Laguna de Aculeo, gestión de recursos hídricos y gobernanza del agua: el tiempo se acaba
13.09.2023
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13.09.2023
El dramático secamiento de la Laguna de Aculeo ha tenido un ligero respiro este invierno por las lluvias. Pero se trata de una excepción temporal, que las autoridades explican de manera simplista sin abordar la crisis real, explica en esta columna para CIPER un hidrólogo especialista en el tema, quien emplaza: «¿Quiénes son los verdaderos responsables de este desastre socioambiental? ¿Quiénes ganan con la confusión y el enfoque erróneo con el que se está aplicando la influencia del cambio climático sobre nuestros ecosistemas hídricos?»
Aunque durante años ha estado languideciendo como un testigo mudo de la negligencia humana, la Laguna de Aculeo ha vuelto a aparecer ante nuestros ojos. A medida que retorna, lentamente el turismo alrededor suyo se reactiva, los pequeños agricultores recuperan agua para trabajar sus tierras, y las aves vuelven a este valioso ecosistema lacustre en la provincia de Maipo, en el centro-sur de la Región Metropolitana.
Se trata, sin embargo, de una aparición fugaz. Este cuerpo de agua, que según estudios se mantuvo intacto por miles de años [VILLA-MARTÍNEZ et al. 2003], se secó en el fatídico año 2018 por una combinación de factores adversos desencadenados principalmente por una gestión irresponsable de los recursos hídricos de su cuenca por parte del Estado [VALDÉS-PINEDA et al. 2020; 2021], aunque algunos estudios e investigadores insisten en atribuir la culpa solamente al cambio climático ¿Qué aspectos ocultos se esconden detrás de esta narrativa?
Con los más de 270 milímetros de lluvia registrados durante este invierno en su estación meteorológica oficial más cercana y más de 400 mm. en estaciones de comunidades locales, así como en la estación oficial Angostura en Valdivia de Paine [FIGURA 1], se revitaliza el cuerpo de agua, pero solo una fracción de su antiguo esplendor ha vuelto a surgir desde las profundidades agrietadas y resecas, producto de la activación de las quebradas intermitentes, sus afluentes directos y la interacción con su acuífero [FIGURA 2]. Se trata, sin embargo, de una victoria momentánea, que está lejos de ser duradera. Afluentes directos y vitales —como los esteros Pintué y Las Cabras— fueron legal e irresponsablemente desviados para abastecer principalmente la agricultura de gran escala [FIGURA 3] y a condominios que se instalaron en la zona, dejando a la laguna y sus áreas de humedales sin su fuente vital de vida. De hecho, la estricta y significativa relación entre el caudal del estero Pintué y los niveles de la laguna fue comprobada, así como la relación que existía entre la acumulación anual de precipitación y la altura máxima anual de su espejo de agua, las cuales se rompieron indiscutiblemente desde el año 2010, cuando se terminaron de desviar completamente los caudales de su afluente principal [VALDÉS-PINEDA et al. 2021].
Lo anterior también se ratifica al observar la humedad del suelo, la cual se mantuvo dentro de los rangos normales de variación estacional entre los años 2015 y 2022, confirmando que los ciclos estacionales seguían respondiendo de manera natural [FIGURA 4]; sin embargo, el factor preponderante fue la desviación de su afluente principal, el cual tuvo una influencia fatídica. ¿Cómo es posible que las autoridades y ciertos grupos de científicos ignoren este hecho tan claro?
Por su parte, las autoridades encargadas de la gestión de recursos hídricos y la gobernanza del agua en Chile argumentan que el secamiento se produjo principalmente debido a los caprichos cambiantes del clima, basándose en las conclusiones de un estudio cuyos autores tiempo después reconocieron que sólo un 25% del secamiento de Aculeo podría atribuirse al cambio climático. En otras palabras, detrás de esta cortina de lluvias y sequías cambiantes se oculta una oscura mano de intereses económicos que se benefician de una narrativa simplista. ¿Quiénes son los verdaderos responsables de este desastre socioambiental? ¿Quiénes ganan con la confusión y el enfoque erróneo con el que se está aplicando la influencia del cambio climático sobre nuestros ecosistemas hídricos?
La reciente temporada de lluvias puede haberle dado a la Laguna Aculeo un segundo aire, pero el verdadero desafío está aún por venir. La temida temporada de sequía veraniega de 2024 —para la cual se proyectan temperaturas sobre los 40 grados— se cierne en el horizonte [METEORED 2023], y con ello la amenaza de que los afluentes directos hacia la laguna vuelvan a ser desviados para dejar inevitablemente de nutrir este sensible ecosistema lacustre. De no producirse cambios drásticos que vayan de la mano con una responsabilización del Estado respecto al gran error cometido, Aculeo podría enfrentar rápidamente su segundo secamiento, una vez más producto de la negligencia y la inacción de las autoridades competentes.
Las medidas para mantener la Laguna Aculeo deben ser inmediatas y enérgicas. La preservación de sus afluentes o, al menos, de sus caudales ecológicos se presenta como la medida más urgente para solucionar de una vez por todas esta crisis socioambiental sin precedentes. Mientras el mundo entero observa sin palabras la nula importancia que le damos a nuestros ecosistemas hídricos, los líderes gubernamentales, las comunidades locales y los defensores del medioambiente deben mantener la obligación de seguir trabajando para garantizar un manejo sustentable de las fuentes de agua en todas las cuencas hidrográficas de nuestro país. La protección de los cursos y cuerpos de agua, así como una mayor educación pública sobre la importancia de su preservación, son imperativos básicos e ineludibles para lograr avances en esta materia. Asimismo, tal como lo señaló el presidente Gabriel Boric en su plan y posterior manifiesto programático de gobierno a «asegurar el acceso a agua y la integridad de los ecosistemas claves del ciclo del agua a través de la reasignación de derechos de agua, el fortalecimiento de los sistemas de agua potable rural, el reúso de aguas y, sobre todo, frenando la destrucción de ecosistemas», ahora es el momento perfecto para cumplir con lo prometido.
En esta línea que tiende a mejorar la gestión de los recursos hídricos y la gobernanza del agua en Chile [VALDÉS-PINEDA et al. 2014] [ver «Por qué es importante construir una gobernanza del agua», en CIPER-Opinión 07.09.2023], es importante agregar que, en países desarrollados, la hidrología se prioriza como una disciplina esencial para comprender la disponibilidad, distribución y sustentabilidad de las fuentes de agua de un país [WAGENER et al. 2010; MONTANARI 2018; NATIONAL GEOGRAPHIC 2023]. Entonces, ¿por qué en Chile aún no se prioriza y regula el desarrollo de esta disciplina tan importante para mejorar la gestión de las intervenciones sobre nuestras fuentes de agua fresca, así como nuestra gobernanza del agua? Los hidrólogos desempeñan un papel crucial, ya que su experiencia y conocimiento sobre el ciclo del agua y la gestión de los recursos hídricos es fundamental para tomar decisiones informadas y sostenibles que preserven nuestras cuencas hidrográficas , que minimicen el impacto de eventos extremos, y que aseguren la sustentabilidad de las fuentes disponibles para las generaciones presentes y futuras. A pesar de que Chile cuenta con pocos hidrólogos, pero todos de primer nivel y con vasta experiencia, la ausencia de expertos en el actual gobierno plantea un punto de inflexión crítico sobre la falta de enfoque profesional para desarrollar una adecuada gestión de los recursos hídricos y de la gobernanza del agua, que se ajuste a las necesidades presentes y futuras del país, bajo condiciones de cambios hidroclimáticos y demandas crecientes. En este contexto, ¿existe alguna posibilidad de qué el gobierno cuente con asesores directos en esta materia, y que esta se aplique como una política de Estado?
El tiempo se agota, y si las autoridades continúan avanzando de la misma forma, adoptando una visión errónea de culpar solamente al cambio climático de las problemáticas que acarreamos respecto a la gestión de los recursos hídricos y de la gobernanza del agua en Chile, seguiremos en la senda incorrecta. Todo el país espera que se lleve a cabo una estrategia nacional de manejo transparente y detallada, que permita definir de manera precisa los lineamientos futuros para la preservación de todas nuestras cuencas hidrográficas y de sus respectivas fuentes de agua, dando prioridad inmediata a la Laguna Aculeo.
Antes de que esta laguna icónica vuelva a desaparecer, ¿nos uniremos para salvarla o permitiremos que se convierta en una víctima más de la negligencia de las autoridades y de los intereses ocultos? El reloj avanza y la historia de Aculeo está lejos de llegar a su fin.
FIGURA 1: Precipitación acumulada [mm] durante el año 2023 en las Estaciones Meteorológicas de Laguna Aculeo (DGA 05716005-5) y Angostura de Paine (DGA 05716001-2), localizada aproximadamente a 9 kilómetros al norte de la estación meteorológica Laguna de Aculeo. (Fuente)
FIGURA 2: Comparación del espejo de agua de la Laguna Aculeo para los años 2006 [Satélite Landsat-7] y 2023 [Satélite Sentinel-1]. Nótese la diferencia del volumen de agua almacenado en ambos periodos, lo cual deja de manifiesto que el episodio de almacenamiento ocurrido durante el año 2023 es mucho menor que lo que realmente se puede almacenar para lograr su máximo espejo de agua.
FIGURA 3: (Eje izquierdo) Evolución temporal del número de árboles frutales por especie en la cuenca de la Laguna de Aculeo (gráfico de barras) para los años 2010, 2014 y 2017, que muestra el incremento explosivo y significativo de cerezos.(Eje derecho) Evolución temporal del número total de árboles frutales en la cuenca de la Laguna de Aculeo para los años 2010, 2014 y 2017 (marcadores de color), que incluye el número total de hectáreas plantadas y el aumento porcentual del número de árboles frutales. Los cambios asociados al aumento del número de árboles de cerezos fue progresivo incluso durante la evolución del secamiento del cuerpo de agua en el año 2018.
FIGURA 4: Humedad subsuperficial promedio del suelo [mm.] estimada desde el satélite SMAP-NASA para la cuenca de Aculeo. Nótese la variación estacional natural de la humedad del suelo entre 2015 y 2018 [antes del secamiento de la laguna] y su posterior reducción durante el año 2019, inmediatamente después de su desaparición.