David Baytelman Goldenberg: a 30 años de la muerte de uno de los principales gestores de la Reforma Agraria
07.05.2018
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07.05.2018
Al cumplirse 50 años de la Reforma Agraria y 30 años del fallecimiento de David, trato por medio de esta carta de hacer “memoria histórica”. Habiendo leído varios artículos sobre el proceso de Reforma Agraria en Chile, nunca vi enunciado de ninguna manera el nombre de quien fuera vicepresidente de la Corporación de Reforma Agraria (CORA) en el período donde este proceso fue más intenso y polémico (1970-1972). Además, de David Baytelman muchos aprendieron una infinidad, no solo de Reforma Agraria.
David se pone a disposición de la lucha por construir un país mejor en los años 50. En 1958, para la campaña presidencial, acompaña por primera vez al candidato Salvador Allende, siendo desde ese momento un apoyo importante en la construcción del Programa Agrario, primero del Frente Popular y más tarde del Programa Agrario de la Unidad Popular.
David fue parte del gran equipo de profesionales interdisciplinarios que creó el OCEPLAN, cuerpo técnico asesor de la segunda campaña de Salvador Allende, siendo uno de los diseñadores de las políticas agropecuarias que finalizaron con un tremendo programa anti oligárquico y antiimperialista en años en que en Chile no existía el organismo denominado más tarde ODEPLAN.
En la campaña presidencial de 1964 viajó como asesor de Allende en el “Tren de la Victoria”, que recorrió la ruta de Santiago a Puerto Montt. Siendo yo un niño de 11 años recuerdo nítidamente ese viaje pues me tocó acompañarlo. Creo que David llegó a ser del círculo de confianza de Salvador Allende desde el punto de vista técnico profesional. Allende le tenía mucho respeto y le consultaba siempre las dudas técnicas en su área.
David fue una persona que cultivó su cerebro hasta transformarlo en una verdadera “enciclopedia”. Por lo tanto, tenía una vasta cultura. En 1959 realizó un doctorado en Economía Agraria en la Universidad de Oxford y llegó a dominar el idioma inglés como su propia lengua. Hablaba francés, holandés, portugués, idish y un poco de alemán.
En su exilio en Holanda enseñó en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya (instituto de estudios de postgrado en el terreno rural para estudiantes especialmente del Tercer Mundo). Su gran tema siguió siendo la Reforma Agraria y participó con sus alumnos de la Reforma Agraria portuguesa.
Trabajó en la FAO, estudió y escribió sobre el tema de la “alimentación” en el mundo, estuvo en misiones en la Nicaragua sandinista, Ecuador, Mozambique, México, Tanzania y Cabo Verde. Su última misión fue en Kenia, país al que fue enviado por el gobierno holandés a desarrollar un proyecto nacional de regadío. Y estando en Nairobi le dio un infarto cerebro-vascular y quedó hemipléjico.
A 30 años de su muerte intento recordarlo por el gran rol que jugó en el agro chileno:
No continúo con su curriculum porque es muy extenso para haber quedado hemipléjico a los 58 años y haber fallecido a los 63 años.
Por último quiero destacar sus características como ser humano. Y para ello, prefiero citar a sus amigos, colegas y ex alumnos, que me interpretan plenamente.
Una persona que trabajó con él en CORA se refiere a David de la siguiente forma: “¿Qué tiene de particular este hombre que su solo nombre despierta de inmediato un verdadero rodado de adjetivos?, emotivo, generoso, alegre, entusiasta, positivo, optimista, honesto, consecuente, tira p’a arriba, cálido, sencillo, siempre disponible, siempre dispuesto, amigo de sus amigos, hospitalario”.
Algunos más reflexivos dijeron: “inteligente”, “culto”, “preparado”; y a continuación, nuevamente “consecuente y honesto”.
Un ex alumno de la Facultad de Agronomía de la U. de Chile escribió: “David irrumpió en el ámbito tradicional de la investigación y la academia con singular inteligencia, capacidad y honestidad. Crítico inflexible, en el aula universitaria y fuera de ella, de cualquier enfoque exitista, ‘chato’ o ‘miope’ para el análisis de las cuestiones acerca de la naturaleza, la economía y la sociedad. Pedagogo por excelencia, con fraternal amistad e infinita paciencia indujo a varias generaciones de estudiantes hacia una conciencia plena del rol decisivo de las ciencias agronómicas en la transformación social… Luchador incansable por forjar una nueva universidad crítica y comprometida con el progreso social de la Nación, David es uno de los protagonistas más lúcidos del proceso de Reforma Universitaria vivido en todas nuestras universidades en la segunda mitad de la década de los años 60. Por esta razón, los sectores más avanzados de la comunidad universitaria de la Universidad de Chile, y particularmente los académicos, investigadores, trabajadores no académicos y estudiantes reivindicaron entonces su postulación para ejercer la máxima responsabilidad de conducción de nuestra Facultad, como Decano…”
Otra persona que también compartió trabajo con David, se refería así: “Lo único difícil con David es ser su enemigo, pues tiene el arma más poderosa que existe, su calidad humana… Más que un agrónomo es un hombre, más que un jefe es un amigo, más que profesor es un compañero, más que padre es un hermano…”.
A 30 años de su fallecimiento, como hijo de David, orgulloso de haber tenido al padre que tuve, escribo estas letras para compartir el recuerdo de un gran hombre, un tremendo profesional, un gran chileno, un gran comunista, un maravilloso padre-amigo-hermano.
Pablo Ariel Baytelman Subelman (pablobaytelman@yahoo.es)