Cannabis: se debe regular el consumo adulto
18.07.2019
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18.07.2019
Por Sergio Sánchez*, en respuesta a Negocios millonarios y conflictos de interés en la industria de “cannabis medicinal”.
A raíz de la reciente polémica sobre el cannabis para uso medicinal, quienes arguyen sobre la supuesta falta de evidencia científica y la peligrosidad de la sustancia, olvidan que Chile es conocido en toda América Latina como un lugar ideal para la investigación médica y farmacéutica, por lo que hoy el país tiene más estudios clínicos con productos cannábicos que el promedio en el continente.
Poner una venda ante la realidad, la que hoy levanta al país como el centro regional de investigación y desarrollo de evidencias clínicas muy importantes, es no reconocer el problema en cuestión, aún cuando el mismo Colegio Médico ha abogado por obtener mayores niveles de evidencia para su uso eficaz y seguro.
Un buen proyecto de ley no debe mediar el consumo a través de una receta médica, sino distinguir que existen dos mercados muy diferentes de cannabis sativa: uno medicinal y otro para uso adulto diverso, que incluye lo recreacional, lo espiritual, lo exploratorio, etc.
Actualmente, lidero en Chile un ensayo clínico centrado en el manejo del dolor. Este se aprobó tanto en la Fase I como en la Fase II y existe una gran cantidad de evidencia clínica acerca de los beneficios del cannabis medicinal, conducidos por centros de salud y universidades en todo el mundo.
Para regular el mercado medicinal, estamos de acuerdo en que debemos obtener preparados medicinales estandarizados, que hayan sido sometidos a estudios de seguridad y eficacia y que aprueben todos los requisitos de la autoridad sanitaria para el consumo de fármacos en la población. La situación ideal es prescribir preparados de cultivos controlados y fabricados bajo normas de manufactura de medicamentos.
Así las cosas, creemos que ha llegado el momento de que la ley regule el uso adulto. Ese es el verdadero desafío para quienes deseen consumir cannabis sativa. No tienen que “medicalizar” el uso que hacen de la planta las personas adultas: tendríamos las consultas médicas con más personas en busca de recetas, cuestión conocida en California y Colorado previo a la regulación del mercado de la cannabis.
Finalmente, nos parece que la ley 20.000 ya cuenta con suficientes espacios para autorizar el uso medicinal en su artículo 50, inciso final: “Se entenderá justificado el uso, consumo, porte o tenencia de alguna de dichas sustancias para la atención de un tratamiento médico”. El problema es que las policías no parecen respetar del todo la prerrogativa de las personas a cultivar en función de un tratamiento médico o para fines recreacionales.
(*) Sergio Sánchez es médico, fundador de la ONG Latinoamérica Reforma y está a la cabeza de los estudios de Spectrum Therapeutics en Chile. Se autodefine como “médico chileno pionero del cannabis medicinal”.