Las redes internacionales de Kast con la derecha conservadora – PARTE I
23.04.2024
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23.04.2024
El grupo «Political Network for Values» es una apuesta iberoamericana ultraconservadora que busca influir en la política de diversos países, tejiendo redes en Europa, Norteamérica y Sudamérica. El siguiente análisis para CIPER describe sus características y campo de acción, sustentado sobre todo en la oposición a ciertos derechos sociales y ciudadanos, el combate al aborto y una postura de defensa de la «familia tradicional». Esta es la primera entrega de una investigación en dos partes [ver acá parte 2].
(*)Esta investigación contó con la colaboración de Macarena Gallo y Nataly González (Corporación Miles), y fue realizada con el apoyo de la International Women’s Media Foundation (IWMF), como parte de su iniciativa de Derechos Reproductivos, Salud y Justicia en las Américas.
Ocho hombres y tres mujeres conforman la plana directiva de la organización Political Network for Values, de la que el chileno José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, es actualmente presidente. La organización, PNfV (en castellano, «Red política por los valores») está conformada por redes que llegan a países más allá del continente americano, incluyendo Hungría, España y Kenia, y busca instalar ideas asociadas a la derecha extrema, el pensamiento conservador y ciertos grupos religiosos en los territorios donde tienen presencia.
La PNfV existe desde 2014, cuando fue presentada en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. José Antonio Kast se unió a la agrupación en 2015, y en 2022 se convirtió en su presidente, como sucesor de Katalin Novák (ex ministra de la Familia y recientemente dimitida presidenta de Hungría por haber ofrecido un indulto a un preso cómplice de abusos a menores). Actualmente Kast continúa a la cabeza de PNfV, plataforma política que le permite cimentar el camino para la que podría ser su tercera candidatura presidencial.
En noviembre de 2023, la organización se congregó nuevamente en la sede de Nueva York de la ONU, en una cumbre transatlántica que llevó por título «Afirmar los derechos humanos universales: unir culturas por la vida, la familia y las libertades fundamentales», y a la que no asistió Kast. Que la PNfV logre acceder a espacios de tal calibre no le impide impulsar políticas expresamente antiderechos, en nombre de la libertad de expresión que esas mismas entidades (como la ONU o la OIT) defienden. En esta ocasión, la reunión contó con el patrocinio del gobierno de Guatemala. Además, en febrero pasado hubo otra reunión del grupo en la Conferencia Política de Acción Conservadora, CPAC, organizada en Washington DC por la Gran Unión Conservadora de Estados Unidos. Hasta allí llegaron Donald Trump, Javier Milei, Santiago Abascal, y el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en cuyo discurso hizo una advertencia a Estados Unidos sobre las «fuerzas oscuras» que a su juicio se están apoderando silenciosamente del país.
Con hitos recientes como estos, la expansión de Political Network for Values en diversos países ha levantado alarmas entre las organizaciones que en América Latina trabajan por los derechos humanos y, en específico, los derechos sexuales y reproductivos. Recientemente, un informe de la organización IPAS, que trabaja desde 17 países en 4 continentes para expandir el acceso al aborto seguro, advirtió sobre las redes económicas del PNfV, en un informe que indaga desde dónde provienen los dineros que sustentan a la organización, sus contactos, y cuáles son los valores e ideología que promueven. Allí también se indica que muchos de los líderes, patrocinadores y miembros del PNfV mantienen vínculos con grupos violentos y extremistas. Un tercio de las doce organizaciones que patrocinan la cumbre anual son grupos de activismo anti LGTBQ+; entre ellos, Family Watch International, Center for Family and Human Rights, Alliance Defending Freedom e International Organization for the Family. Son patrocinados también por el Center for Fundamental Rights, centro de pensamiento de derecha con vínculos con el gobierno de Hungría y que es parte de la organización de la Conferencia Política de Acción Conservadora, CPAC, en Europa. Otra copatrocinadora es The Heritage Foundation, de origen estadounidense y muy cercano al Partido Republicano de ese país. Son antiislámicos, fuertes opositores a las personas migrantes y refugiadas, anti trans y muy pro Trump. Además, a la última versión de la cumbre asistieron Moms for Liberty, identificadas como extremistas antigobierno.
Fueron los españoles Jaime Mayor Oreja, político y actual presidente de la organización antiaborto One Of Us, y Lola Velarde, directora de Desarrollo de la Fundación Europea Sociedad y Educación, junto con el ex político mexicano y extremista católico Rodrigo Iván Cortés, quienes hace diez años crearon el Political Networks for Values. Su primera cumbre fue organizada por las misiones de Hungría, Qatar, Bielorrusia y El Vaticano, y estuvo orientada al «fortalecimiento de la familia para el desarrollo sostenible». Entre sus objetivos aparecen «cero abortos» y la creación de un «Plan Nacional de Natalidad, un retorno a la legislación anterior sobre el divorcio», los que han sido plasmados en un «decálogo de compromisos para la dignidad humana y el bien común». La promoción de la ilegalidad del aborto y la condición de familia tradicional (donde no caben los matrimonios homosexuales ni las parejas de hecho o sin hijos, por ejemplo) son rectores principales de la red.
Actualmente, la Junta Directiva del PNfV está integrada por miembros que representan a los donantes clave de la organización y son importantes figuras de las organizaciones de la sociedad civil que integran la red. José Antonio Kast es su presidente y rostro público político; el vicepresidente es Rodrigo Iván Cortés. También integra el grupo de directores Kinga Gál, diputada húngara por el Parlamento Europeo. Entre los miembros del consejo asesor se encuentran la senadora colombiana María del Rosario Guerra, la senadora estadounidense Amy Sinclair, el parlamentario uruguayo Rodrigo Goñi, la parlamentaria eslava Anna Zaborská y el senador irlandés Rónán Mullen. Su comité de expertos está integrado por personalidades de Estados Unidos, España, México, Bélgica, Colombia, Nigeria, Perú, Colombia y Brasil.
Uno de los frutos de su segunda cumbre (2015) —en la que participaron parlamentarios de Argentina, Chile, Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, Paraguay, Perú, República Dominicana, Trinidad y Tobago, Uruguay, Venezuela y México— fue conseguir que unos años después la administración Trump redujera los fondos para la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, y la Comisión Interamericana de Mujeres, CIM.
La PNfV está constituida como una corporación sin fines de lucro en Estados Unidos y no transparenta su información financiera. Se sustenta principalmente por el aporte de sus organizaciones copatrocinadoras, las que a su vez reciben aportes de fundaciones privadas cristianas y ultraconservadoras de Estados Unidos y otros países, además de donantes privados. También han recibido dineros de los gobiernos donde son sedes sus cumbres, como Hungría, y organizaciones de la sociedad civil asociadas a estos.
Una de las estrategias expansivas del Political Networks for Values es la formación y capacitación de jóvenes de los distintos lugares donde la organización tiene influencias. En una suerte de campos de entrenamiento —o bootcamps— que se realizan periódicamente desde la primera Cumbre Transatlántica de 2014, la agrupación forma líderes que incidan a futuro en sus áreas de desarrollo. En general estos encuentros culminan con una declaración de la juventud, como la que se lanzó en la cumbre de 2019 en Colombia. Esta misma declaración se «recicló» al año siguiente en la 49° Asamblea General de la OEA. En un video colgado en su sitio web, jóvenes latinoamericanos celebran el primer aniversario de esta declaración. Entre los pocos chilenos que allí aparecen está Beatriz Hevia, militante del Partido Republicano: «Un año después, y ante la pandemia del Covid19, queremos decirles que hoy más que nunca, en tiempos de crisis reales, precisamos de soluciones reales», dice su escueta intervención, que se completa con frases de los demás jóvenes sobre la defensa de la vida, la familia y la libertad.
Para julio de este año, la organización tiene programado el encuentro «Chile, un campo de entrenamiento sobre el exitoso modelo republicano», una capacitación intensiva convocada por la PNfV, Acción Republicana e Ideas Republicanas, en la que diez jóvenes líderes, de entre 18 y 30 años y provenientes de América, Europa y África, serán seleccionados para vivir siete días de conferencias, pasantías, networking, acompañamiento de campañas, visitas guiadas y a instituciones. «Pondremos a los participantes en contacto directo con los protagonistas del profundo y exitoso cambio cultural y político que vive Chile», explica la convocatoria, donde además se asegura lo siguiente:
«Una experiencia única está tomando forma en Chile. Un movimiento político abiertamente conservador, promotor de la vida, la familia y las libertades, se ha convertido en poco tiempo en protagonista indiscutible de la vida del país».
Entre las materias a tratar están «El movimiento republicano: origen y desarrollo», «La política como servicio y ‘apostolado’» y «Jaime Guzmán y los principios fundamentales».