CARTAS: El rey Salomón y las isapres
26.04.2023
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26.04.2023
Señor director: La discusión respecto al futuro de las isapres sigue candente. Aparentemente el Ministerio de Salud ha hecho una oferta generosa para la supervivencia de éstas, lo que para muchos es inadmisible. Habrá que buscar soluciones mientras no se avance en la discusión del Seguro Universal de Salud.
Las ISAPRE contrajeron deuda con sus afiliados por haber jugado sucio. Siguieron cobrando primas cuando ya no podían hacerlo. Su situación actual es de su entera responsabilidad y en eso hay acuerdo, confirmado por un fallo de la Corte Suprema. La consecuencia es que, si van a la quiebra, quedarían tres millones de personas sin protección sanitaria, y allí está el problema. En eso se escudan las ISAPRE, señalándoles a sus afiliados que tendrán que atenderse en el sistema público, en sus consultorios y hospitales. Por eso su reticencia a buscar soluciones que no sean un “perdonazo”.
Lo que no se ha planteado es que las personas afectadas puedan proponer soluciones basadas en sus intereses particulares, y allí hay varias opciones. Aquellos que prefieran se les devuelva el dinero mal habido y lleven su cotización a FONASA. Algunos de ellos podrán recurrir a la libre elección y seguirse atendiendo privadamente. Para ello podrán comprar con esos dineros, seguros complementarios que les ayuden a pagar la cuenta. Este primer grupo concentra las cotizaciones más bajas y por lo tanto con el menor desembolso para las isapres
Pero habrá otro grupo que querrá seguir en su isapre, sin correr el riesgo de entrar al sistema público. Si esa fuera su elección pueden decidir no recibir los dineros y proponer alternativas. Algunos podrán asociarse a las ISAPRE, comprando acciones de esas sociedades con el dinero de la devolución y así participar como accionistas con representación en los directorios; en otro tiempo eso se llamó “capitalismo popular”. Otro grupo podrá plantearle a su isapre no recibir el dinero, pero con esa plata prepagar futuras cotizaciones o gastos de salud.
Qué ventajas tienen las alternativas planteadas:
La primera es que las ISAPRE pagan el total de los dineros mal habidos.
La segunda es que no hay gasto fiscal ni perdonazo.
La tercera es que sería un arreglo entre privados y por lo tanto no requiere legislación alguna.
El rey Salomón estaría contento.