CARTAS: Probidad en funcionarios

Estimado señor director: Me permito escribirle para abordar un tema de gran relevancia en la administración pública, como lo es la probidad. En particular, quiero destacar el principio ético que guía la conducta de los funcionarios públicos. Es común escuchar a personas decir: “Trabajo de 8 AM a 5 PM, y después de la oficina, vivo mi vida”. Sin embargo, esta afirmación no aplica a los funcionarios públicos ni a los parlamentarios. El principio de probidad exige que mantengan una conducta intachable, incluso fuera de sus horas laborales.

La Contraloría General de la República, en su Dictamen N.º 10.086-2000, señala: “Afecta al comportamiento privado en tanto pudiere significar, entre otros efectos, desprestigio del servicio o faltar a la lealtad debida a sus jefaturas, a sus compañeros y a la comunidad”. Además, el articulo 61, letra I del DFL 29, sistematizado de la ley 18.834, expresa: “El funcionario público debe llevar una vida social acorde a la dignidad del cargo”. Sin embargo, recientemente observamos un ejemplo preocupante que ocurrió en la Plaza Italia de Santiago, en donde una excandidata a convencional festinó con el fallecimiento del expresidente Sebastián Piñera junto a una botella de champagne. Esta persona es funcionaria del Hospital San José, y sus acciones causaron un perjuicio, dañando la honra y el prestigio tanto del hospital, como la de sus colegas, jefes y, por supuesto, a la ética que todos los funcionarios deben resguardar. Por otra parte, generó desórdenes públicos, con el agravante de consumir alcohol en la vía pública.

Desde mi perspectiva, no me sentiría cómodo siendo atendido por alguien del servicio de salud, que es financiado con los recursos de todos, y que tiene tales actitudes. La integridad y la ética son fundamentales para mantener la confianza de la ciudadanía en nuestras instituciones públicas y con mayor razón: la vocación del servicio público. Espero que el hospital aplique medidas administrativas ejemplares a la funcionaria.