Declaración de la Asociación Chilena de Historiadores respecto a los nuevos criterios de aprobación de proyectos ANID

El Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación acaba de anunciar cambios en los protocolos de aprobación de proyectos de investigación científica, humanista y tecnológica que evalúa la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID).

Entre los proyectos aprobados se establecerán dos categorías: aprobados con financiamiento y aprobados sin financiamiento. En el caso de estos últimos, si bien el Estado de Chile reconoce la excelencia científica de la propuesta, declara no estar en condiciones de financiarla. Por esa razón, pasan a integrar una lista de espera premium. Esto se traduce en que dichas propuestas son inscritas en una “cartera de proyectos” que portan la certificación del Estado para conseguir financiamiento público a través de los gobiernos regionales u obtenerlo de algún agente privado.

Estamos, una vez más, ante una noticia que sorprende a la comunidad nacional de investigadoras e investigadores por su carácter intempestivo e inconsulto, y que además pone en duda el interés de las autoridades por reforzar la comprensión de la investigación de excelencia como un bien público a fomentar y proteger.

En las actuales circunstancias, cuando es la investigación científica la que ha permitido sostener los esfuerzos colectivos de resistencia y superación de la pandemia, parece improcedente anunciar una medida que ensancha la puerta para nuevos recortes en el ya precarizado sistema de financiamiento. Es difícil no ver de otra manera la potencial multiplicación de proyectos con certificación, pero sin recursos. Parece improcedente, porque además empuja a la comunidad científica a un incierto terreno de competencia por obtener patrocinio de privados, cuyo compromiso con la imparcialidad de las investigaciones no es algo que se pueda garantizar; algo parecido podría suceder en la obtención de apoyo público, pues ello impone un incierto programa de vinculaciones con instancias gubernamentales que con legítimo derecho privilegiarán propuestas que no beneficiarán de manera equitativa al amplio espectro de la investigación que se desarrolla en el país.

Si bien esta medida afecta a todo el sistema de investigación nacional, es probable que profundice aún más la postergación de los investigadores asociados a las disciplinas de las ciencias sociales y humanidades, que desde hace años vienen siendo definidas como secundarias, optativas o prescindibles, bajo una lógica que privilegia el conocimiento “útil” y “rentable”. En el caso de la Historia, la disciplina que reúne a los integrantes de esta asociación, no podemos ver aquí sino un nuevo hito en la escalada de degradación que ha impulsado este gobierno, y que sigue la ruta marcada por la aprobación de la última Reforma Curricular del Ministerio de Educación en 2019.

Con estos antecedentes, solicitamos que el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y la ANID reconsideren esta medida, que solo parece garantizar incertidumbre y escenarios de competencia feroz. Como Asociación Chilena de Historiadores creemos que el momento que atravesamos demanda mayor seguridad y compromiso con el desarrollo del conocimiento y las ciencias nacionales.

Asociación Chilena de Historiadores