Responsabilidad internacional en la defensa de Rojava
15.10.2019
En 2011, tras el comienzo de la guerra civil en Siria, los kurdos de este país formaron una comunidad autónoma llamada Rojava. Fundada sobre los principios del confederalismo democrático, Rojava es el experimento político más interesante que el planeta ha producido en las últimas décadas. Desde sus asambleas locales hasta sus consejos legislativos supremos, la equidad de género es celosamente asegurada.
Hoy, si no actuamos, esta comunidad podría dejar de existir.
El 9 de octubre, inmediatamente después que el gobierno de Estados Unidos anunciara el retiro de sus tropas estacionadas en la frontera sirio-turca, Turquía inició una invasión militar sobre Rojava. Este ataque era esperable, pues el gobierno turco –que teme el nacionalismo kurdo dentro de sus propias fronteras– es un enemigo declarado.
Los kurdos sirios cuentan con cuerpos de defensa efectivos, incluyendo brigadas femeninas que en el pasado han combatido exitosamente a ISIS. Sin embargo, los prospectos contra el ejército turco –uno de los más poderosos de Medio Oriente– no son optimistas.
Rojava se fundamenta sobre principios humanos a los cuales todos, sin importar el color político, debiéramos adherir. Es imperativo tomar acción. Si Chile y la comunidad internacional no cortan el paso a Turquía, Rojava puede colapsar. Y si eso ocurre no perderían solo los kurdos de Siria, si no todos los que valoramos la existencia de experimentos que busquen construir mejores formas de vivir en sociedad.
El autor de esta carta, Naim Bro, es doctorado en sociología (University of Cambridge) e investigador postdoctoral del Instituto Milenio Fundamentos de los Datos (IMFD).
