El diez por ciento

Señor Director:

Dentro de la población que habita Chile, casi el 10% corresponde a personas extranjeras. Esto nos debe remecer, pero no en el sentido de rehuir de esta realidad o mirar esta cifra como algo negativo. Por el contrario, debe remecernos en cuanto a permitirnos deshacernos del velo ideológico o populista de la ignorancia, y comprender que la migración, además de ser un fenómeno natural, no se va a detener. 

Lamentablemente, las crisis en nuestro continente llevan a que se produzca una migración forzada, la cual implica que muchos países de la región reciban a personas extranjeras. Ahora bien, si queremos hablar de cifras, entonces habría que recordar que ese 10% ha contribuido, según el Banco Mundial, al aumento en un 1,7% del consumo del país y al crecimiento del PIB nacional. Asimismo, el citado estudio señaló que se trata de personas altamente activas laboralmente y que pagan más impuestos que los servicios públicos que utilizan. 

También tendríamos que destacar que la migración ha aportado al país en la diversificación de los trabajos, en el aumento de la natalidad y población joven, y en aspectos culturales. 

La pregunta que en realidad deberíamos hacernos es cuánto porcentaje aportamos nosotros como país a una migración ordenada, segura y regular. En Chile tenemos un ecosistema migratorio débil, donde la legislación se ha transformado en una barrera que fuerza a las personas en necesidad a la migración irregular y da espacio para el trabajo de redes de tráfico y trata; donde avanzamos en cambios legales tan inhumanos como inconstitucionales e inútiles, y donde tenemos un sistema de protección internacional que no funciona correctamente. 

Estas nuevas cifras sobre migración deben llevarnos a cuestionar y mejorar nuestras políticas públicas y regulaciones jurídicas, logrando cambios que favorezcan la convivencia social y la integración de todas y todos en la realidad nacional.