El cabo de Carabineros que recomienda los servicios de una funeraria
28.06.2016
Hoy nuestra principal fuente de financiamiento son nuestros socios. ¡ÚNETE a la Comunidad +CIPER!
28.06.2016
El 25 de mayo del presente año, alrededor de las 06:00, llamé a la 51° Comisaría de Carabineros de la comuna de Pedro Aguirre Cerda, donde vivo, para solicitar información respecto a qué hacer frente al fallecimiento de mi madre, ocurrido alrededor de las 04:30 en nuestra casa, después de diez años con cáncer al colon.
Cerca de las 06:30 se presentó un furgón de la mencionada comisaría al mando del cabo 1° Giovanni Damiano, a quien le plantee una serie de consultas. Frente a la inquietud de llamar a una ambulancia del SAMU para que personal de ellos certificara el fallecimiento, me señaló que el SAMU no hacía eso y que sí lo hacían médicos de las funerarias. Me sugirió una funeraria. Me dijo “yo la conozco bastante bien, cobra precios razonables y es gente muy correcta”. Me enfatizó que no llamara a funerarias del sector, porque “ellas dejan mucho que desear y son truchas (sic)”. Ante tales elogios, mi estado emocional y la necesidad de iniciar el proceso de sepultación, accedí a que viniera la empresa fúnebre que el cabo Damiano recomendaba.
Al cabo de un rato llegó la persona de la funeraria “Pater Noster” llamada por el cabo Damiano, quien me habló de las bondades de la empresa y del servicio que prestaban. Al consultarle por el servicio mínimo, que tradicionalmente está cubierto por los $480 mil de la cuota mortuoria del Instituto de Normalización Previsional (INP), me señala que “ninguna funeraria trabaja ya con eso, porque esa cuota cubre una parte mínima del servicio”.
Alrededor de una hora más tarde, llegó una persona que dijo ser médico y que en el certificado de defunción se limitó a escribir prácticamente lo que yo le señalaba y que sólo constató la temperatura del cuerpo de mi madre.
Con posterioridad al funeral de mi madre he consultado en una serie de funerarias, entre ellas las más caras y tradicionales -como Azócar, Hogar de Cristo y Carrasco Hermanos- y todas ellas tienen un servicio que puede ser pagado sólo con la cuota mortuoria del INP.
Mis inquietudes apuntan a la actuación del cabo Damiano durante su visita a mi casa y de ella me nacen las siguientes preguntas:
¿Cómo es posible que un funcionario que lleva varios lustros en Carabineros y que, imagino, ha participado decenas de veces en situaciones de fallecimientos en domicilios, no supiera que el SAMU puede certificar fallecimientos en domicilios o que dos adultos, con la cédula de identidad de la fallecida, pueden dar fe del fallecimiento ante un hospital de la plaza para que éste extienda el certificado de defunción?
¿Cómo es posible que la funeraria de “precios razonables” que “recomienda” el cabo Damiano cobre $750.000, precio superior en un 56% a las funerarias más tradicionales y caras de la plaza, tales como Azocar, Hogar de Cristo y Carrasco?
¿Cuál es el vínculo que tiene el cabo Damiano con la Funeraria Pater Noster? ¿Recibe algún estimulo pecuniario el funcionario señalado por llevar “clientes” a esta funeraria que cobra precios un 56% superior a sus competidoras más reputadas?
¿Es posible que servidores públicos pertenecientes a una institución en quien uno confía, se aprovechen de situaciones de dolor extremo para obtener, quizás, algún beneficio monetario?
Rogaría a ustedes evaluar estos hechos descritos y dirimir si los acontecimientos señalados ameritan ser investigados.