Despidos masivos en tecnológicas: ajuste y retorno al código base
31.01.2023
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31.01.2023
Como un «ajuste de realidad» llama el autor de esta columna para CIPER las recientes olas de despidos en las más grandes empresas de servicios computacionales y de internet.
La industria tecnológica ha sido una de las principales fuerzas económicas en los últimos años, con el liderazgo de empresas como Google, Meta (ex Facebook) y Amazon en términos de crecimiento y valor de mercado. Es un crecimiento que pareciera no tener límite, pero que sin embargo necesita de la creación de nuevos productos o servicios asociados a su actividad principal.
Es importante entender la actividad principal de estas empresas para poder analizar la reciente ola de despidos que se han visto en muchas de ellas, tanto en el mundo como también en Chile. Por ejemplo, al preguntarnos ¿qué es Google?, pensamos en su buscador, el Gmail u otros servicios asociados. Pero, en verdad, la actividad más rentable para la empresa fundada en 1998 en California es ser una plataforma para anuncios, cosa que lleva a cabo mayormente a través de su buscador, el sistema operativo de celulares Android, el correo electrónico, etc. Es decir, Google desarrolla productos para capturar miradas para sus anuncios.
Las empresas que consiguen ingresos por el uso de sus servicios en línea aumentaron su personal significativamente desde 2020 (debido a la pandemia, evidentemente, y nuestra alza enorme y universal del uso de internet desde el confinamiento). Por ejemplo, Microsoft pasó de tener 163.000 empleados en todo el mundo en 2020, a 181.000 al año siguiente, y 221.000 en 2022. Ello aceleró el desarrollo de varios productos, como la plataforma Teams, y la creación de nuevas unidades y servicios, bajo una proyección de crecimiento y oportunidad para nuevos negocios digitales. Sin embargo, a inicios de 2023, y ante nuevas proyecciones económicas, la empresa despidió a 10.000 personas, con lo que su planta se redujo a 211.000 (un número todavía mayor que en 2021).
Lo mismo ocurre con múltiples empresas del sector: Meta pasó de 57.000 a un máximo de 87.000, y luego bajó a 76.000; Salesforce, Booking y otras vivieron procesos similares.
En contraparte, firmas con actividades relacionadas al turismo y a la expectativa económica mundial, como Booking, Tripadvisor o Airbnb, dependen del gasto que estén dispuestas a realizar otras empresas en márketing, y por lo tanto no se han visto sujetas a la reducción antes descrita.
Hasta el momento, Apple Inc. no ha anunciado recortes, y ofrece el ejemplo más interesante para entender lo que ocurre. Si bien la empresa cofundada por Steve Jobs desarrolla mucho software —como IOS, OSX, ICloud, Music, TV, y prácticamente todos los servicios populares que un usuario promedio podría contratar—, su verdadero negocio es la venta de hardware, principalmente teléfonos inteligentes y computadoras, los cuales se ven potenciados por el software exclusivo de la firma. Durante la pandemia hubo alta demanda por sus productos, pero su capacidad de fabricación se vio limitada por restricciones sanitarias y falta de suministros. Esto implicó que Apple no aumentara mayormente su personal, y entonces hoy no requiere de un ajuste pospandemia (quizá sí lo requiera en el corto plazo, pero debido a una realidad económica con menores perspectivas de gasto en dispositivos inteligentes).
Es decir, el escenario que vemos actualmente es un ajuste de realidad para aquellas empresas que incrementaron su personal durante la pandemia y que, con una recesión en el horizonte, deben bajar estos números (pero aún no a niveles de prepandemia).
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La operación de las empresas tecnológicas se rige por lo que se llama el «código base»: el software en su estado de desarrollo hasta ese momento, que presta los servicios que las y los usuarios contratamos. El código base puede operar con una baja cantidad de personal. Esto explica que, tras la reciente llegada a la empresa de Elon Musk, Twitter se haya deshecho de más de la mitad de sus empleados, pero que siga operando sin mostrar mayores problemas.
La baja de personal sí puede generar efectos tales como una ralentización en la actualización del producto o la creación de nuevas funcionalidades. Sin embargo, esto depende de a quién se despida. Por eso, por lo general, los despidos se relacionan con personas de baja incidencia en el código base, que no se relacionan con la operación ni el desarrollo del software que genera los ingresos. Este tipo de despidos se realizan cuando las firmas hacen lo que se conoce como people analytics: analizar mediante datos la relevancia de cada persona en la institución, mirando la tasa de intercambios de correos electrónicos, registros de aportes, tareas agendadas, etc.
Sin embargo, esta reciente ola de layoffs en las firmas tecnológicas podría tener efectos en la competencia por desarrollar inteligencias artificiales. Amazon despidió a 18.000 personas, algo que podría ser perjudicial para una empresa que vende productos físicos, pues buena parte de la fuerza laboral se dedica a la gestión logística de lo que compramos. Sin embargo, el número parece menor para una firma que emplea hoy casi un millón y medio de trabajadores, y que en 2020 tenía 1,2 millones. Para las y los usuarios, el efecto más relevante es que buena parte de los despidos se relacionan con productos de Inteligencia Artificial como Alexa, dando la ventaja a competidores como GPT3, de Openai, que amenaza con dejar obsoleta a la asistente de voz de Amazon.