SIMCE 2022: Urgencias más allá del rendimiento
23.06.2023
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23.06.2023
Además de los resultados en Lectura y Matemáticas, el SIMCE 2022 arroja cifras también preocupantes en los Indicadores de Desarrollo Personal y Social (IDPS), que miden asuntos tales como autoestima académica, clima de convivencia escolar y fomento de la actividad física, entre otros. Comenta la autora de esta columna para CIPER: «Son resultados que nos deberían llamar a actuar ¡ya!».
Llama la atención que, en el mar de reflexiones que dejaron los resultados del SIMCE 2022, el grueso del diagnóstico se centre en el rendimiento académico de los alumnos de Cuarto Básico y Segundo Medio que se sometieron a la evaluación.
Sabemos, y también adherimos, a que es prioritario abordar la reactivación educativa pospandemia con un sentido de urgencia a través de acciones ejecutables y medibles, no solo en el largo plazo, sino que a medida que se vayan aplicando. Sin embargo, no podemos pasar por alto la nula atención que se le entrega a la «otra patita» del Simce, que también es clave: los Indicadores de Desarrollo Personal y Social (IDPS).
Además de las evaluaciones de aprendizaje con Lectura y Matemáticas, el Simce también considera los IDPS relacionados con autoestima académica y motivación escolar; clima de convivencia escolar; participación y formación ciudadana; y hábitos de vida saludable de las y los estudiantes. Esos resultados también nos deberían llamar la atención y levantar la bandera de urgencia en esos terrenos. La autoestima académica, por ejemplo, tuvo una disminución importante en el porcentaje de estudiantes que se siente capaz de aprender matemática, con una brecha de género considerable. En cuarto básico esta medición tuvo una disminución de un 3%, respecto de la última medición en 2018, mientras que en segundo medio esta fue de un 2%. [ver «SIMCE 2022: Cómo se explican las brechas de género en Matemáticas», en CIPER-Opinión 21.06.2023].
Otro ítem clave —y que podemos palpar semana a semana a través de noticias y registros audiovisuales en las distintas plataformas digitales— es el de la convivencia escolar. Sus resultados nos deberían llamar a actuar ¡ya! Por ejemplo, hay un claro aumento de la percepción de discriminación entre las y los estudiantes. Las respuestas a la pregunta si se sienten discriminados por su personalidad son alarmantes: en Segundo Medio el aumento en esa respuesta fue de un 8%, pasando del 23% de 2018 a un 31% en la actual medición.
Al igual que el dato de que solo dos de cada cinco niños de Cuarto Básico logren las habilidades y conocimientos básicos para su nivel (estándar de aprendizaje adecuado), la realidad que reflejan estas respuestas también atenta contra el desarrollo de nuestra niñez y de nuestros jóvenes. Hay niñas y niños que en Chile hoy se están sintiendo más discriminados.
A la vez, esos mismos alumnos consideran que se está promoviendo menos que antes su actividad física. En Segundo Medio, la consideración a esta consulta bajó casi 10% (84% de «sí se promueve», en 2018; y 75%, en 2022). Esto no es antojadizo. De Quinto Básico a Cuarto Medio, las horas de Educación Física obligatorias en Chile por currículo son solo dos; es decir, solo 90 minutos en total (en los cursos previos son cuatro horas).
Por distintos motivos, según estimaciones, más del 80% de los escolares de todo el mundo no siguen la recomendación de realizar 60 minutos diarios de actividad física. Además, las niñas son menos activas que los niños en casi todos los países, según el conjunto de herramientas entregadas por la OMS. Los niveles de inactividad de las niñas no han mejorado desde 2001, y la brecha con los niños se está ampliando.
Pensar la educación —y, en este caso, la reactivación educativa— debe hacerse desde un prisma que no solo se centre en el rendimiento del aprendizaje de materias, sino que en una sinergia que entre ena sintonía con los docentes y el resto de los actores de la comunidad escolar. En fundación Fútbol Más actualmente trabajamos en 26 escuelas, buscando promover la sana convivencia escolar en las comunidades mediante la estrategia del deporte para el desarrollo. En un trabajo alineado con los docentes de Educación Física, buscamos transformar la clase de educación física en una instancia sociodeportiva y de desarrollo de habilidades para la vida.
La invitación y el llamado va en esa línea: hagamos los ajustes necesarios en las materias técnicas que tienen que ver con las evaluaciones de aprendizaje SIMCE, pero no dejemos de lado los rojos que también estamos teniendo en el otro terreno, tanto o más importante que el rendimiento académico. Estamos convencidos que la preocupación del desarrollo socioemocional de nuestras niñas, niños y adolescentes es clave y hay un efecto sinérgico en el otro terreno.