Hace unos días, a través de los medios de comunicación, se dio a conocer una carta que la Arquidiócesis de Cali (Colombia) hizo firmar a sus sacerdotes. En esta carta los sacerdotes exculpan a la institución de toda responsabilidad civil ante posibles casos de abuso sexual infantil cometidos por ellos mismos.
Si bien jurídicamente una carta así no parece tener mucho sentido, sustento ni consecuencias, éticamente sí constituye un hecho gravísimo. Negar la responsabilidad que tiene la organización por las acciones que cometan personas bajo su alero, formación y amparo, es inaceptable.
En Chile ocurrió algo similar. En el marco de una demanda civil en contra de la iglesia, por su responsabilidad institucional al no prevenir ni detener el abuso sexual y de conciencia por parte del sacerdote Fernando Karadima, el Arzobispado de Santiago alegó que no tenía responsabilidad por lo que hicieran los sacerdotes a su cargo.
El arzobispado argumentó que los sacerdotes no tienen un vínculo de dependencia respecto de su obispo. Es imposible hallar rastros de buena fe en este argumento. La obediencia y fidelidad, pastorales y espirituales de los sacerdotes hacia sus obispos, son expresadas públicamente cada Jueves Santo. Proféticamente, en el juicio del que hablamos, ya negaron tres veces el vínculo entre ellos. Sólo para esquivar la responsabilidad.
Ahora bien, más allá del Caso Karadima en particular, lo que parece buscar la Institución es crear un precedente para librarse de toda responsabilidad.
En coherencia con esta exculpación, el arzobispado, a través de sus católicos abogados, de manera aún más vergonzosa, argumentó que la Iglesia Católica no tendría legitimación pasiva para ser demandada, lo que decepciona desde lo lógico, lo jurídico y lo ético. Bajo esta premisa, no podría ser demandada ni en este ni en ningún caso, puesto que, la Iglesia Católica chilena no existe (sólo existe la Iglesia Universal) y mal podría, por lo tanto, ser representada por el arzobispado. Por tanto, una demanda contra la Iglesia Católica como responsable de las acciones de un sacerdote, sería un error incluso formal.
El factor común entre la carta que el Arzobispado de Cali hace firmar a sus sacerdotes y los argumentos del Arzobispado de Santiago en el juicio por el Caso Karadima, es la búsqueda miserable por desligarse de la responsabilidad.
Siendo evidente que un sacerdote tiene un poder muy grande sobre las personas, por el hecho de ser sacerdote, los argumentos de la iglesia son escandalosos.
Buscar la responsabilidad de la Iglesia Católica a través de los obispados y otros superiores jerárquicos, según el caso, por las acciones de los sacerdotes, es un derecho de las víctimas, pero no solo eso. La responsabilidad tiene una dimensión jurídica, y sobre todo, ética. Una persona (natural o jurídica, temporal o espiritual) responde por sus actos, pero también, cuando tiene algún poder o autoridad sobre otros, es responsable de aquellos que están a su cuidado. Responde por ellos, ante sí y su conciencia, ante la sociedad, ante lo trascendente. La responsabilidad es el vínculo entre una persona, sus actos y la realidad. La responsabilidad es constitutiva no sólo de la ética, sino incluso de una personalidad como tal. En efecto, sin responsabilidad, sin vincular sus actos con su identidad, hay solo delirio. Pero cuando no se trata de ausencia de responsabilidad sino de su negación, entonces ya no hay solo delirio, lo que hay es el mal, la ruptura con lo ético.
Es innegable el poder de los sacerdotes, sobre todo respecto de personas vulnerables, niños, niñas y adolescentes que buscan, en ellos, refugio y consejo espirituales. Hay suficientes investigaciones que demuestran que este poder de los sacerdotes, por su actividad cotidiana, coincide en muchos aspectos con el poder que buscan personas con tendencia pedófila, para lograr abusar sexualmente [1].
Además, a pesar de una declaración explícita por parte de los últimos papas y obispos, en contra del abuso sexual infantil, en la formación de sacerdotes y en la cultura organizacional de la iglesia, hay una relación ambigua y abusiva con el poder y la sexualidad, lo que es una mala combinación.
De esta manera, el propio mensaje cristiano obligaría a la Iglesia Católica a retomar su responsabilidad, como institución, ante la prevención y lucha contra el abuso sexual en todas sus formas y, de manera aún más especial, del abuso sexual infantil. Cuando la iglesia responde ante la pregunta por el abuso sexual que han cometido sus sacerdotes con otra pregunta –“¿soy acaso el guardián de mi hermano?”-, nuestra respuesta es: sí. Y eres responsable, diremos, también por aquellos que llamas hijos e hijas. Eres responsable y respondes ética y jurídicamente por ellos. No hay excusas.
[1] A modo de ejemplos, ver: a) “Tabla comparativa entre lo que ofrece el ministerio sacerdotal y lo que los ofensores sexuales de niños buscan”, en The Encyclopedia Of Child Abuse, tercera edición, por Robin E. Clark, Ph.D. andJudith Freeman Clark with Christine Adamec p. 80; b) Perversion of Power: Sexual Abuse in the Catholic Church, de Mary Gail Frawley-O’Dea
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La idea central es la interrogante del por qué Karadima no ha perdido su estado clerical y en cambio vive con monjas al alero de la no tan santa iglesia catolica. Tal vez sabe demasiado..tal vez le deben favores.. no se...lo cierto es que es un hecho irrefutable. Con todo..porqué aun van a misa los catolicos y no denuncian...no les conviene...sus hijos o ellos mismos fueron abusados..en fin..mejor guardar silencio y cuidar las formas. Ni mi familia como mis hijos se juntan con catolicos por seguridad...uno nunca sabe.
Patricio Breskin | 22.04.2017
Ahora lo que les interesa es parar posibles demandas y no perder dinero. En la Iglesia Católica de los Estados Unidos se pagaron millones de dólares, claro que los jueces le dieron la razón a los demandantes.
MARCO SANCHEZ | 19.04.2017
Me Pregunto si el padre Pío de Pietrelcina, si el padre Hurtado de nuestro país o los curas que murieron junto a los primeros infectados en Ãfrica cuando rebroto el Ebola o los que he visto en la web ser decapitados por terroristas, ¿qué dirían de esto los miles de hombres y mujeres católicos que en estos dos siglos han dado su vida por el evangelio de Jesús?, ¿que opinión tendrían ellos de estas personas que comenten abominables actos de abuso contra sus hermanos? Nuestro maestro Jesús fue un hombre que más que dejar una institución en la tierra que siguiera sus pasos. Por encima de esta institución nos regaló a todos los seres humanos una conciencia de hombres libres y hermanos a la vez que compartimos un mismo planeta y que debemos cuidarnos los unos a los otros.
Patricio castillo | 18.04.2017
Hay que olivar la ley de la oferta y demanda.
Si no quiere exponer a sus hijos a los posibles abusos; simplemente hay que dejar de ir a la iglesia.
Estoy seguro que la cosa cambiará
juan | 18.04.2017
La Iglesia chilena esta infectada gravemente y por mucho tiempo. No pueden esconder la putrefaccion que esta en secrecion
Manuel Lastra | 17.04.2017
Sorprende que haya gente que frente a toda la evidencia aún defienda a la iglesia. Olvidan que la iglesia (a diferencia de los correos como razona Pablosca) se jacta de ser la portadora de los "valores correctos". Fuera de eso, está la comprobada maniobra de reubicación de los curas pederastas, lo cual además de ser un delito de obstrucción a la justicia, ha esparcido el daño y aumentado las víctimas. Sólo nos queda esperar que estos tristes hechos hagan recapacitar a aquellos que siguen confiando en una institución retrógrada, cuyo aporte limosnero está lejos de justificar su existencia, y que peor aún, es donde educan a delincuentes que luego los defienden.
Patricio Tapia | 17.04.2017
La responsabilidad individual es evidente cuando el abuso es cometido haciendo uso de su condición sacerdotal y manteniendo sus actos ocultos, y es compartida cuando sus superiores están en conocimiento y lo ocultany/o protegen de cualquier acción punitiva, denegando y desechando la acción de la justicia...
María cecilia torres valle | 15.04.2017
Desde pequeña, a la edad de 12 o 13 años, me pregunté cuál era la diferencia entre la iglesia católica actual y los fariseos que crucificaron a Cristo, a los que el mismo llamo sepulcros blanqueados. Miro hoy a la iglesia, a mis ya casi 50 años y me doy cuenta que los fariseos quizás no alcanzan a llegar a la altura de la cúpula que tiene hoy la iglesia y toda la red de pedofilos que posee y protege (por décadas, cientos de años?). Para mí la iglesia y toda su red de corrupcion mafiosa, son solo la demostración de cuan putrefacta puede estar el alma del ser humano.
Jose Madrid B | 14.04.2017
No entiendo por que entonces quebraron varias diocesis de USA y de Irlanda por las demandas de los abusados por sacerdotes.
Falta un analisis mas profundo y juridico sl respecto ya que cualquier empleador es responsable por los daños que causen sus dependientes o trabajadores en el ejercicio de su trabajo y no me cuadra por que en el caso de los sacerdotes no se aplicaria.
Pablosca | 14.04.2017
¿Se podría afirmar que si un niño es abusado por un empleado del correo, el correo es responsable?
O.. ¿si un niño es abusado por un maestro fuera del edifico escolar, el ministerio de educación es penalmente responsable?
Lo mismo debe pensarse cuando un cura abusa: el responsable es él, ¡no la institución! Únicamente lo es la institución si sus autoridades, conociendo los hechos, no los denuncian. En el caso Karadima, sé de obispos de otras diócesis que mandaban sacerdotes a El Bosque porque pensaban que Karadima fuera un buen formador. ¿Son responsables luego de lo que hacía Karadima? Un poco de cordura, por favor...
Locoluis | 13.04.2017
Sin responsabilidad no puede existir autoridad. Sin autoridad moral no puedes predicar.
