Eliminación de la Ley Reservada del Cobre: que no le pasen gato por liebre
16.08.2018
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16.08.2018
La dilatada derogación de la cuestionada Ley Reservada del Cobre, vía por la que se impuso una fórmula sin control para que las FF.AA. financiaran la compra de armamentos, vino de la mano de un nuevo proyecto de ley que se discute en el Congreso. En esta columna, el cientista político Claudio Fuentes compara los mecanismos vigentes con los que estipula el nuevo proyecto del Ejecutivo y concluye: se “crea una estructura que replica los privilegios heredados de la dictadura, con órganos nuevos muy poco definidos y hasta contradictorios con la legislación existente, y con un diseño que incentivará compras de armamento en virtud de recursos que estarán asegurados por ley”. Un nuevo marco de privilegios que no pasa el test democrático.
El gobierno ha anunciado la eliminación de la Ley Reservada del Cobre que establece un mecanismo especial para financiar la compra de armamento de las Fuerzas Armadas. Sobre esta modificación, el ministro de Defensa, Alberto Espina, afirmó: “No hay justificación para que en un sistema democrático, las FF.AA. se financien con las ventas del cobre… y lo que ha hecho el Presidente Piñera es establecer un mecanismo que sea 100 por ciento democrático” (AhoraNoticias, 7 de agosto).
Hasta aquí todo bien. Sin embargo, la interrogante que surge es si el nuevo esquema de financiamiento de las FF.AA. cumple con la condición de que sea democrático, transparente y adecuado. Para ello, explicaremos someramente cómo funciona el sistema actual y luego señalaremos cuál es la propuesta del gobierno.
Hoy las Fuerzas Armadas se financian a través de dos mecanismos: (a) el gasto permanente que anualmente aprueba el Congreso y, (b) la Ley Reservada del Cobre que financia las compras de armamento. La dictadura militar amarró estas dos fuentes de financiamiento a una serie de condiciones que se expresan en la Ley Orgánica Constitucional de las FF.AA. En efecto, para el gasto permanente estableció un piso mínimo equivalente al gastado en 1989, que se incrementa según el IPC de cada año. Para la Ley Reservada del Cobre también estableció un piso mínimo de aportes que la empresa estatal Codelco debe entregarles año a año, asegurando de este modo que, independiente del monto de las ventas de cobre, siempre recibirán recursos para compra de armas. Además, en este último caso, excluyó explícitamente al Congreso de cualquier control sobre tales ingresos.
De este modo, el gasto en Defensa se constituyó en un área de privilegio, con pisos mínimos para su funcionamiento y, en el caso de las compras militares, libre del escrutinio civil y democrático. Pinochet desconfiaba de los políticos y de ahí su insistencia en crear pisos mínimos para el presupuesto militar.
¿Qué propone ahora el gobierno? Recordemos que el primer gobierno de Piñera envió al Congreso un proyecto de ley que la Cámara de Diputados aprobó con modificaciones el año 2012. Es sobre esta propuesta que el Ejecutivo sugirió una serie de indicaciones en días pasados. Lo que explicaré a continuación es el modo en que quedaría establecida la nueva ley si se aprobara tal cual se propone:
En resumen, el proyecto así como está establecido no parece muy convincente. Se elimina la Ley Reservada del Cobre, pero crea una estructura que replica los privilegios heredados de la dictadura, con órganos nuevos muy poco definidos y hasta contradictorios con la legislación existente, y con un diseño que incentivará compras de armamento en virtud de recursos que estarán asegurados por ley, más que en respuesta al escenario estratégico internacional.
El ministro de Defensa tiene razón en una cosa: no se justifica la Ley Reservada del Cobre en un contexto democrático. Pero la propuesta del gobierno genera un nuevo marco de privilegios para los institutos armados que no pasa el test democrático. Además, la nueva fórmula institucional de control de las compras militares es evidentemente débil. Anunciar la eliminación de la Ley Reservada del Cobre es una buena noticia. Pero constituye una pésima noticia trasladar el actual esquema heredado de la dictadura a un nuevo cuerpo jurídico. Esperemos que al Congreso no le pasen gato por libre.