Documento: «Futuros presentes. Nuevas opciones y riesgos en escenarios complejos»
15.03.2023
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15.03.2023
Nuestra interacción con dispositivos y servicios de inteligencia artificial (IA) es ya cotidiana, lo cual plantea no sólo una redefinición de tareas sino también la necesidad de distinguir los riesgos y eventuales desvíos (en educación, creatividad, representatividad democrática, y otros) que ello nos plantea. El siguiente es un documento preparado por investigadores del Centro de Estudios Públicos que analiza las características centrales de esta transición, «y el modo en que la sociedad hoy diseña sus “futuros presentes”».
Desde fines del siglo pasado se habla de la «sociedad del conocimiento». Varios factores han contribuido a la creciente popularidad del concepto: por supuesto, los avances tecnológicos, pero también la interacción entre tecnología y sociedad, que produce una transformación generalizada en múltiples ámbitos.
En primer lugar, la diferenciación, complejidad y globalidad de las sociedades modernas hace que cada vez se requiera una mayor especialización del conocimiento, desde cómo manejar un teléfono inteligente hasta la construcción de grandes obras de ingeniería. Paralelamente, el uso de la alta tecnología ya no es una experiencia lejana; no solo está en los viajes espaciales, en los sistemas militares de defensa o en las plantas nucleares, sino que además se despliega en la vida cotidiana de gran parte de la población mundial, desde el uso de redes sociales hasta el teletrabajo. La tecnología avanza tan rápido como la imaginación. La generalización de la inteligencia artificial ya es una experiencia cotidiana en múltiples ámbitos, en interacciones directas como ChatGPT y mediadas en medicina, derecho, ciencia, entre otros. Todo ello hace que los futuros que imaginamos hoy (los «futuros presentes») sean cada vez más actuales.
El predominio del conocimiento especializado y la tecnología abre enormes oportunidades, pero también supone riesgos a los que es preciso estar atento y manejar, antes de que se transformen en peligros inminentes o, peor aun, catástrofes globales. En el artículo analizamos las características centrales de la transición hacia una sociedad intensiva en uso del conocimiento, tecnologías digitales e inteligencia artificial en el siglo XXI, y el modo en que esa sociedad diseña sus futuros presentes. Entre las conclusiones del estudio, destacamos:
(1) en las sociedades complejas modernas, la especialización del conocimiento es una condición inherente a su funcionamiento. A mayor diferenciación hay mayor especialización; por tanto, el conocimiento acerca de tales constelaciones debe ser más especializado. Sin embargo, puesto que esto acontece paralelamente en distintos ámbitos sociales y dada la alta interdependencia entre sistemas, la especialización en uno de ellos genera un crecimiento exponencial de no-conocimiento (desconocimiento, ignorancia) en otros campos. Este es el principal riesgo de las sociedades modernas: mientras más se sabe de algo, menos se sabe de lo demás;
(2) la existencia de una infraestructura cada vez más robusta en procesamiento y manejo del conocimiento no asegura una reacción eficiente o eficaz a los problemas que la propia complejidad produce. Precisamente los problemas cambian de escala, por lo que se requieren formas más sofisticadas de lidiar y, especialmente, de anticiparse a ellos;
(3) el avance de la tecnología digital no es la que ha iniciado esta transición, pero sí es la que transformará cualitativamente –en especial, la inteligencia artificial– los modos de organización de las sociedades modernas, como evolutivamente lo hicieron el lenguaje, la escritura, la imprenta y los medios de difusión;
(4) la forma en que la sociedad reacciona a los futuros presentes abiertos por la IA son también futuros presentes que apuntan a regular los puntos ciegos que comienzan a surgir con las transformaciones técnicas;
(5) la democracia representativa liberal sigue siendo el mejor mecanismo de organización sociopolítica para enfrentar los riesgos de la complejidad y sus ignorancias;
(6) en el caso de Chile, datos ilustrativos muestran que existe conciencia de los futuros presentes en ciencia e innovación, así como en el rol de las instituciones y el Estado;
(7) Finalmente, una cuestión fundamental para observar las opciones que los futuros presentes abren y evaluar sus potenciales riesgos es analizarlos con modelos interpretativos acordes con la complejidad de las nuevas arquitecturas sociotécnicas.
«Futuros presentes. Nuevas opciones y riesgos en escenarios complejos»
de los autores: Aldo Mascareño, Juan Rozas, Benjamín Oteíza, Benjamín Lang y Pablo A. Henríquez
(Centro de Estudios Públicos, marzo de 2023)