La Ley de Inclusión Escolar N°20.845, que entró en vigencia este martes 1 de marzo, está centrada en acciones de carácter plenamente administrativo, tal como se desprende de la lectura de su encabezado: “De inclusión escolar que regula la admisión de los y las estudiantes, elimina el financiamiento compartido y prohíbe el lucro en establecimientos educacionales que reciben aportes del Estado”.
La ley en mención deja fuera lo referido a la tan anhelada “calidad en la educación”, subentendiendo que las medidas de esta nueva norma, por obra de la resonancia, serán un aporte real para mejorar la enseñanza. Al parecer, poco se entiende de calidad en las cúpulas de gobierno y sus ministerios, que confunden los contenidos de esta ley. Sin desmerecer algunas medidas justas, como terminar con el lucro -abuso indiscutible del sistema-, claramente es una ley limitada que representa un cúmulo de medidas para unificar las normas de funcionamiento de los establecimientos que reciben subvención estatal y no merece el término de “inclusión”.
Basta con leer el decálogo que describe los puntos centrales de esta mal llamada Ley de Inclusión para darse cuenta que nada señala sobre procesos inclusivos para niños y jóvenes en condiciones de discapacidad, sólo hace mención solapadamente a la no discriminación, punto que bien puede estar contenido en reglamentos que emanen del Mineduc y que sean supervisados por las entidades internas, como la Superintendencia de Educación. La Ley N°20.845 es un maquillaje de mala factura para la educación que, hoy por hoy, mantenemos en nuestro país.
La nueva ley señala, sólo a modo de sugerencia: “El sistema propiciará que los establecimientos educativos sean un lugar de encuentro entre los y las estudiantes de distintas condiciones socioeconómicas, culturales, étnicas, de género, de nacionalidad o de religión”. En otro acápite señala, como referencia: “Es deber del Estado propendera asegurar a todas las personas una educación inclusiva de calidad. Asimismo, es deber del Estado promover que se generen las condiciones necesarias para el acceso y permanencia de los estudiantes con necesidades educativas especiales en establecimientos de educación regular o especial, según sea el interés superior del niño o pupilo«.
Como se puede apreciar, queda al arbitrio del sostenedor efectuar cambios o no y, lo principal, a su voluntad en la selección de los alumnos. Ahora, lo más importante es que no se menciona la inclusión educativa -sin discriminación- de alumnos con Necesidades Educativas Especiales (NEE) y las adecuaciones que ello significa.
En consideración a esta falsa intención de “inclusión educativa” por medio de la ley, no está de más reiterar los compromisos adquiridos por nuestro país, tanto nacional como internacionalmente. A saber:
La Ley N°20.422, que Establece las Normas sobre Igualdad de Oportunidades e Inclusión Social de Personas con Discapacidad, y que indica queel Estado será el “encargado de promover la creación de planes curriculares para estudiantes con Necesidades Educativas Especiales, como también la igualación de oportunidades en el acceso por medio de servicios y recursos para escuelas regulares y especiales”.
La Convención Internacional de las Naciones Unidas de Derechos Humanos de Personas con Discapacidad, que establece que “los Estados Partes reconocen el derecho de las personas con discapacidad a la educación”, por lo que deben asegurar que “las personas con discapacidad puedan acceder a una educación primaria y secundaria inclusiva, de calidad y gratuita, en igualdad de condiciones con las demás, en la comunidad en que vivan”.
Podemos seguir mencionando muchos documentos validados e instancias que han tratado el tema de las que emanan recomendaciones claras y precisas para revertir la situación discriminatoria que sufren niños y jóvenes en condiciones de discapacidad en nuestro país, especialmente en la educación.
Dicho esto, las preguntas son obvias: ¿Seguiremos escuchando a muchos personeros y personajes públicos haciendo mal uso y abuso del concepto de inclusión, el que incorpora en sí mismo el proceso educativo? ¿Cuándo se terminará con el discurso de la gradualidad y tránsito pausado en medidas inclusivas para la población escolar en condiciones de discapacidad? ¿Tendremos que esperar el resultado de la II Encuesta Nacional que aún no entrega resultados sobre niños y jóvenes entre 2 y 17 años en condiciones de discapacidad?
Para lograr la inclusión social no basta con discursos y leyes que finalmente no se traducen en acciones concretas en beneficio de las personas en condiciones de discapacidad. Alguna vez se entenderá que lo importante es que todos somos personas, sin apellidos, y que no deben etiquetarnos, porque de nuestras diferencias nacen la creatividad y el aprendizaje, pues tenemos tanto habilidades como inhabilidades y transitamos en comunidades humanas, con mayores o menores dificultades para alcanzar el máximo de bienestar posible. Abruma y es hora de decir basta al sucio juego y mal manejo que hasta hoy se mantiene con y hacia los niños y jóvenes en condiciones de discapacidad, más aún en etapa escolar, con leyes y declaraciones que sólo conducen al engaño, la confusión y la trasgresión de los compromisos adquiridos.
Es de difícil comprensión que pasadas tantas décadas no se comprenda y actúe consecuentemente con lo que señala la visión social y globalizada de la “discapacidad”. Ya conociendo las conceptualizaciones básicas y erradicando la visión médica-rehabilitadora, y sin seguir buscando en las ya declaradas convenciones internacionales y leyes nacionales, no cabe duda que seguimos atrasados en términos de la visión actualmente entendida por la mayoría de los chilenos. Se debe comprender, de una vez por todas, que la rehabilitación física sólo es un medio para alcanzar niveles de independencia que sean funcionales, sin desmerecer su aporte en la autovaloración personal que adquiere la persona “rehabilitada”. Sin embargo, ello no es suficiente, se ha demostrado que son escasos los ejemplos de personas que llegan a ser incluidas en los ámbitos más importantes, como lo son la educación regular, en todos sus niveles, y el trabajo en igualdad de condiciones.
El ciudadano común está acostumbrado a validar su actuar en relación a las personas en condición de discapacidad vía caridad y exculpaciones a lo que llamamos “discriminación positiva” y no logra internalizar que todos tenemos múltiples necesidades, sólo que algunas personas requieren apoyos específicos para desenvolverse en la vida de una forma más independiente, efectiva, productiva y autónoma. Seguimos “al debe” con la población infantojuvenil en etapa escolar. Entonces, ¿cuándo sabremos de una ley de inclusión real y efectiva para el gran universo de alumnos con Necesidades Educativas Especiales y que no sólo sean confusas y débiles intenciones por parte de las autoridades ministeriales y del gobierno?
Por último, una cita que es un buen mensaje para todos y todas: “La ética de la diversidad combate la homogeneidad y privilegia ambientes heterogéneos celebrando toda y cualquier diferencia entre las personas del grupo. Es, por lo tanto, la base de formación de alianzas a favor del desarrollo inclusivo y sustentable en las cuales cada aliado contribuye con su experiencia y sus propios recursos en beneficio de todos” (Claudia Werneck, 2004).
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Hola así es ya que me paso y han discriminado a mi hijo en en colegio "Waldorf" por que mi hijo padece de epilepsia usa pañales y no habla y me dijeron que mi hijo debería de asistir al colegio con una tutora ya que ellos no se podían hacer cargo del "cacho" POR USAR PAÑALES ,esto en marzo una semana antes de entrar a clases en algarrobo una cuidad pequeña donde no tengo tantas oportunidad,
alejandra sepulveda | 26.07.2021
chile tiene mucho que pensar y reestructurar en los diferentes establecimientos. para tener un educación de calidad a nuestros niños y niñas con necesidades especiales , debemos tener mas profesionales capacitados y establecimientos realmente adecuados para ellos, en el cual no sean caros ya que tenemos muchos niños y niñas que no cuentos con los recursos necesarios para mejorar...
Patricia sobarzo | 24.02.2021
Es tan triste escuchar la verdad, yo llebo 15 años luchando por una verdadera inclusión para mi hijo, el año 2019 fue víctima de bulling en su colegio, en el yo trabajaba y que pelie hasta el final por el y los otros niños sordos...al final termine denunciado al colegio y eso causó mi despido...no importa lo volvería hacer una y otra vez...con respecto a la denuncia teniendo evidencia le encontraron la razón al colegio la superintendencia de educación....es triste
maria yessenia aguilera | 05.03.2020
Estimado Francisco: Lamento la situación que ha debido enfrentar tu esposa. Pero que el sistema educativo no cuente con las herramientas para desarrollar un proceso inclusivo No justifica la segregación de ningún estudiante independiente de su condición religiosa, cognitiva, social, género, étnica. Es necesario el compromiso de TODOS para la transformación de la escuela y entender la diversidad como un camino hacia la JUSTICIA SOCIAL.
Francisco | 02.04.2019
Por esta ley los alumnos y docentes deben convivir con niños con necesidades educativas especiales... Mi esposa es educadora de párvulos y ahora ha tenido que soportar agresiones injustificadas(golpes con mochila con ruedas por la espalda y hace poco le quebró el iphone) e insultos de un niño de 5 años. Si no tenemos las herramientas como país para asegurar la presencia de un especialista dentro de la sala que apoye a niños con NEE, considero que niños Asperger y similares no debieran estar junto a otros niños en su formación académica.
claudia | 03.01.2017
Qué más podemos esperar de esta ley ????
Si bien hemos avanzado en la inclusión y hoy muchos niños y jóvenes cuentan con el apoyo y acompañamiento de profesionales a través de proyectos de integración en escuelas, liceos o colegios... lamentablemente resulta frustrante ponerse a pensar que pasará con el futuro de esos mismos jóvenes al verse enfrentados a la PSU y al proceso de postulación a la universidad ...
Dónde queda entonces la inclusión ????
Debemos entonces dejarlos excluidos de todas las oportunidades y/o alternativas educativas del mercado por el solo hecho de ser parte del universo de NEE ???, Dónde queda su potencial y habilidades desarrolladas en la educación regular ????
Entonces la inclusión, no es más es una lindo sueño...!!!
irma igledias | 13.10.2016
creo que la fecha de quien escribe es incorrecta 2004.....
pues se refiete a Convención ( 2006)
ley 20.422 ( 2010) etc.
Rubén | 09.10.2016
Hola...estoy muy de acuerdo con tu análisis, sin embargo creo necesario no solo un compromiso por parte de el estado, si no mas bien por parte de la sociedad en su conjunto, que es la que finalmente construye el estado, hoy en día se habla de aceptar la diversidad, pero ¿que hacemos en concreto los ciudadanos?...solo somos meros espectadores de los gobiernos de turno, no aportamos a la inclusión, creo que muy pocas personas, por ejemplo, conocen el lenguaje de señas, los profesores se quejan de no tener las competencias para educar niños con TEA, pero muy pocos son los que se capacitan y cambian de integrar a incluir, que decir de la comunidad escolar, que etiqueta a niños con capacidades diferentes y en vez de ser mas tolerantes, se sienten con derechos , en algunos casos, de juntar hasta firmas para expulsar de un establecimiento a un alumno....en síntesis, estoy de acuerdo que el estado está al debe, y que nuestra sociedad necesita con urgencia un cambio con respecto a la inclusión, entender la inclusión, no por compasión, sino por que es un derecho humano!
Judy Arturo | 09.10.2016
Qué buena informacion.
Lorena | 14.09.2016
Yo me pregunto ¿ alguien piensa en los profesores? La ley de inclusión no habla sobre la integridad física o sociológica del profesorado que también se estresan, qué pasa con aquellos alumnos que quieren aprender y tienen compañeros que no los dejan por su pésima conducta?, los padres y apoderados quieren que se incluyan a todos , pero cuando el hijo/a presenta una conducta horrible que perjudica a la clase , simplemente no se presentan a las citaciones del profesor ni se acerca para preguntar si quiera el comportamiento o las evaluaciones de su hijo.
Darle poder a los padres y descalificar o poner en duda el trabajo de un profesor me parece totalmente injusto , dónde aparece en la ley de inclusión el profesorado? Los padres están acostumbrados a reclamar cuando un niño molesta a otro, sin embargo cuando se le dice que es su hijo el que molesta ahí se acuerdan de la ley de inclusión, que por lo demás es un absuluto engaño.
Gonzalo | 05.04.2016
Gracias a esta Ley muchos alumnos en buenos colegios subvencionados se han llenado de stress, debido a que estos están tomando la decisión de pasar a particulares, tal vez no son muchos pero en los que son, a sus alumnos y padres nos complico la vida, ya que no todos podremos pagar aranceles del doble del actual.
Todo el proyecto que ya teníamos programado se vino abajo por una mala implementacion de una ley que pudo haber sido la solución a muchos de los problemas de nuestro país..
Paola | 16.03.2016
Hasta cuando se utilizan las orientaciones públicas según los intereses!?!?
Gracias por recordarnos aspectos que debemos problematizar en el día a día!
Francisca | 07.03.2016
Seca! Aplausos ! Es exactamente lo que pienso yo, estamos en una situación con mi familia, en donde, mi prima con capacidades diferentes a sido eliminada del " sistema educacional" solo por tener una edad legal superior a 26 años, por lo cual ya no tiene derecho a asistir al colegio, cuando uno la ve y en edad mental es una niña... ¿Que hacemos con ella? ¿Si quedarse en la casa es un deterioro para ella ?? ¿Que hacemos con ella si el sistema desde x año modificó la edad para asistir al colegio en niños especiales ?? ¿Que hacemos con ella si la ley de discapacidad me dice otra cosa ?? Maldito sistema !
La nueva ley señala, sólo a modo de sugerencia: “El sistema propiciará que los establecimientos educativos sean un lugar de encuentro entre los y las estudiantes de distintas condiciones socioeconómicas, culturales, étnicas, de género, de nacionalidad o de religión”. En otro acápite señala, como referencia: “Es deber del Estado propendera asegurar a todas las personas una educación inclusiva de calidad. Asimismo, es deber del Estado promover que se generen las condiciones necesarias para el acceso y permanencia de los estudiantes con necesidades educativas especiales en establecimientos de educación regular o especial, según sea el interés superior del niño o pupilo«.
