Conocimiento abierto como regla, propiedad intelectual como excepción
21.10.2021
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21.10.2021
Todo curso de propiedad intelectual contempla en su primer día un completa explicación sobre cómo las ideas y el conocimiento no se agotan con su uso, que son un bien público, y que el «acceso abierto» a dicho conocimiento es la regla. La propiedad intelectual es, a su vez, la excepción, una ficción legal. Ese primer día es probablemente el único en que se genera una reflexión sobre esos conceptos.
En política pública ocurre algo parecido. Los escasos recursos y el poco tiempo que desde el Estado dedicamos a fomentar el conocimiento como bien público contrastan con los esfuerzos sostenidos y sustantivos a promover y crear capacidades para la protección de dicho conocimiento. Tenemos un desequilibrio, en que el «acceso» prácticamente desaparece frente a la «protección».
Si consideramos que el conocimiento es la base para el desarrollo del país, la comprensión de nuestro entorno y la diversificación de nuestra economía, ¿es adecuado continuar con tal desequilibrio? La respuesta es que no. Y si bien desde la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, no podemos cambiar ese primer día, sí podemos contribuir con algunos elementos para revalorizar el conocimiento como un bien público.
Lo primero es entender que el conocimiento no crece como maleza, sino que requiere ser cultivado, para lo cual un aumento sostenido del presupuesto en Ciencia es fundamental. En esa línea, este año logramos dar un primer paso con un crecimiento significativo para la ANID del diez por ciento.
Lo segundo es volver a la regla general —es decir, al primer día de clase— y asegurar que al menos el conocimiento que se financia con fondos públicos sea público, y que solo en casos excepcionales y fundados se vuelva propietario. En esto es clave la Política de Acceso Abierto a datos e información científica que estamos impulsando desde la ANID.
Lo tercero es entender que el conocimiento no se difunde por osmosis, sino que requiere ser clasificado, distribuido y aprovechado por todos y todas. Para ello es fundamental el financiamiento que desde la ANID estamos dando a las universidades nacionales para fortalecer sus capacidades en esta materia, contar con expertos y desarrollar herramientas para cumplir con esta importante función.
Por último, es necesario entender que el conocimiento no es de algunos, sino que, de todos y todas, y que la colaboración es fundamental para potenciar su uso y acelerar su impacto. Esto último es la motivación detrás del acuerdo de colaboración firmado recientemente entre las Universidades del CRUCH, las Universidades de la CUP y la ANID, en coordinación con la Corporación CINCEL. Dicho acuerdo crea una red a apoyo a una Infraestructura Nacional de acceso a la información científica, entendida como una gran red de bibliotecas universitarias que por fin permitirá poner en valor al conocimiento como bien público.
Estas cuatro acciones dan cuenta de un esfuerzo común, fundado en la trayectoria, la colaboración y la confianza; y son un primer paso que desde la política pública damos hacia un modelo más equilibrado, que nos permita poco a poco reestablecer ese tan necesario equilibrio entre el «acceso» y la «protección», en que el primero sea la regla y el segundo la excepción.