Día Mundial de la Reducción de Emisiones de CO₂: los compromisos de Chile
28.01.2025
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28.01.2025
La autora de esta columna escrita para CIPER detalla los compromisos del país para combatir el cambio climático, justo en el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2. Sostiene que “hoy, más que nunca, sobre todo ante la contingencia internacional que nos muestra que los grandes emisores seguirán fomentando el uso de combustibles fósiles, necesitamos redoblar los esfuerzos para proteger nuestro planeta y asegurar un futuro sostenible para las próximas generaciones”.
El cambio climático ha dejado de ser una amenaza lejana para convertirse en una realidad que afecta diariamente nuestras vidas. En este contexto, las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) son fundamentales para materializar los compromisos asumidos en el Acuerdo de París. Chile, como parte activa del proceso, actualizó recientemente su NDC, hoy en consulta pública, reforzando sus metas y reafirmando su compromiso con la carbono neutralidad y la resiliencia climática para 2050. Pero, ¿qué son estas metas?
La nueva NDC de Chile, elaborada bajo el marco de la Ley Marco de Cambio Climático), establece ambiciosos compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). El objetivo es claro: limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Aunque Chile no es responsable del aumento de las emisiones, sí es uno de los países más vulnerables a sus efectos; por tanto, reducir emisiones es un desafío que exige la transformación de los sectores productivos, energéticos y de transporte, tarea nada fácil, dada nuestra dependencia de los recursos naturales. Chile se compromete a limitar sus emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) a un máximo de 1.100 MtCO₂eq entre los años 2020 y 2030, con un peak de emisiones en 2025. Actualmente, el país emite 111 MtCO₂eq al año, y el compromiso establece una reducción progresiva a 91 MtCO₂eq en 2035, lo que equivale a una disminución de aproximadamente un 18% respecto a los niveles de 2022, avanzando así hacia la carbono neutralidad en 2050.
El sector energía es el corazón de esta transición hacia la carbono neutralidad. Con un plan para cerrar todas las centrales a carbón en 2040 y un avance significativo en energías renovables no convencionales, Chile ha sentado las bases de un cambio estructural. Además, la promoción del hidrógeno verde como combustible estratégico y el liderazgo en electromovilidad, con la flota de buses eléctricos más grande fuera de China, posicionan al país como referente regional en innovación climática. Aunque estas transiciones no están exentas de conflictos socioambientales y de las desigualdades estructurales del país.
Las metas no se limitan solo a la mitigación. La actualización de la NDC incorpora la Estrategia Nacional de Transición Socioecológica Justa (ENTSEJ), reconociendo que los costos y beneficios de la acción climática no pueden recaer desproporcionadamente en ciertos sectores o comunidades. Este enfoque busca garantizar que la transición sea inclusiva y participativa, integrando a los grupos más vulnerables y fomentando empleos verdes que beneficien también a las economías locales, muchas veces desmedradas por los procesos extractivos.
En cuanto a la adaptación, Chile se compromete a fortalecer la seguridad hídrica, proteger la biodiversidad y adoptar soluciones basadas en la naturaleza (SbN) como eje clave para enfrentar los desafíos climáticos. Como parte de estas soluciones, se incluye un compromiso clave con los humedales y turberas, reconociéndolos como sumideros naturales de carbono esenciales para la mitigación y la adaptación. En esta línea, Chile busca proteger y restaurar estos ecosistemas estratégicos, fortaleciendo su papel en la regulación hídrica y la conservación de la biodiversidad.
La megasequía, los incendios forestales y las marejadas son ejemplos del impacto que ya vivimos y que dañan nuestras ciudades y asentamientos. Frente a ello, el país prioriza el desarrollo de planes sectoriales y comunales de cambio climático, que respondan a las necesidades específicas de cada territorio.
Este esfuerzo no está exento de desafíos. Alcanzar la carbono neutralidad requerirá una inversión pública y privada significativa, además de la participación activa de todos los sectores de la sociedad. Según el Banco Mundial, esta transición podría aumentar el PIB potencial de Chile en un 4,4 %, generando beneficios económicos que compensen con creces los costos iniciales (NDC). Sin embargo, para lograrlo es crucial acelerar la implementación de políticas y garantizar que los compromisos climáticos trasciendan los ciclos políticos.
En este Día de la reducción de Emisiones de CO₂, es necesario reflexionar sobre el papel que cada uno de nosotros puede desempeñar. El cambio climático es un problema global que demanda soluciones locales. Chile ha avanzado en sus compromisos, pero la acción individual y colectiva será determinante para convertir estas metas en realidad.
La actualización de la NDC representa un paso firme hacia la reducción de emisiones, pero el tiempo es urgente. Hoy más que nunca, sobre todo ante la contingencia internacional que nos muestra que los grandes emisores seguirán fomentando el uso de combustibles fósiles, necesitamos redoblar los esfuerzos para proteger nuestro planeta y asegurar un futuro sostenible para las próximas generaciones.