Libros: Siútico, roto, pije y cuico

Comentario de Siútico. Arribismo, abajismo y vida social en Chile, de Óscar Contardo (2024, Planeta). El autor propone revisitar en el Mes de la Patria este libro a propósito de su reedición a 16 años de su publicación.

“En Chile, todos somos igualmente desiguales”; “El arribista chileno es metódico, disciplinado y sumamente católico”; “La sangre, el rostro y el color en Chile dan pistas y señalan la pertenencia y en gran medida el futuro que te aguarda”. Son tres frases extraídas de Siútico. Arribismo, abajismo y vida social en Chile, de Óscar Contardo, libro que regresa a librerías a 16 años desde su primera publicación. 

Siútico es una obra para subrayar, anotar en los bordes de las hojas, de principio a fin. En cada página hay por lo menos una frase que invita a la reflexión, a la risa, a la mueca o a la aseveración, frente a lo que significa habitar y convivir en Chile. “Lo que pretendí fue escribir un libro sobre el clasismo y el racismo, pero evitando usar esas palabras, al menos en el título, por las distancias y temores que generan en países como el nuestro, en donde, hasta hace muy poco, señalar ambos vicios, era considerado de manera casi unánime un síntoma de resentimiento”, anota Óscar Contardo al inicio de la reedición de Siútico, editado por primera vez en 2008, y que debería ser una lectura sugerida en todos los colegios y universidades de Chile. Como apunta Matías Rivas en el nuevo prólogo sobre Siútico: “Recorre el camino que trazan los textos ineludibles, dignos de lectores nuevos”.  

Como buen cronista, el autor ahonda en conceptos manoseados -para esclarecer mitos- y trae al presente relatos y anécdotas antiguas, de la tradición social local, y así corroborar conceptos o validar historias. Para ello, se nutre de una amplia bibliografía, donde los datos históricos se entrelazan con la literatura, con el campo y la ciudad, con los apellidos de alcurnia del país, hasta llegar a categorías o mofas de clase como siútico, roto, pije y cuico. 

Siútico es un libro que habla de la idiosincrasia de los chilenos: un retrato de lo que somos. Ahí están los apellidos vinosos y los seres anónimos. La solidaridad y el pelambre. Los ojos claros y los rasgos mapuches. Un espejo que habitamos a diario, donde se miran las nanas, las y los jardineros, los empleados del retail, emprendedores, el dueño de fundo, los que cabecean en el vidrio de la micro -extenuados por una extensa jornada-, y el dueño del recorrido… En Siútico, como un manual de la chilenidad, cabemos todos: José Victorino Lastarria -a quien se le atribuyó el origen de la palabra “siútico”- la historia memorable de Miguel Caniuqueo; Joaquín Edwards Bello -“el primer pije abajista de Chile”-; Iván Zamorano -“representante del fenotipo mayoritario de nuestro pueblo”-; Jorge Cuevas -“siútico por excelencia”- y muchos más. 

El libro recuerda la última estrofa del poema El gallinero, de La Tirana (1983), de Diego Maquieira. Un resumen, de cierta manera, de los capítulos que analiza Contardo en Siútico: 

Y así, entonces, nos hicimos grandes: 

Aristocracia sin monarquía 

Burguesía sin aristocracia 

Clase media sin burguesía 

Pobres sin clase media 

Y pueblo sin revolución.