Cartas: La carta trampa
28.03.2022
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28.03.2022
Señor director:
Las autoridades ahora a cargo del nuevo gobierno tienen dos opciones: o dejan de jugar a ser inocentes o empezaremos a creer que tienen miopía política. Tras el alivio y romanticismo de haber vencido a un candidato presidencial de corte dictatorial, sigue lo de compartir casa con minions y oportunistas asociados. El gobierno está en matemática desventaja pues, por si no lo han notado, en el Congreso no se enarbola la bandera del arbolito, y se está lejos de cumplir con los quórum de votos necesarios para cualquier proyecto del presidente Boric (a menos que…). Los votos de una ley ordinaria siempre son posibles, ya que cuentan los de quienes asisten a la sesión y no del total, pero de ahí en adelante habrá que sacar la calculadora (como con la Selección, ¿eh?), pues hay que lograr complicados mínimos para las leyes de quórum calificado, y ni hablar de las LIC y las LOC.
¿Pero cómo hacerlo? Saludo de puños y codos con la vieja izquierda, sonrisas y cómodos cargos para ampliar les amigues y escaños a favor. Entonces así —y solo así— al ojo se pasará de posibles 40 diputados a favor a un no despreciable número de 80 votos. ¿Y en el Senado? La meta es llegar de 5 a 23… por lo que de faltar, faltará. Es nefasta esta situación de la que depende el programa de gobierno, dispuesta como un conveniente tablero por la actual Constitución (¿no se les ha ocurrido cambiarla?). En el fondo, lo realmente molesto sería negociar con el centro (cruz) centro: yo no negociaría con seguidores de Judas.