95 casos de sobreproducción de salmones en reservas nacionales sin sanción – PARTE 1
07.05.2024
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07.05.2024
Una serie de infracciones de la industria salmonera a la normativa ambiental están prontas a prescribir este mes de mayo si la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) no formula los debidos cargos al respecto. Así, quedará sin multa ni sanción alguna la cosecha de más de 67.000 toneladas de salmones por sobre los límites autorizados, por parte de nueve empresas con presencia dentro de las Reservas Nacionales Las Guaitecas y Kawésqar. Esta investigación para CIPER de la Fundación Terram expone en dos partes los detalles de estas enormes operaciones privadas y sus efectos sobre la fauna y entorno natural que los acoge, en medio de la expansión de la industria a Magallanes. [segunda parte acá]
La sobreproducción de salmones ocurre cuando un centro de cultivo produce una cantidad de peces mayor al límite autorizado en su Resolución de Calificación Ambiental (RCA), y es uno de los principales incumplimientos ambientales cometidos por esta industria que en 2023 exportó más de un millón de toneladas por USD $6.448 millones [SALMONEXPERT Y SKILLS 2024], superada solo por la minería del cobre.
Para fiscalizar el cumplimiento de las RCA y, eventualmente, sancionar las infracciones de los titulares, el 28 de diciembre de 2012 entró en vigencia la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA). Desde entonces, 27 procedimientos sancionatorios se han abierto por casos de sobreproducción de salmones al interior de la Reserva Nacional Las Guaitecas en la Región de Aysén, condenada esta última a la expansión salmonera con 719 concesiones vigentes para el cultivo de esta especie proveniente del hemisferio norte, luego de saturar el espacio disponible en la Región de Los Lagos.
Pero la SMA se quedó corta con estos 27 sancionatorios. Tras revisar cada RCA y el registro histórico de la información productiva de los 317 centros de cultivo de salmones ubicados dentro de la porción marina de esta área protegida, información obtenida del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) vía Ley de Transparencia, fue posible identificar que 53 centros de cultivo incurrieron en 84 casos de sobreproducción que hasta la publicación de esta investigación no han sido sancionados por la SMA. Cabe precisar que en ocho de estos casos la sobreproducción se alcanzaría al sumar las mortalidades de peces, que las propias RCA estiman en torno al 10% de la producción total.
De acuerdo a la Ley Orgánica de la SMA, las infracciones que cometen los titulares a sus permisos ambientales se pueden sancionar hasta tres años después de ocurridos los hechos. Por ello es que de estos 84 casos de sobreproducción que la SMA no ha sancionado hasta hoy, 74 de ellos se encontrarían prescritos [ver ANEXO 1], lo que se traduce en que gran parte de las ventas obtenidas por estas empresas de manera ilícita quedarán impunes. A modo de estimación, estos volúmenes podrían superar los USD $500 millones, calculado en base al precio promedio de venta de cada kilogramo de salmón en 2022, que fue de USD $9,79 [INFOTRADE 2023].
Desde la SMA, dirigida por Marie Claude Plumer, se nos responde que de los 84 casos solo recibieron denuncias del Sernapesca por cuatro de ellos. Son casos ocurridos entre 2016 y 2022 que, en total, suman 2.549 toneladas de sobreproducción, equivalente apenas al 5% del total de cosechas ilícitas detectadas en esta investigación. Pero estos datos no coinciden con la respuesta entregada por Sernapesca, organismo que dice también haber denunciado a la SMA otras dos infracciones asociadas a los centros Dring 1 (110637) y Dring 2 (110682) de la empresa Blumar. En cualquier caso, ninguno de los eventos denunciados ha sido objeto de sanción hasta la publicación de este reportaje.
Según la SMA, estos cuatro casos por los que recibieron denuncias «se encuentran en etapa de investigación y siendo analizados con el objetivo de determinar las acciones a seguir para cada uno de ellos». El problema es que, de acuerdo a la propia Ley Orgánica de la SMA, dos de estas cuatro infracciones que estarían siendo investigadas ya podrían haber prescrito en febrero de 2021 y noviembre de 2023, al pasar más de tres años desde ocurridos los hechos.
Respecto a los demás casos de sobreproducción que no tuvieron denuncia, desde el Sernapesca se escudaron diciendo que «hasta el año 2015 el Reglamento Ambiental no contemplaba la exigencia del control de producción […]. Por lo tanto, es necesario considerar que, de los 84 ciclos consultados, 30 de ellos correspondientes a 28 centros de cultivo, iniciaron sus ciclos productivos antes de la modificación normativa». No obstante, el organismo dependiente del Ministerio de Economía no tuvo respuestas para explicar por qué tampoco denunció los más de cincuenta casos restantes ocurridos después de 2015. Tras revisar los hallazgos de esta investigación, el diputado Félix González (FRVS), presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputadas y Diputados, dijo que solicitará que se invite a la SMA y al Sernapesca a una sesión especial de la comisión para que rindan cuenta de cómo fue posible que todos estos casos de sobreproducción pasaran desapercibidos y que hasta hoy no hayan sido sancionados.
En diciembre de 2023, la SMA emitió un informe de fiscalización a la RCA del centro Cholga de la empresa Multi X (110393), en el que concluyó que «durante los periodos evaluados […] no superó la producción máxima autorizada en la RCA 742/2006-XI». El problema es que por producción autorizada la SMA consideró las 6.880 toneladas solicitadas por el titular al momento de presentar la Declaración de Impacto Ambiental, y no las 3.440 toneladas efectivamente autorizadas al momento de aprobar dicha RCA en 2006, esta última, cifra en la que también se basa otro permiso ambiental del centro de cultivo para el tratamiento de los peces muertos mediante un sistema de ensilaje, aprobado en 2011.
De esta forma, el error de los fiscalizadores dejó pasar dos casos de sobreproducción de Multi X, ocurridos durante ciclos productivos finalizados en julio de 2021 y marzo de 2023 y que, en conjunto, habrían superado en 5.192 toneladas la producción máxima autorizada, según las cifras productivas que señala el propio informe de la SMA. El mismo centro Cholga de Multi X ha incurrido en otros tres eventos de sobreproducción en el pasado, durante los ciclos productivos desarrollados entre 2014 y 2019, los cuales se encuentran prescritos. Estas cinco infracciones sin sanción acumulan un total de 7.644 toneladas cosechadas por sobre lo autorizado en la RCA, de acuerdo a la información entregada por el Sernapesca, sin considerar la cifra de peces muertos durante dichos ciclos.
En otros casos las fiscalizaciones de la SMA llegaron tarde o solo se acotaron a los últimos ciclos productivos, como ocurrió con el centro Italia (110645) de Australis Mar, cuya única fiscalización productiva se realizó en diciembre de 2023, sin nunca detectar los dos casos de sobreproducción ocurridos entre 2015 y 2018, cuyas cosechas de salmones, en conjunto, excedieron en 2.275 toneladas lo autorizado. Lo mismo ocurrió con el centro Pamela (110814) de la Exportadora Los Fiordos —parte de las empresas Aquachile—, cuya producción solo se fiscalizó en diciembre de 2023, sin detectarse las tres infracciones ocurridas entre 2012 y 2020 por un total de 2.070 toneladas de exceso.
En el caso del centro Matilde 2 (110778) de Australis Mar, la SMA abrió un procedimiento sancionatorio en abril de 2023 por la sobreproducción ocurrida entre mayo de 2020 y mayo de 2021, por 1.100 toneladas de exceso. Esto, en base a la denuncia realizada por el Sernapesca en agosto de 2022, un mes antes de que la empresa se autodenunciara ante la SMA por 49 casos de sobreproducción de salmones en 33 centros distintos, y a partir de la cual se abrió uno de los mayores conflictos judiciales de la historia empresarial chilena, entre los nuevos y antiguos dueños de Australis (el grupo chino Joyvio acusa a Isidoro Quiroga de estafarles en la venta por US$921 millones realizada en 2019 al ocultarle la gran cantidad de incumplimientos ambientales por sobreproducción de salmones).
Pero nuevamente la SMA se quedó corta, ya que el procedimiento sancionatorio contra Matilde 2 no incorporó otros cuatro casos de sobreproducción en los que el centro había incurrido previamente, y que Australis tampoco integró en su autodenuncia [ver ANEXO 2]. Según la información del Sernapesca —que nunca denunció a la SMA—, todos los ciclos desarrollados desde 2011 en este centro tuvieron sobreproducción, por un total de 2.528 toneladas de exceso, sin contar los peces muertos en el camino. Y pese a que desde noviembre de 2022 la SMA mantiene acceso a esta información en línea, al parecer a nadie al interior del órgano fiscalizador se le ocurrió revisar estos antecedentes antes de formular cargos.
La dinámica de sancionatorios a medias se extiende a otros casos, como ocurre con el centro Matilde 1 (110722), también de Australis Mar, que en el mismo procedimiento sancionatorio se anota con dos eventos de sobreproducción ocurridos entre 2015 y 2017, y entre 2020 y 2021. Sin embargo, la SMA dejó fuera de los cargos otros dos eventos, ocurridos en los ciclos 2013 a 2015 y entre 2018 a 2019. Entre ambos, Australis cosechó ilícitamente 2.498 toneladas de salmones que pudo vender a los mercados internacionales sin recibir ninguna sanción.
Actualmente Australis mantiene una veintena de procedimientos sancionatorios en curso, gran parte de los cuales se han estancado luego de que la SMA no le permita compensar la sobreproducción en centros distintos de los que cometió la infracción. Por este motivo, el 2 de febrero de 2024, la empresa ingresó un escrito pidiendo a la SMA que permita, excepcionalmente, compensar la sobreproducción en centros distintos de los que fueron objeto de infracción bajo el argumento de «la conducta proactiva del regulado» al autodenunciarse. El problema es que, de acuerdo a los hallazgos de esta investigación, la autodenuncia de Australis fue hecha a medias, ya que omitió 23 casos de sobreproducción, 19 ocurridos dentro de la Reserva Nacional Las Guaitecas y 4 en la Reserva Nacional Kawésqar (ver segunda parte de esta investigación).
Para saber por qué la salmonera del grupo Joyvio no incorporó estos 23 casos de sobreproducción en su autodenuncia a la SMA, en el marco de esta investigación se buscó tomar contacto en reiteradas ocasiones con su gerente general, Andrés Lyon, y también con su equipo de comunicaciones, sin obtener una respuesta.
La sobreproducción de salmones, al producir más de lo autorizado en el permiso ambiental, se traduce en una sobrecarga de nutrientes que se depositan en el fondo marino producto del aumento de las fecas y el alimento no ingerido por los peces, lo cual genera una disminución del oxígeno disponible, poniendo en riesgo la vida de las especies que albergan estos ecosistemas.
Producto de la sobreproducción en el centro Matilde 2 (110778) de Australis Mar, durante el ciclo 2020-2021 la cantidad de alimento utilizado fue de 5.015 toneladas, un 27% por encima de las 3.950 establecidas en la RCA [ver ANEXO 3], por lo cual el alimento no ingerido fue mayor al estimado, como también las fecas de los peces acumulada en el fondo marino del área protegida que con seguridad superó las 231 toneladas declaradas en la RCA. Este aumento de nutrientes hizo disminuir el oxígeno disponible a tal punto que, solo en el transcurso de dos semanas, ocasionó la muerte por asfixia de 31.381 salmones adultos, entre el 14 y 25 de mayo de 2021, según informó la propia empresa a la SMA (en el mismo documento anteriormente citado).
Los efectos de la sobreproducción en el fondo marino del centro Matilde 2 son probablemente similares en los otros 83 casos de sobreproducción ocurridos dentro de la Reserva Nacional Las Guaitecas que hasta hoy se mantienen en la impunidad. Miles de toneladas de fecas y alimento no ingerido que jamás formaron parte de la evaluación ambiental, y que contribuyeron a la disminución del oxígeno disponible en el fondo marino.
Lo anterior queda expresado en los resultados de la Información Ambiental (INFAs), que es un informe que deben generar las empresas al término de cada cosecha. De acuerdo a información del Sernapesca obtenida por Ley de Transparencia, de las 950 INFAs realizadas dentro de la Reserva Nacional Las Guaitecas entre 2012 y junio de 2023, 263 tuvieron resultados anaeróbicos, lo que quiere decir que tres de cada diez ciclos productivos disminuyeron los niveles de oxígeno a tal punto que representaron una amenaza para las especies que habitan el fondo marino, incluido los salmones en cautiverio.
Según un informe técnico del Programa Austral Patagonia de la Universidad Austral de Chile (ProAP-UACH), la degradación del fondo marino por efecto de la salmonicultura es una de las principales amenazas para los cetáceos que habitan el mar patagónico. Uno de ellos es el delfín chileno, único cetáceo endémico, lo que quiere decir que solo existe en esta zona del mundo, específicamente entre las regiones de Valparaíso y Magallanes, y que se encuentra categorizado como una especie vulnerable según el Ministerio del Medio Ambiente.
Al cruzar la zona de mayor distribución de esta especie con las áreas de detección de bajos niveles de oxígeno por efecto del cultivo de salmones, el informe del ProAP de la UACH identificó áreas de riesgo para el delfín chileno (Cephalorhynchus eutropia), entre las cuales destaca, justamente, la porción marina de la Reserva Nacional Las Guaitecas. El estudio identifica valores de riesgo que varían entre 0 (sin riesgo) a 1 (riesgo grave), estableciendo un promedio para la Patagonia norte que supera los 0,4
Los cetáceos como los delfines y ballenas son mamíferos adaptados para una vida completamente acuática, y resultan fundamentales para la salud de los océanos, ya que sus movimientos contribuyen a mezclar columnas de agua de diferente profundidad, desplazando nutrientes y microorganismos situados a diferentes niveles, los que servirán de alimento a diversas especies. Asimismo, su orina y excremento son parte importante en el equilibrio del ecosistema ya que actúan como fertilizantes para el plancton. Otro cetáceo que transita por estas aguas es la ballena azul, el animal más grande del mundo. Su corazón es del tamaño de un automóvil y su cuerpo puede alcanzar hasta 33 metros de largo. Durante el s. XX fue objeto de una intensiva caza ilegal para extraer y vender su aceite, llegando casi a desaparecer, motivo por el cual la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la incluyó en su lista roja como una especie en peligro de extinción.
Cada verano, esta especie viene a alimentarse a la costa interior de Chiloé y el Golfo Corcovado, para luego migrar hacia aguas más cálidas en invierno, zona que justamente es el epicentro del mayor tránsito de embarcaciones, ya que a través de ella se abastece a los centros de cultivo y, además, gran parte de los salmones que se cosechan en la región de Aysén luego se trasladan por esta ruta hacia las plantas de proceso que se concentran en la región de Los Lagos.
Al requerir de más alimento, entre otros insumos, la sobreproducción de salmones se traduce también en un mayor número de embarcaciones. Según el estudio de ProAp-UACh basado en datos del Sernapesca, hasta 729 embarcaciones salmoneras operan al día en la Patagonia, muy por encima de la pesca artesanal, el transporte y la pesca industrial. De esta manera, «la Probabilidad Relativa del Encuentro de una Embarcación y una Ballena Azul (RPVEW) es particularmente alta en el mar interior de Chiloé, golfo de Ancud, zonas específicas del golfo de Corcovado, y canal Moraleda, zona adyacente a la Reserva Nacional Las Guaitecas en el mar interior».
En julio de 2007 estalló la crisis del virus ISA (Anemia Infecciosa del Salmón) en un centro de cultivo de la empresa noruega Marine Harvest —luego rebautizada como Mowi— ubicado en la Región de Los Lagos, para luego expandirse hacia Aysén y Magallanes. Fue una crisis sanitaria que derivó en crisis financiera para la industria salmonera en Chile, la cual debió realizar cosechas anticipadas en decenas de centros de cultivo para no perder toda la producción, disminuyendo sus ventas y despidiendo a más de veinte mil trabajadores, que no fueron su prioridad.
Pero toda crisis es también una oportunidad, o al menos así lo fue para las empresas que, ante la disminución de la producción, reimpulsaron el proceso de expansión hacia la región de Aysén que ya venía cimentado por el otorgamiento de nuevas concesiones durante los años previos a la crisis. Solo entre 2002 y 2006 se otorgaron 320 concesiones, de las cuales 179 se ubicaron dentro de la Reserva Nacional Las Guaitecas [ver GRÁFICO 1].
El año 2010 no solo amainaron los brotes de ISA, sino también se realizaron cambios al modelo productivo de la salmonicultura por efecto de la crisis, orientados principalmente a dar mayores certezas a los bancos ante los altos niveles de deuda contraídos por las empresas, por ejemplo, a través de la posibilidad de hipotecar las concesiones de porciones de mar entregadas por el Estado, lo cual quedó plasmado en la Ley N°20.434, aprobada durante el primer gobierno de Michelle Bachelet.
De esta manera, tras el declive de la producción ocurrido en 2009 y 2010 por efecto de la crisis, Aysén retomó el crecimiento que venía experimentando desde inicios de la década del 2000, superando por primera vez en la historia a la región de Los Lagos en cosechas el año 2012 con 403.453 toneladas. Así, el crecimiento de la producción que alcanzó la industria a nivel nacional tras la crisis del virus ISA se explicó en gran medida por el lugar que ocupó Aysén como zona fértil para su expansión, pasando de registrar anualmente, en promedio, 116.722 toneladas cosechadas entre 1990 y 2010 a 401.340 toneladas entre 2011 y 2022.
Hoy, la industria salmonera juega sus cartas de expansión hacia la región de Magallanes, particularmente dentro de la Reserva Nacional Kawésqar, donde también ha incurrido en casos de sobreproducción que hasta hoy no ha detectado la SMA, de los cuales seis comenzarán a prescribir si la SMA no actúa, y que serán desarrollados en la segunda parte de esta investigación.