Tres claves del riesgoso trabajo en la atención primaria en Chile
02.01.2025
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02.01.2025
En la siguiente columna los autores entregan los datos de un estudio realizado entre 3.700 trabajadores de la atención primaria en Santiago, los que revelan serios problemas laborales, a los que se suman amenazas de muerte, hostigamiento, persecución y maltrato. Extrapolando estos resultados a la realidad de todos los trabajadores, concluyen que “se vuelve cada vez más urgente la unidad del mundo del trabajo para enfrentar problemas cotidianos como la falta de ingresos para llegar a fin de mes, el endeudamiento, la disparidad de distribución de tareas o el tiempo disponible”.
Créditos imagen de portada: Rodrigo Fuica / Agencia Uno
Durante 2023 y 2024 la Federación CONFUSAM CentroOccidente, una organización de trabajadores y trabajadoras de Atención Primaria de Salud municipal realizó una investigación para conocer las características de sus socias y socios con el objetivo de potenciar sus acciones y reconocer los puntos críticos del desempeño de su trabajo, que es cada vez más riesgoso considerando las problemáticas estructurales. Este proceso permitió catastrar a más de 3.700 socios y socias de la Federación, a partir de quienes se pudo seleccionar una muestra representativa para profundizar los resultados preliminares, a través de una encuesta. Esta columna aborda las principales conclusiones de esta investigación.
Una primera clave para comprender el trabajo en atención primaria en la población descrita anteriormente es la alta presencia femenina. Prácticamente 76 de cada 100 personas, son mujeres, la mayoría por sobre los 35 años.
La segunda clave consiste en la intensidad del trabajo. En las 15 comunas que conforman esta Federación existen casos donde las y los trabajadores reportan que deben exceder las horas establecidas en su jornada. En algunas comunas quienes afirman esta realidad superan el 50% del total de trabajadores y trabajadoras, lo que deja entrever una clara situación de recarga laboral, sobre todo si se toma en cuenta que en todas las comunas se reportan casos de jefaturas que se comunican fuera de horario laboral, incluso en vacaciones o días de licencia, sumado con el hacinamiento y la ausencia de lugares apropiados para almuerzo o colación (casino, comedor, etc.), que se puede apreciar en al menos 11 comunas.
La tercera clave se orienta a los hogares. En las 15 comunas, que engloban aproximadamente 39 centros de trabajo (como los CESFAM), se evidencia que las y los trabajadores de salud primaria deben compatibilizar su trabajo con labores de cuidado permanente (Fundación SOL, Confusam Centro Oriente (2024), Encuesta Sindical Federación CONFUSAM Centro Occidente) En general sobre 4 de cada 10 trabajadoras deben realizar estos tipos de cuidado. Más difícil es cuando las tareas del hogar no pueden coordinarse de forma adecuada: en todas las comunas se reportan casos de trabajadoras que se encuentran “totalmente insatisfechas” con la forma en que se divide el tiempo de trabajo doméstico. Incluso el cuidado de hijas a hijos es algo que no se logra coordinar en todos los casos.
Lo anterior se vuelve más complejo cuando se verifica que los tiempos de traslado son extenuantes, especialmente en comunas donde más del 25% de las y los trabajadores deben destinar diariamente hasta 2 horas solo en moverse entre su hogar y el trabajo. En más de la mitad de las comunas se aprecian casos donde este tiempo puede tomar entre 3 y 4 horas al día. Además, las y los trabajadores señalan que deben ir y volver de sus trabajos cuando ya ha oscurecido, situación que según expresan les genera altos niveles de inseguridad.
A esta realidad es importante agregar que un 54,7% del total de trabajadores y trabajadoras que participaron de esta investigación, indicó que colabora económicamente con otros hogares. De este grupo un 48,9% pertenece a hogares donde solo una persona se encuentra con trabajo remunerado. La tensión es enorme para aquellas personas que trabajan en atención primaria de salud, puesto que al menos en el 51,6% de las y los trabajadores señalan que la situación de su salud mental ha empeorado durante el último año, junto con el 57,9% que indica que tiene alguna enfermedad que ha sido provocada por su trabajo. Como trabajadores y trabajadoras de la salud primaria cuyo deber es cuidar, la directiva sindical se pregunta si toman medidas para cuidarse a través de exámenes preventivos. Ante esa pregunta, existen 5 comunas donde más del 40% de las y los trabajadores que respondieron indican que no.
Al analizar el trabajo en salud primaria es muy probable que apreciemos resultados que no son tan distintos de otros trabajos. Los números y su comparabilidad nos acercan a comprender los problemas de la desigualdad estructural de Chile en el contexto del capitalismo contemporáneo. Imaginemos que a toda la situación descrita (que, en ciertos casos, le podría resultar común a cualquier trabajadora de otro sector económico en Chile) se suma la amenaza de muerte, el hostigamiento, la persecución, el maltrato verbal o cualquier otro hecho de los que han sido denunciados por trabajadoras y trabajadores de salud primaria.
En una realidad como esta, la desigualdad estructural se vuelve insostenible. Las y los trabajadores de atención primaria han logrado establecer canales para profundizar en la defensa de sus derechos mínimos, la defensa de su trabajo y la oportunidad de acudir a intervenciones que salvan vidas o mejoran su calidad. Sin embargo, el problema sobre el que se erigen todas las violencias y despojos no es un asunto sectorial. Se vuelve cada vez más urgente la unidad del mundo del trabajo para enfrentar problemas cotidianos como la falta de ingresos para llegar a fin de mes, el endeudamiento, la disparidad de distribución de tareas o el tiempo disponible.
La Federación CONFUSAM CentroOccidente tiene a su haber una larga historia de luchas por sus reivindicaciones laborales y en defensa de la salud pública, entre otras. Si bien se han logrado importantes avances, es un hecho que las actuales condiciones laborales en el sector salud municipal distan mucho de lo que la OIT define como Trabajo Decente, razón por la cual, su dirigencia tiene claridad absoluta respecto de la urgencia por continuar fortaleciendo la organización y preparando las condiciones para una movilización progresiva que es, a final de cuentas, el único camino que permitirá avanzar en el logro de sus legítimos objetivos.