cómplices silenciosos a nivel internacional: los que callan o justifican, los que se tocan el bolsillo antes que pelear por principios, los que recuerdan los derechos humanos sólo cuando los vulnera un adversario y obvian las garantías fundamentales atropelladas por gobiernos amigos. Los que creen que sólo en dictadura se atropellan personas y olvidan que la democracia puede reducir sus espacios… hasta que un día ya no existe.