CARTAS: Licencias médicas en la Primera Infancia
19.06.2024
Hoy nuestra principal fuente de financiamiento son nuestros socios. ¡ÚNETE a la Comunidad +CIPER!
19.06.2024
Señor director: En el contexto educativo, los párvulos y sus familias enfrentan diversas situaciones que pueden afectar su asistencia, siendo la salud una de las más relevantes. Ante esto, surge la necesidad imperiosa de reconocer las licencias médicas de niños y niñas menores de 4 años como legítimas en los jardines infantiles, con el fin de que estas ausencias sean contempladas en el cálculo del porcentaje de asistencia de los centros educativos, especialmente aquellos Vía Transferencia de Fondos, los más precarios de la oferta pública de educación parvularia.
Primero, es crucial entender que los niños y niñas son especialmente vulnerables a enfermedades y afecciones, dado que su sistema inmunológico aún se encuentra en desarrollo. En un contexto en el que se busca y favorece la socialización entre pares es común que se presenten semana a semana resfriados, infecciones y otros problemas de salud que requieren atención médica y reposo en casa.
Ignorar estas realidades y no reconocer oficialmente las licencias médicas, puesto que no cuentan con una simbología distinta en el sistema de registro y por tanto no especifica datos, puede llevar a una distorsión en la percepción de la asistencia, penalizando tanto a los párvulos como a los centros educativos e invisibilizando la realidad que viven niños, niñas y sus familias.
Desde una perspectiva humana, ética y profesional, los jardines infantiles deben priorizar la salud y el bienestar integral de la comunidad, esto incluye considerar el estado de salud de niños y niñas como condición clave para el aprendizaje. De este modo, obligar a los apoderados y/o cuidadores principales a enviar a sus hijos enfermos al jardín infantil para no afectar el porcentaje de asistencia es contraproducente.
Además, legitimar las licencias médicas promueve una cultura de cuidado y responsabilidad, clave en este nivel educativo, en el cual el bienestar de las familias y la acogida son fundamentales para los procesos de aprendizaje.
Evidenciar esta acción y tomar medidas, refleja una política educativa inclusiva y comprensiva, alineada con los derechos de los niños y las mejores prácticas en salud pública. Comprendiendo que son las instituciones quienes pueden establecer mecanismos de verificación y seguimiento de las licencias médicas, asegurando que estas sean auténticas y necesarias. De este modo, se mantiene un equilibrio entre la flexibilidad y el rigor administrativo del sistema educativo.
Por otro lado, desde una perspectiva administrativa, los jardines infantiles deben adaptar sus sistemas para reflejar estas realidades. El cálculo del porcentaje de asistencia debe considerar las licencias médicas como ausencias justificadas. Esto no solo es justo, sino que también permite una evaluación más precisa y honesta de la participación y el compromiso tanto de los niños como de sus familias.
Finalmente, es importante destacar que legitimar las licencias médicas no significa fomentar el ausentismo injustificado, como educación parvularia y garantes de derechos de niños y niñas hacemos el llamado a incorporar en la discusión este factor para lograr un justo equilibrio entre la importancia de la educación inicial, el cuidado y el respeto por el bienestar de niños y niñas y la sustentabilidad y financiamiento del sistema. Las instituciones pueden establecer mecanismos de verificación y seguimiento de las licencias médicas, asegurando que estas sean auténticas y necesarias. De este modo, se mantiene un equilibrio entre la flexibilidad y el rigor administrativo del sistema educativo.