Cartas: Salud mental y enfoque de género en las campañas políticas
03.04.2022
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03.04.2022
Señor director:
Cada 3 años y 7 meses comienzan en nuestro país precampañas políticas, cuando los partidos políticos muestran sus mejores rostros por la disputa de diversos cargos públicos. Muchos jóvenes se identifican dentro de estas cúspides y enrolan en una militancia política; o bien, optan a un cupo como independientes con patrocinio. Es importante mencionar que, para los partidos políticos, las personas con trabajo territorial se transforman en un obstáculo dentro de las disputas: tienen el conocimiento del territorio y sus necesidades, pero deben poner en jaque su autonomía de acción para regirse según «principios»” y protocolos partidarios. Entonces se darán cuenta de que no todo era como se planteó al ofrecer un cupo dentro de las listas.
Vemos volantes, palomas, entre otros tipos de propaganda política; pero si no tienes un capital en redes sociales se cuestionan tus posibilidades de tener un significativo registro electoral. Comienzan las presiones por el dinero que debes invertir y cómo distribuirlo, y aparecen operadores políticos que se acercan con amabilidad y un ramillete de propuestas solo si la billetera es lo suficientemente amplia para cubrir su servicio. Exigen dinero e intervienen en tu discurso y entrevistas, queriendo incluso controlar tus relaciones interpersonales. Esto finalmente culmina en situaciones de acoso y hostigamiento político.
Considerando que estamos viviendo procesos de transformación social en los que la juventud que lidera movimientos y organizaciones territoriales ha demostrado habilidades dignas de disputar cargos públicos y así oxigenar tales espacios, es fundamental que la política se replantee sus principios y protocolos, los cuales deben establecer el cuidado de la salud mental como enfoque transversal, establecer minutas de buen trato y reeducar a su militancia en cuanto al respeto de género y disidencias. No podemos hablar de espacios feministas empoderados si en estos se viven situaciones de violencia sicoemocional y discriminación hacia compañeras (las que quedan archivadas si no son parte de los rostros «fuertes», con éxito en las redes sociales), olvidando que el discurso debe ir de la mano con la acción. Estas situaciones distancian a los jóvenes de las vocerías y motivan su decepción frente a los espacios políticos. Es fundamental que la política garantice políticas de género, a partir de la reflexión e inserción de la salud mental como pilar para el bienestar y trabajo en equipo, así como el acompañamiento a víctimas de violencia sicoemocional más allá del eslógan y la bulla mediática.