5 de junio: Día Mundial del Medio Ambiente
05.06.2024
Hoy nuestra principal fuente de financiamiento son nuestros socios. ¡ÚNETE a la Comunidad +CIPER!
05.06.2024
También existe desigualdad —global y local— en cómo la acción humana afecta la Naturaleza. En el Día Mundial del Medio Ambiente, dos especialistas desarrollan en columna para CIPER los conceptos de Antropoceno y Capitaloceno en función del capitalismo dominante, y cómo podemos actuar frente a ello.
Hoy es una fecha especial para situarnos territorialmente y reflexionar acerca de las profundas diferencias de responsabilidad en la degradación de la Naturaleza; por ejemplo, entre el Norte y el Sur global, e incluso entre Oriente y Occidente. Existen en los países disparidades e inequidades internas dadas principalmente por el sistema de desarrollo que privilegia el capital por sobre la justicia ambiental. Por eso, en esta columna en el Día Mundial del Medio Ambiente queremos mostrar cómo el Antropoceno y el Capitaloceno se manifiestan en Latinoamérica a través de diversas realidades marcadas por un pasado y presente colonial y extractivista que constantemente mueve los límites de la sostenibilidad de la vida humana y no humana.
•En términos generales, el Antropoceno se define como una nueva «era» global, en la cual los humanos han surgido como una fuerza geológica capaz de transformar el sistema natural y cultural terrestre de manera casi irreversible. Se entiende, además, como un conjunto de desafíos sociales, culturales, y vitales en nuestro presente y futuro. El Antropoceno también se puede entender como un período en el que acciones humanas tales como la industrialización, la urbanización, la agricultura intensiva y el consumo masivo de recursos naturales han provocado cambios ambientales a escala global. Estos cambios incluyen las alteraciones del clima, la pérdida de biodiversidad, la modificación de los ciclos biogeoquímicos y la transformación de la superficie terrestre, entre otras consecuencias. Es un evento límite que marca discontinuidades graves y apunta desafíos de construcción de espacios refugios para que la vida florezca [HARAWAY 2016].
Por otra parte, creemos necesario tensionar la discusión y abrir el debate respecto al uso conceptual del término Antropoceno y su representación concreta en las dinámicas sociales y territoriales. Si bien es un término aceptado y avalado por el mundo científico y tiene lógicas coherentes en su concepción, es fundamental reconocer que la responsabilidad ante la situación ambiental, aunque compartida, es muy diferenciada, dado que no todos contribuyen al impacto ambiental de la misma manera ni en la misma medida. En realidad, no es la humanidad sino una pequeñísima parte de ella la causante principal.
•El Capitaloceno surge como una crítica al Antropoceno, ya que sugiere que no es la humanidad en su conjunto la que ha provocado la crisis ecológica actual, sino más bien los sistemas económicos y sus dinámicas de consumo: el capitalismo. En términos teóricos, el concepto «Capitaloceno» fue propuesto por el historiador Jason W. Moore como una forma de enfatizar el papel del capitalismo en la transformación de la naturaleza. Según Moore (2016), el Capitaloceno se refiere a una era histórica en la que la lógica del capital ha dictado las relaciones sociales y ecológicas, produciendo crisis socioambientales a gran escala. La expansión industrial y explotación de recursos, el consumo y producción en masa, las desigualdades económica y social, la desregulación y políticas promercado son expresiones causantes de los impactos en la presente «era». Entender que las alternativas al desarrollo [GUDYNAS y ACOSTA 2011] pasan por cuestionar el sistema de producción y consumo en la sociedad, y es un camino para transformar el Capitaloceno.
***
Lo descrito nos permite cuestionar temas centrales y muchas veces poco discutidos en estas efemérides ambientales, como el resguardo por la vida y la idea de desarrollo [SCRANTON 2021]. ¿Será que en Latinoamérica seguimos buscando la noción eurocéntrica de desarrollo? Por otra parte, y según Svampa, M. (2019), los elevados costos ambientales que desde inicios de la Modernidad (comienzos del Antropoceno) pagaron y continúan pagando los pueblos del sur ponen de manifiesto patrones de injusticia ambiental, reflejan profundas desigualdades, no solo entre el norte y del sur, sino también al interior de las sociedades, tanto desde el punto de vista social, etario, como étnico y de género.
En Latinoamérica, la contemporaneidad se manifiesta con problemas complejos y multifacéticos, reflejándose en la interacción entre factores ambientales y sociales (ligados en su mayoría a los modelos económicos predominantes y sistemas políticos que resguardan dichos modelos). La deforestación, la pérdida de biodiversidad, la contaminación del agua y del aire, y el cambio climático no solo representan amenazas ambientales para Latinoamérica, sino que también exacerban las desigualdades sociales y afectan la calidad de vida de las comunidades más vulnerables. En consecuencia, es triste evidenciar que en este día (y en esta parte del mundo) se constata una vulneración de los derechos humanos de tercera generación, también conocidos como derechos de solidaridad o derechos colectivos, aquellos que surgen en respuesta a los desafíos globales y se centran en la comunidad y el medio ambiente, en lugar del individualismo. Además, se constata la ausencia de acciones robustas que garanticen los derechos de la Naturaleza [GUDYNAS 2019].
Es así cómo la problemática ambiental en Latinoamérica debe ser concebida desde la cuestión socioeconómica, política y cultural, y va más allá de la problemática ecológica per se. Pensamos que abrir el debate social e incluso pedagógico hacia las raíces de las crisis favorece el desarrollo de competencias ambientales en la ciudadanía. Por lo anterior, la educación, en general, y la educación ambiental, tienen un papel fundamental frente a la reflexión crítica respecto a propuestas para la construcción de nuevos sentidos de ambiente, sociedad y Naturaleza, en tanto debe posibilitar un cuestionamiento permanente sobre discursos del Antropoceno, el develamiento de sus trasfondos económicos y políticos y, los lugares de enunciación desde donde se proponen, esto con la intencionalidad de entender en realidad las causas profundas de la crisis socioambiental y civilizatoria.
Disponer de sistemas para desarrollar y apropiarse de avances de la ciencia y de la tecnología que se nutran de modo activo y respetuoso de saberes y conocimientos ancestrales es un camino fértil para la construcción de futuros. Para hacer frente a la crisis y nuestra realidad, es necesario situarnos, y —tal como lo promueve el lema de este año en el Día Mundial del Medio Ambiente: «Nuestras tierras, nuestro futuro»— se debe gestionar y actuar como región hacia una transición ecosocial [ACTIS, HERRERO y COTARELO 2019] y el diseño cultural de sociedades sustentables. Es como si en Latinoamérica ya estuviéramos con parte de las soluciones en las manos, puesto que somos culturas que han resistido a siglos de colonización y marginalización. Puesto que los pueblos originarios de nuestra Abya Yala aportan cosmovisiones distintas sobre consumo, naturaleza y sociedad, principios como el todo y la Pacha, coexistencia en la multipolaridad, equilibrio dinámico, complementariedad y descolonización desafían la búsqueda de un mundo dominado por el culto al crecimiento.
Para finalizar, en este Día Mundial del Medio Ambiente invitamos a repensar la relación entre Antropeceno-Capitaloceno, si bien ambos conceptos ofrecen un marco analítico poderoso para entender las dinámicas de la crisis por la que atravesamos como sociedad. Creemos que al situar al capitalismo en el centro del análisis, este enfoque permitiría una comprensión más profunda de las raíces de la degradación ambiental y las desigualdades sociales en específico de la región. También permitirá en el ámbito educativo comprender la importancia de las resistencias y alternativas que emergen desde los márgenes u otras dinámicas de consumo, ofreciendo esperanza y dirección hacia un presente y futuro más justo. Y actuar frente a eso.