Hasta mayo próximo podrían durar los recursos que varias universidades argentinas aseguran tener para pagar sus costos fijos de funcionamiento. Así de drásticas son las restricciones presupuestarias que el gobierno de Javier Milei ha establecido en sus primeros meses de administración. Particularmente afectados resultan los sectores de la educación universitaria y la institucionalidad científica, describe la siguiente columna para CIPER: «El único ‘plan’ que presenta Milei para el futuro de la investigación en Argentina es que sea financiada por privados. Además de asfixiar económicamente la institucionalidad universitaria y científica, el presidente argentino se ha dedicado a desvalorizarla, desconociendo permanentemente las importantes funciones sociales que ambas cumplen.»
En la campaña para las elecciones de 2023, Javier Milei se presentó como el candidato del cambio radical, el único capaz de cortar de raíz la inflación que azotaba a Argentina. Acompañado de una motosierra que blandía con entusiasmo, prometió enfrentar a «la casta» política y reducir el Estado a su mínima expresión. Desde que en diciembre pasado asumió el gobierno argentino, el economista sumió al país en un ritmo frenético de medidas de transformación de los más diversos ámbitos de la vida política, económica, social y cultural. A la motosierra le sumó «la licuadora», herramientas con las que promete reducir el gasto público para así enfrentar el déficit financiero. De momento los principales ajustes se han producido en el presupuesto destinado al funcionamiento de diversos organismos estatales, a la obra pública, las pensiones y los planes sociales. Diversas voces críticas señalan, por cierto, que la promesa de Milei de hacer que «la casta» pague el ajuste claramente no se está cumpliendo. Entre los sectores más afectados por las medidas de Milei se encuentran la educación pública, sobre todo a nivel universitario, y la institucionalidad científica, contra los que el gobierno ha hecho actuar tanto la motosierra como la licuadora. En términos técnicos, licuar hace referencia a disminuir el valor real del dinero circulante. Con relación a las universidades y la institucionalidad científica lo que ha hecho Milei es congelar los ajustes presupuestarios; es decir, mantener para 2024 el presupuesto aprobado para el año anterior. Con una inflación interanual del 254,2% eso implica someter a las universidades y al CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) a un ahogamiento presupuestario. En este contexto, varias universidades han señalado que los recursos para pagar costos fijos de funcionamiento, como el agua y la luz, solo les alcanzarán hasta mayo. En CONICET, por otra parte, la motosierra ya ha afectado a 1.600 funcionarios, como parte del plan de Milei de reducir entre un 20 y 30% el personal de la administración pública. Diversas declaraciones de destacados científico/as argentinos denuncian que las decisiones de reducción no consideran planes estratégicos ni evaluaciones de desempeño, y que amenazan de forma radical el funcionamiento del Consejo. Desde que asumió el gobierno, Milei ha repetido en innumerables ocasiones la frase «no hay plata». Frente a eso lo único que quedaría es recortar, ahorrar. Nadie duda que Argentina tenía que enfrentar una crisis económica sin precedentes y es claro que la elección de Milei responde a ese contexto. Lo que resulta tremendamente preocupante es el impacto destructivo que tienen las medidas de la motosierra y la licuadora. Es mucho más fácil ahogar presupuestariamente y hacer inviable el funcionamiento de universidades y centros de investigación que recuperar la capacidad de formación e investigación de un país. La generación de conocimiento y la capacidad de innovar y desarrollar tecnologías requiere de mucho tiempo, de voluntades y consensos políticos y sociales, del desarrollo de estructuras institucionales que garanticen la formación y el apoyo de equipos de investigación. El CONICET, por ejemplo, existe desde 1958, y según su sitio web en él se desempeñan más de «11.800 investigadores e investigadoras, más de 11.800 becarios y becarias de doctorado y postdoctorado, más de 2.900 técnicos, técnicas y profesionales de apoyo a la investigación… cuenta con 16 centros científicos tecnológicos (CCT), 8 centros de investigaciones y transferencia (CIT), un centro de investigación multidisciplinaria y más de 300 institutos y centros exclusivos del CONICET». En alianza y cooperación con las universidades argentinas, el Consejo ha permitido que Argentina se posicione en lugares importantes en la producción de conocimiento científico. Frente a la incertidumbre de no saber si se entregarán las becas doctorales y posdoctorales ya aprobadas y a la desazón por la caída en el poder adquisitivo de los sueldos, muchos científico/as jóvenes están tratando de irse a otros países. Quienes no pueden o no quieren irse están buscando otras opciones laborales. El desmantelamiento de las capacidades de investigación y formación avanza rápidamente. Muchos laboratorios de punta no pueden seguir funcionando por falta de insumos mínimos y los científicos advierten que sin doctorandos/as y postdoctorandos/as no pueden llevar a cabo sus investigaciones. El único «plan» que presenta Milei para el futuro de la investigación en Argentina es que sea financiada por privados. Además de asfixiar económicamente la institucionalidad universitaria y científica, el presidente argentino se ha dedicado a desvalorizarla, desconociendo permanentemente las importantes funciones sociales que cumplen la educación superior y la investigación científica. Es de esperar que esos sectores, fundamentales para pensar y proyectar el desarrollo de un país, puedan resistir a los embates destructivos de la motosierra y la licuadora. Como decía el Dr. Bernardo Houssay, el primer investigador latinoamericano en ganar un Premio Nobel en Ciencias, «la ciencia no es cara, cara es la ignorancia». Y cuánta ignorancia demuestra Milei al atacar de esta manera a las universidades y la investigación en Argentina.
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Investigación y educación son pilares fundamentales para el desarrollo de un país. Aquí se aplicó la motosierra y la licuadora durante los 17 años de dictadura cívico-militar, el resultado, nuestros niños de 4° básico a 4° medio no entienden lo que leen, no son capaces de redactar una historia coherente en 3 párrafos, los niveles de matemática y cálculo están por el suelo, para qué hablar del conocimiento en historia y filosofía, en una situación que se mantiene hasta nuestros días, gracias a que no ha habido voluntad para aplicar una verdadera reforma educacional.
Sacar a los amigotes, "apitutados o parásitos" del gobierno está bien, pero las consecuencias la pagan finalmente aquellas científicas(os) honestas que desarrollan proyectos de investigación serios en beneficio del país. Una medida muy celebrada y conveniente para los grupos de ultraderecha católicos y conservadores que nunca les ha interesado la educación de la población porque es otorgarle poder a la población, así es que mientras más ignorante, mejor para sus intereses.
La ignorancia es cara efectivamente, pero
Josué | 06.04.2024
Si se destinaba el dinero a investigaciones respecto al "ano de batman" y otras imbecilidades, es porque el CONICET lucraba de ello. Si hubiese una verdadera vocación por la ciencia y la investigación jamas se habrían financiado tales investigaciones por parte de becarios que solo publicaban tonteras de ese calibre. No brilla ninguna investigación que presente soluciones al hambre entre los chicos argentinos. Existen prioridades y en un país que pasa hambre toca recortar.
Krimp | 05.04.2024
Comparar científicamente lo que hacen en Chile y lo que hacen en Argentina es IGNORANCIA. Según los ilusos, «la casta» política y los ricos de su afamada campaña, deben estar sufriendo gravemente con este recorte. Esa era la forma de resolver? Muy ingeniosa y novedosa eh? Qué talento, el amigo personal de Axel. Tal para cual-
ric | 05.04.2024
Que % de los proyectos entre fondef e idea han logrado crear un producto exitoso comercialmente?
En qué % de proyectos fondecyt se ha logrado terminar con resultados que llevaron a que se cumplieran las promesas de las posibles aplicaciones de la investigación?
En mi opinión excepto honrosas excepciones el dinero estatal invertido en investigación debe ser considerado plata perdida.
Guillermo Toro | 04.04.2024
Hay que cobrar matricula y mensualidades a todos los estudiantes extranjeros no residentes asi a los estudiantes de familias pudientes Y sobrara dinero
Daniel Ortiz | 04.04.2024
No olvidar que las universidades y institutos en Argentina son botines kirchneristas, con gran cantidad de ñoquis. Por otro lado, los fondos destinados a investigaciones sobre ideología de género estaban siendo usados como cajas pagadoras. Bien, Milei, sacando la grasa estatal.
Jorge | 04.04.2024
Milei no es tonto, sabe perfectamente la importancia de la investigación científica , pero también sabe que, donde sea que haya dinero, los gobiernos meten a una horda de amigotes, parentela, partidarios y demases a que mamen del estado. Esto es directamente proporcional al grado de izquierdización de cualquier gobierno. Revisen en chile los proyectos financiados por el estado en investigación, en arte, en cualquier cosa, y van a encontrar un montón de estupideces progres con fondos millonarios. Los directivos tendrán que elegir que hacen con la plata, si quieren investigar en física o en hacer un manual para dibujar un clítoris con perspectiva de género. El abuso y despilfarro es gigantesco, y la única forma es poniéndose firme, como Milei.
JUAN | 04.04.2024
Por ahora se comprende, es que el nivel de pobreza, hambruna, gastos a destajos por el aparataje publico, con los impuestos justamente de la gente. Y por otro como esos mismos Doctores e Investigadores no han explicado y resuelvan la problematica socioeconomica de sus propios ciudadanos? Años y años , despilfarro de dinero, bolsas encontradas con dolares, etc. O siguen niños, bebes, Madres, pidiendo auxilio para leche, que son millones, buscan comida en los grandes basurales y si es que hay. Pero eso ocurre a los vecinos y aca en Chile, ¿como andamos? Comencemos por investigar cuanta investigaciones doctorales al final le a sido provechosa a los Chilenos? Doctores en Educacion, que ya no desean trabajar para este sistema educacional, por la decepcion que les ha arrojado justamente la misma investigacion. La realidad supera el titulo de esta publicacion a la inversa. Esta vez Ciper de equivoca por donde sacar atencion. Lo demas bien.
víctor fieero | 03.04.2024
Cuando el desarrollo económico es el único norte, pasa lo q paso en Chile en los años de la concertacion: "ignorantes con poder adquisitivo" (jaguares, tigres... ¿Ingleses?). En términos simples, la obcecación con el desarrollo económico (material y $) es inversamente proporcional al desarrollo pleno cultural (emocional intelectual), son excluyentes ya q el objetivo del $ es tener y tener más y más objetos q en rigor de rigores son del todo innecesarios, lo q acarrea un vacío de significante emocional e intelectual, además contaminación y degradación del medio esencial. Volviendo a Chile esto queda demostrado con el actual ánimo transversal de los chilenos, este es de pobreza cultural y económica. O sea, bien visto, el afanarse por los $ es "el peor negocio posible". Efectivamente, la ignorancia es cara. Pero no tanto como la ambición puramente consumista. La tontera es más cara q la ignorancia.
