Contrato y sueldo en lugar de becas: nueva propuesta para financiar la investigación de postgrado en Chile
17.11.2020
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17.11.2020
La ola de indignación que se ha levantado por el escaso apoyo de parte del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación a becarios/as de postgrado de último año, así como la suspensión del programa BecasChile para 2021 no puede hacernos olvidar la mirada crítica hacia los sistemas de becas de postgrado. Creemos que pedir la simple restitución de todo lo recortado es reactivo y conservador. Por esto debemos hacer un análisis crítico y generar propuestas concretas para salir de la discusión en torno a las becas de postgrado, más allá de los recortes.
El Programa de Formación en Capital Humano Avanzado de ANID (heredado de CONICYT) engloba las becas de postgrado tanto en el extranjero como en Chile. Su nombre no es baladí, ya que representa el marco teórico sobre el cual se sostiene la formación de especialistas para el país. Esta visión posiciona los estudios de postgrado y la formación de trabajadores/as del conocimiento como una prosecución de estudios universitarios con beneficios personales, y no como la visión que consideramos debe ser: un trabajo, inserto en el proceso de construcción del conocimiento, al que le corresponde sueldos y derechos laborales.
El “Capital Humano” corresponde a una teoría económica que dice que todo el comportamiento de la humanidad es únicamente la sumatoria de los comportamientos individuales. Y estos comportamientos son considerados siempre decisiones racionales que buscan maximizar los beneficios económicos y no económicos de esas decisiones individuales.
La educación mirada bajo la óptica del Capital Humano corresponde al entrenamiento de individuos que buscan maximizar sus beneficios económicos porque en esta teoría, mientras más educados, serán más productivos y mientras más productivos, recibirán mejores sueldos. Eventualmente se generan otros efectos positivos, fuera del ámbito de la persona en cuestión, lo que para los teóricos liberales nunca fue demasiado importante y se les denominó “externalidades positivas”.
La parte de “serán más productivos” justifica el financiamiento estatal para la educación, ya que la teoría asume que, como consecuencia de la mayor productividad individual, aumentará la productividad general del país. Ello, aunque la motivación de quienes buscan educarse, según esta teoría, sea el mayor retorno monetario personal.
Existen una serie de supuestos en esta teoría, bastante cuestionables y que han sido criticados largamente desde su concepción en los años 50, lo que no ha sido impedimento para su masificación en amplias áreas de las políticas públicas. En lo que compete a la formación de postgrado, la teoría del Capital Humano “avanzado” suma varias inconsistencias que es importante identificar:
Dadas estas incongruencias entre la Teoría del Capital Humano y la realidad de los estudios de postgrado en el contexto de las carreras de investigación, proponemos abandonar completamente esta construcción teórica para referirse a esta etapa de la formación profesional. La alternativa obvia es simplemente considerar este entrenamiento como un trabajo.
La primera consecuencia de esto es que deben ser considerados trabajadores y trabajadoras enmarcados en procesos formativos y no estudiantes. La segunda es que, bajo esta categoría, deben recibir un sueldo y su relación contractual estar regulada bajo las leyes laborales del país.
Si los trabajadores y trabajadoras del conocimiento deben ser contratados y recibir un sueldo ¿quién los contrata? ¿cada institución o el Estado, en tanto sea el financista de la investigación? La respuesta a estas preguntas es vital para entender cómo se regula la relación laboral, ¿por medio del código del trabajo, del estatuto administrativo para funcionarios públicos o se debe crear una figura ad hoc?
Asumir este cambio implica otras discusiones a las que nos debemos abrir como sociedad, en particular desde las y los investigadores en distintos estadios de nuestra carrera:
En tanto, aceptar que las motivaciones para hacer un postgrado son mucho más complejas que la motivación económica individual, y que los resultados de este entrenamiento tienen efectos que van mucho más allá de la productividad económica, implica mover la justificación para el financiamiento estatal, hacia la relevancia de la investigación para el conjunto de la sociedad, donde las motivaciones son colectivas. Esto, de nuevo, abre otro conjunto de importantes discusiones:
Este insumo busca abrir estas discusiones en el seno de las organizaciones de investigadores/as, de Universidades e instituciones de investigación públicas y privadas. De hecho, considerar el postgrado como un trabajo, es algo que funciona en otras latitudes, por ejemplo, en la Unión Europea, y la experiencia comparada también deben incluirse en la discusión.
Tenemos la certeza que el respeto y la valoración del trabajo de todos y todas quienes construyen conocimiento, será un primer paso fundamental para que ese conocimiento esté al servicio de las personas y desde la investigación, en todas las disciplinas, se pueda construir un futuro común para un Chile diverso, donde todas las personas y los territorios se sientan partícipes.