Jorge |
29.05.2014 |
Socio/a 1 año
Las bajas remuneraciones no solo alejan y desmotivan a los profesionales que captan la esencia del trabajo pedagógico, sino que, muchas veces instala en los centros educativos la deprivación social y cultural entre quienes lideran el proceso de aprendizaje, sea al interior de la sala o en el plano directivo. Llegan a la educación quienes nunca debieron hacerlo, Ni hablar de los resultados.
Es primer artículo que leo con respecto a los docentes de este país en medio de Reformas de esto y aquello, mucho se ha prometido y luchado,no se ha mencionado en nada a los docentes; ¿Quiénes realmente saben de lo que significa estar dentro de la sala alumnos? Es gratificante ayudar a otros a formarse. Los docentes tienen familias, se deben alimentar, alguien dijo "somos apóstololes de la educación"; pero se deben vestir, comer(aunque sea un dia si otro no), seguir estudiando,etc (no es gratis). ¿Qué sucede el día final, cuando debes pensionarte ? ¿Estás enfermo? ¿ Qué hace? Realmente dan deseos de terminar rapidamente con todo, la depresión termina con aquel docente, enfermo, no puede trabajar....¿QUÉ PASO CON LA DEUDA DOCENTE? Escuchando del baile de millones que se perdieron alguna vez. PROMESAS Y LEYES SIN CUMPLIR, ¿Cuántos docentes han terminado con su vida al terminar su vida laboral? ¿Cuántos más terminaran de igual forma?
Propongo e invito a reflexionar:( educación municipal)
1.- No más de 30 alumnos por curso.
2.- 50% de clases y 50% dedicado a tareas administrativas:
(pruebas,planificación,reuniones,investigación, creación de material didáctico y metodologías etc etc etc)
3.-Sueldo decente.
4.-Perfeccionamiento y evaluación permanente in situ.
5.-Intercambio experiencias educativas constante.
6.-Calificación docente por resultados con alumnos.
7.-Obligatoriedad a los empleadores para una optima implementación , infraestructura, sueldos etc etc.
8.- Aplicar el reconocimiento a los méritos profesionales tangibles no a la papelocracia.( exceso de papeles )
9.-Prueba obligatoria de ingreso al servicio.
Cada uno de mis colegas saque las conclusiones.
Roberto Pérez | 18.05.2014
Se ha perdido el norte. El unico norte hoy es trabajar para ti , tu familia y tus "bienes" (casa, auto..) Â y no hay mas.....No tenemos proyecto pais!!! Â
Tenemos dura labor de reconstruir las redes sociales y el sentido de habitar este lugar y este momento histórico. Hay que partir ya con esa labor....comienza entre los tuyos....Hay que abrir un Nuevo Horizonte...contra viento y marea.
Uf si no leo esto, no me doy cuenta... ( léase. Tono de sarcasmo). Saludos
marta calderon morales | 14.05.2014
lei atenta todo comentario,y espero,que dios,cambie tanta injusticia,La labor docente es la mas bella y con gran vocacion de servicio. y espero alguna vez se le pondere,y valorise cuantitativamente, vamos que se si se puede,bendiciones y esperanza!
Qué lástima. Yo estoy estoy realizando mi práctica profesional de educadora diferencial, y ya noto ese mismo desgano frente a la retribución económica que tiene esta gran labor de formar integralmente a una persona. Me cuestiono los años de estudio que he invertido, pero cuando llego a la sala de clases y veo a los alumnos siento que es una tremenda tarea de la cual estoy muy orgullosa, ya que no todo el mundo tiene la empatía de trabajar con los niños. ¿Tendré que dedicarme a la investigación para poder más adelante mantener una familia?, ¿tendré que sacar postítulos tras postítulos para poder alcanzar algo más?, ¿será necesario ir a otro país y continuar una carrera en quizás qué otra labor para poder postular a una mejor calidad de vida?...demasiadas interrogantes, pero no es posible que tenga que llegar a pensar en eso cuando lo que me importa es primero contribuir con las personas de este país, gente que realmente lo necesita, y que si nos ponemos a pensar, requieren de mayor atención porque lamentablemente son personas que están olvidadas, que se piensa que no tienen las capacidades para salir adelante, cuando en realidad capacidades hay muchas, y está en nosotros como docentes potenciar las habilidades de nuestros alumnos.
Creo que no tiene precio. Pero ojo que uno no puede vivir del amor al arte. Hoy la vida se ha vuelto mucho menos que eso; tener que vivir por dinero. Pero yo trabajo para vivir, no vivo para trabajar, y también exijo que se retribuya la labor de los docentes en Chile. Somos los que estamos ahí, todos los días con sus hijos. Así como podemos "formarlos", también podemos "deformarlos", y ese desgano por parte de algunos docentes, por llamarlo menos, viene de la mano de las tantas necesidades y precariedades que se van formando cuando cada día el pan cuesta más.
Hoy hay muchos jóvenes que están ingresando a estudiar carreras de pedagogía solo por el hecho de que te becan si sacas un buen puntaje y en adelante no tienes que pagar nada. ¿Son esos los "incentivos" que queremos para los futuros docentes de este país? Claro que no, sean criteriosos. ¿Por qué a los abogados se les paga por cada minuto que trabajan extra tratando de resolver sus casos? ¿Por qué a un docente, entonces, no se les pagan las horas extras que tienen que hacer para planificar y revisar pruebas, y tener reuniones con los apoderados? Quizás es mucho lo que estoy poniendo en ejemplo, pero es para que se den cuenta que este trabajo es mucho más que vocación. No se puede vivir solo de eso.
Vicente Miranda Ulloa | 14.05.2014
Primer artículo que clava profundamente el acento en lo que debe serla discusión real: LA CALIDAD DELA EDUCACIÓN EN FUNCIÓN DEL DESEMPEÑO DOCENTE EN LA SALA DE CLASES Y EN TENER BUENOS EQUIPOS DE GESTIÓN Y LIDERAZGO EN LAS ESCUELAS. Veo con decepción como este gobierno sólo con un ánimo de ideologismo puro, no percibe que su discurso de gratuidad, no al lucro, no a la selección y otras yerbas, de ciegue ante la realidad REAL: educación pública escolar, en Chile no existe, lo que existe en educación con recursos públicos (sostenedores municipales y particulares subvencionados); la única escuela pública que existe en Chile está en Villa Las Estrellas en la Antártica.
Cuántos políticos y autoridades han analizado lo nocivo que es la mantensión de un estatuto docente anacrónico y arcaico, que premia y defiende sólo a los malos profesores o gana panes como los llamamos, pues, impide -en la práctica- que los sostenedores (municipales o particulares subvencionados) puedan despedir a los malos profesores en cualquier mes del año escolar, pues para hacer esto, hay que cancelarle el sueldo al docente despedido hasta febrero del año siguiente; esto hace que se anquilosen en sus puestos los malos profesores y se desmotive a los buenos profesores, claro, a los políticos y gobierno le interesan más los votos, estar bien arriba en las encuestas de opinión que realizar una reforma real y concreta. Para qué analizar la pérdida de autoridad que se le ha hecho a los docentes en función de la neurótica concepción de que autoridad es sinónimo de dictadura, autoritarismo y prácticamente abuso de los derechos humanos.
Hoy día los profesores están cada vez menos comprometidos con sus alumnos y sus escuelas, pues no quieren verse envueltos en problemas de tipo administrativo o judicial.
Finalmente una reflexión: si un médico se equivoca y su error mata a un paciente, van a sufrir a lo más un centenar de personas (familia, amigos), pero si un profesor se equivoca o hace mal su pega, va a sufrir una generación completa, que difícilmente hará bien al conjunto social.Â
Cuando estaba cursando el pregrado hubo muchas cosas que con mis compañeros cuestionamos de nuestra educación. Veíamos mediocridad en muchas dimensiones (a pesar de estar en una universidad prestigiosa) y nos quejabamos entre nosotros, pues ir más allá de eso podía implicar una represalia por parte de algún profesor. Salí con el mejor promedio de mi curso y de mi facultad, y por ello tuve la oportunidad de hacer un magíster y un doctorado. Tomé la decisión de retornar a trabajar al mismo departamento donde me había educado en pregrado, queriendo mejorar todas las cosas que había visto defectuosas entonces (como por ejemplo, actualizar las asignaturas, ya que en muchas se nos enseñaban cosas que ya nadie aplicaba, y los profesores ignoraban las tendencias recientes), pero casi todo ha sido desde entonces una decepción.
Primero, un sueldo miserable si considero que muchos de nuestros egresados ganan de inmediato más de lo que gano yo, y que a los 4-5 años de egresados, sin excepción ganan más que yo. Incluso es bastante normal que ganen de 3 a 5 veces lo que gano.
Otra decepción son las posibilidades de progreso. Así como están concebidas las cosas en la academia, el progreso viene exclusivamente de la mano del envejecimiento. Al menos en esta universidad, independiente de los logros que uno pueda tener, es imposible llegar a profesor titular en menos de 8 años, porque las evaluaciones están sujetas a tiempo, y no a calidad (además que es casi tradición rechazar al menos una vez cada intento de ascenso académico, por lo que un plazo realista para la titularidad está cerca de los 20-25 años). De esa manera no existe ningún incentivo para los profesores jóvenes para que se destaquen con prontitud.
En tercer lugar, los fondos que permitirían investigar (una exigencia habitual para nosotros) en Chile son una ridiculez. Las universidades cuentan con presupuestos famélicos para investigación con los cuales es imposible poder crear una publicación competitiva a nivel internacional, y los fondos nacionales (estatales) están pésimamente mal concebidos. Un sólo ejemplo: Los fondecyt de iniciación (para investigadores que obtuvieron sus doctorados hace poco tiempo) tienen los mismos criterios y las mismas ponderaciones en esos criterios que los concursos fondecyt regulares (concurso destinado a investigadores experimentados). Esto se traduce en que la única forma de poder tener fondos para iniciarse en investigación en Chile es haber sido ayudante de un investigador por 5 años y compartir así muchas publicaciones (o sea, haberse iniciado hace rato). Así se cuidan las fronteras y se evita darle fondos a personas que no hayan estado ahí cuando el sistema se creó. Un investigador independiente no tiene posibilidades y es tremendamente frustrante tener miles de ideas y ni un centavo para poder desarrollarlas.
Cuarto, la ineficiencia administrativa y el peso de la política y la amistocracia en todo el sistema educativo, desde el ministerio hasta los establecimientos educacionales es angustiante. Dónde estudié y ahora trabajo existe una constante falta de recursos, pero a pesar de eso se bota día a día millones y millones de pesos en deficiencias administrativas que podrían resolverse en poco tiempo si existiese la voluntad política interna de hacerlo. Por supuesto que implica tomar decisiones duras para algunos trabajadores, pero siempre he creído que primero están los alumnos y primero se debe hacer lo que a ellos les favorezca. Lamentablemente hay muchos favores que devolver, y los puestos directivos se completan de  esa manera y no por las capacidades de las personas que deben ostentar esos cargos, perpetuando los problemas.
Lo único satisfactorio ha sido el reconocimiento de los alumnos. A pesar de lo que los hago sufrir con la complejidad de mis certámenes y trabajos (que no es por placer, sino para que pongan sus capacidades a prueba máxima) cuando van a egresar se dan cuenta de esto y muchos desean hacer su memoria conmigo, además de otras demostraciones similares donde es evidente el valor que le han dado a lo que les entregué.
Quise trabajar en esto porque soy un agradecido de la educación, porque se cómo una persona puede crecer y proyectarse gracias a ella, porque sé que la vida de muchos se puede mejorar a través de la buena educación de una sola persona (en mi tesis de doctorado investigué un tema que significaría una mejor calidad de vida para miles de chilenos, y nunca lo he podido aplicar ni me han dado fondos para investigar más), porque así puedo influir de manera beneficiosa para nuestra sociedad, pero lamentablemente ya no puedo soportar más esta situación denigrante en la que trabajo.
Decidí buscar trabajo en otro lado, y seré otro más que prefirió buscar en el mundo privado su futuro. Sé que no me gustará más que lo que hago ahora, y ciertamente mucho menos de lo que me gustaría mi trabajo como profesor si es que contase con todos los recursos necesarios, pero no puedo arruinarme la vida por años esperando envejecer y que sólo entonces se me reconozca por algo que ya estoy haciendo bien. Ojalá algún día pueda volver aquí, pero ahora no puede ser. Necesito ir a algún lugar donde tenga opciones reales de progresar. Â
LA CONTRADICCIÓN DE NUESTRO SISTEMA EDUCACIONAL.
Nuestro sistema de enseñanza configurado bajo el paradigma tradicional requiere el esfuerzo de los alumnos por rendir distintas materias que no necesariamente motivan a todos los alumnos y se les exige cumplir a todos por igual pruebas standar, y tener mas o menos el mismo ritmo de aprendizaje, forzando la uniformidad. Más allá de juzgar si esto es lo que se debe buscar o no, Â Â (para mi no, ya que suscribo en gran medida el pensamiento de Ken Robinson ) el punto es que sólo se pueden lograr buenos resultados bajo este paradigma con una disciplina férrea. Â Allí está la contradicción fundamental del sistema chileno.Â
Por una parte, en nuestra cultura no están interiorizados, como si en Japón por ejemplo, la disciplina y perseverancia como valores centrales . Esto tiene muchas aristas y posibles razones, la extendida práctica del amiguismo y favoritismo, el marcado clasismo y sectarismo de la sociedad chilena,  el uso de prácticas poco objetivas de evaluación académica en la educación superior, y después, de selección laboral para ocupar cargos  etc. son elementos que ya desde la juventud pueden influenciar a las personas a no esforzarse por obtener logros académicos debido a que estos parecen no ser los factores más importantes para alcanzar buenas posiciones en el campo laboral o la tan anhelada “movilidad socialâ€.Â
Por otra parte el mismo diseño del sistema escolar conspira contra el orden y la disciplina. Tanto las escuelas y colegios municipalizados y particulares subvencionados, en su gran mayoría, se financian únicamente con la subvención diaria por asistencia de cada uno de sus alumnos. Sólo ahora al parecer, se considera en la inminente reforma, limitar o detener la creación de nuevos colegios particulares subvencionados, y regular más profundamente el funcionamiento de ellos, pero, hasta aquí, existió una gran libertad que permitió la aparición de muchos de ellos, logrando así que el sector particular subvencionado sea hoy el que atiende al mayor porcentaje del alumnado, superando al sector municipal y al privado sin subvención. También existe una gran libertad para apoderados y alumnos, de trasladarse de unos a otros colegios de similares características según su capacidad de pago. En la práctica a lo que ha llevado estas "libertades" es a la competencia entre los colegios por retener alumnos, y dado el paisaje cultural y social descrito en el párrafo anterior, esa retención se logra no mediante una mejoría en el servicio de enseñanza sino en una tendencia a la disminución del esfuerzo de aprendizaje requerido a los alumnos, así las cosas, la educación, que no es otra cosa que el resultado del proceso de enseñanza y aprendizaje no hace más que ser de bajó nivel. En el diario funcionamiento, de la gran mayoría de las escuelas y colegios,  los directivos y los profesores bajan los niveles de exigencia académica y hacen vista gorda en gran medida a la indisciplina de los alumnos manifestada en todo tipo de comportamientos contrarios a un clima favorable para alcanzar una buena educación, todo para evitar perder alumnos, que fácilmente podrían matricularse en otros colegios similares sin ni siquiera perder el año, por esta misma razón, se encuentra tan extendida también la práctica fraudulenta de falsear la real asistencia diaria en los registros que se deben hacer en los libros de cada curso, en base a los cuales se calcula la subvención mensual que reciben los colegios, grandes porcentajes de alumnos faltan constantemente a clases o llegan siempre atrasados, pero al final del año debido a que aparecen registrados como presentes, y para guardar las apariencias, se les aplican evaluaciones irrisorias para “pasarlos†de curso y retenerlos al siguiente año.
En conclusión, el sistema educativo chileno, además de estar anquilosado en el paradigma tradicional, que ya es fuertemente cuestionado en distintas partes del partes del mundo, no ha sido ni siquiera capaz de producir los resultados que de el se esperaban. Si realmente estamos en un punto en el cuál se pretenden hacer grandes reformas para facilitar el desarrollo del país, deberíamos aprovechar la oportunidad no sólo para hacer funcionar bien el sistema tradicional que tenemos, sino, mejor aún, abandonar el paradigma bajo el cuál funciona.
Américo González  14-05-2014
NICOLAS GIRON | 14.05.2014
Cuatro años ejerciendo como profesor me bastaron para darme cuenta de tres cosas: a) Mi trabajo no era valorado por mis superiores. Cada vez que intenté hacer algo creativo para que los estudiantes pensaran por si mismos, la institución (colegio particular) cuestionó apartarme de las metas específicas que eran los puntajes PSU, y SIMCE. Cada hora de planificación que tuve fue utilizada para reemplazar otros colegas, los cuales se enfermaban por la excesiva carga de trabajo. Este sistema era un mecanismo para desatar conflictos entre los profesores, quienes veladamente construyeron mecanismos discriminatorios a quienes faltaban por licencias médicas, sin observar el problema de fondo.Â
b) Mi trabajo no era valorado económicamente. Profesores jóvenes tendemos a buscar trabajo sin saber cuánto ganaremos. En mi caso, me ofrecieron un sueldo líquido en una entrevista, que para el caso del primer pago se transformó en mi sueldo bruto, todo esto un par de meses antes de firmar contrato. Ni qué decir que hay colegios particulares que remuneran mucho menos que subvencionados o municipales (los cuales obtienen muchos beneficios por bonos u otras asignaciones).Â
c) MI trabajo no era valorado socialmente. Si bien tuve una relación muy positiva con alumnos y apoderados, nunca faltaban los problemas en donde el discurso tendía a posicionarme como un prestador de servicios. Seguramente también habrían oído de gente dedicada al ámbito de las ingenierías u otra profesión, señalando que "los profes se quejan de lleno pues tienen dos meses de vacaciones", "otros trabajos también cansan", "deberían trabajar más y reclamar menos".
Mi evaluación no fue muy lejos, puesto que la mayoría de estos argumentos uds. los conocen. Por esa razón, postulé a una beca para seguir estudios de postgrado, y la verdad es que espero no tener que volver a dar clases, al menos bajo estas condiciones. Tanto yo como mi polola cambiamos la sala de clases por dedicarnos a otros oficios, y hoy día tenemos mucha más proyección, en lo que sea, mucho más tiempo libre, y salud mental.
Saludos.
Sencillamente es ridículo que seamos la profesión a la que más se exige y a la que peor se paga.
Pero la revalorización de la profesión docente hay que comenzarla también en la etapa formativa universitaria, no puede ser que ingresen hasta 60 estudiantes a las carreras de pedagogía de universidades confiables y otras de dudosa calidad y salgan 58. Así no hay sistema que aguante.
Saludos
Concuerdo con todos. La vocación de un profesor no es suficiente para hacer un buen trabajo. Se requiere además contar con los tiempos necesarios para realizar una buena labor y además tener el incentivo suficiente para continuar ejerciendo con motivación. No hay nada más dañino para la educación de nuestros hijos que un profesor cansado y desmotivado. Creo que Chile aún no le ha tomado el peso a esa situación. No sacamos nada con invertir trillones de dolares en educación si no invertimos en lo más relevante: la acción del docente en el aula de clases.
Creo que gran parte del problema son los propios docentes, pero la poca convicción de crear cambios permanentes y la nula lealtad con sus propios colegas crea un ambiente de inseguridad que propicia el sometimiento a condiciones laborales paupérrimas. Creo que el tema no es el sueldo en sí mismo, cualquier profesor aceptaría seguir trabajando por los actualmente establecidos, siempre y cuando este acompañado de mejor ambiente de trabajo, proyecciones profesionales, estabilidad y un retiro proporcional a la importante labor social que fomentó toda su vida.
Como se mide y califica al buen profesor? Por sus postgrados? Su experiencia? Su vocación? Si nos damos cuenta en este sistema el "ego" del profesor esta constantemente en juego, al mencionarlo como "sus condiciones mejoran". Colegas con todo el amor y respeto que puedo tener, basta de poner la carreta frente a los bueyes, es hora de poner la gestión de aula al servicio de los aprendizajes y que nos midan por los indicadores de logro que alcanzan nuestros estudiantes, como en otras profesiones que miden el desempeño profesional en contexto (producción sobre el otro retribuido como merito de gestión y no por el merito en si mismo). No hablemos mas de vocación si no tenemos claro que es en el aprendizaje de los estudiantes y los indicadores de logro de los OA que ellos alcanzan que se demuestra al buen profesor. Si tenemos eso claro seremos respetados y podremos avanzar como los sistemas desarrollados que acá se mencionan.
Un profe cualquiera | 14.05.2014
Bueno comparto el sentir de la carta, soy profesor, estoy terminando un postgrado, tengo diplomados, capacitaciones todos los veranos en diversas áreas de interés tanto de mi personas como de mis estudiantes, vivo, disfruto y me la juego por mi profesión, y sé que puedo dar más, mucho más, pero en este momento, habiendo recibido reconocimientos formales en mi institución por  buen desempeño, me cuestiono si quiero o no seguir en el aula, netamente por lo económico, saco cuentas y no me alcanza y si formo mi familia mucho menos, y eso que soy de los afortunados que gana un poco mas por estar en el sistema privado.
Qué veo…
Veo, que somos unas de las profesiones más importantes del país, todos los días estoy en contacto con al menos 120 estudiantes, quienes me escuchan y creen, a la semana pueden ser fácil unos 400 estudiantes, así de simple… se imaginan que otra profesión tiene ese impacto?
A mí no se me ocurre otra, sobre todo considerando que los veo todos los días, que los acompaño por años, y sobre todo por el grado de influencia en la vida de un individuo… porque así como puedes motivar a un estudiante para dar lo mejor sí, para que viva motivado y maravillado, con ganas de leer, aprender, crecer, insertarse a la sociedad y hacerla más justa para todos, también se que si no lo hago, ese individuo puede crecer sin muchas expectativas, sin aprovechar su potencial... piensen ustedes, cómo influyo en su formación algún profesor, mas de alguno recordará , a ese profe que lo motivó a estudiar x o y, carrera, que le dio un consejo o llamo la atención cuando fue necesario, con los años la presencia de un docente se diluye de nuestras mentes pero con algo de esfuerzo uno siempre recuerda a un profesor que lo marcó.
Estamos llenos de personajes que piensan que es sencillo pararse en una sala y enseñar a sumar, que tenemos meses de vacaciones y muchos días de descanso por todos los feriados del año, pero no hacen el ejercicio de pensar que cada clase se planifica, que cada actividad debe ser pensada y armada (horas de búsqueda de elementos interesantes en Internet, de preparación de guías y recursos), que los fines de semana no son para la familia, son para revisar pruebas, … hagamos un cálculo sencillo… una prueba se revisa en 5minutos, un curso estándar de 30 alumnos (en municipales 40 ó 45), y ya nos da un estimado de 150minutos por prueba es decir más de dos horas y media por cada prueba, imaginen cuando hay dos o tres pruebas en una semana, sin contar las tareas por preparar o por revisar, lo mismo con trabajos, papeleo administrativo, planificación clase a clase, semanal, mensual, semestral y anual, ah y en la semana tiempo para atender a apoderados evidentemente, reuniones de departamento, consejos de profesores... al final prefiero pensar que mis fines de semana se acumulan para final de año, porque ellos no existen para mi durante el año lectivo, y ojo que la idea no es inspirar lastima es solo, contarles como vivimos, hay profesores que tienen doble jornada, trabajan en dos colegios, eso duplica todo el trabajo.
otro "detalle" interesante es que cualquiera cree que puede enseñar, o incluso peor aún, cualquiera cree que puede decir cómo se debe enseñar.... lo nuestro es una disciplina compleja, trabajamos moldeando la mente de las personas, y cada persona es un universo distinto, no hay recetas, y lo peor de todo, es que existen "profesionales" que nunca han pisado una sala o que si lo hicieron fue hace mas de 30 años, por lo que desconocen absolutamente la realidad de nuestras escuelas, y pretenden imponer modelos de mejoras, que se ajustan a otros países o solo en la teoría pero en la realidad son más trabajo, mas burocracia y poco y nada de aporte.
Nosotros, somos profesores, padres, amigos, psicólogos, y asistentes sociales a la vez, nuestro rol va mucho más allá de una jornada de trabajo, nosotros formamos personas, formamos a todo individuo de este país, si andas decaído o te ocurre algo el profesor debe estar vigilante, si hay actos de violencia contra un escolar debemos actuar incluso por ley, si hay problemas familiares, si los papás se separan, si los papás se enojan, es el profesor quien está ahí para proteger y acompañar, y que ocurre cuando el estudiante tiene necesidades educativas especiales?, que pasa si es de ese porcentaje de personas que aprende distinto, ya sea más rápido, o más lento, si tiene problemas motores, auditivos o visuales, también ahí debes actuar.
Nadie pide que los sueldos sean millonarios, pero si realmente esperamos que nuestro país mejore, si realmente queremos que nuestra educación sea de calidad comencemos por mejorar las condiciones laborales de aquellos que lo dan todo por los niños.
Me gustaría seguir escribiendo, pero siendo las 23.36 Â debo preparar una prueba.
Marcelo sepulveda | 13.05.2014
Yo soy profesional joven y me aburri de trabajar en liceos estatales pues los daem llevan una administracion asquerosa con respecto al pago de imposiciones y salarios a tiempo. Es por eso que me decidi a trabajar en establecimientos particulares pues las remuneraciones son mejores y aseguran la planta a los dos años de servicio, situacion que no ocurria en el sector publico pues tenia colegas con 10 años de servicio que aun no eran contratados y quedaban sin sueldo en enero y febrero.
Waldo Villé Ardiles | 13.05.2014
Totalmente de acuerdo con el autor, la calidad de los docentes es clave y, en una sociedad de consumo como la nuestra, materialusta, hedonista y avalórica, es absurdo pretender tener buenos maestros pagando sueldos asquerosos. Qué le diría un padre a su hijo, puntaje nacional en la PSU, si éste expresara su deseo de ser peofesor? Educación 2020 ya lo dijo hace rato, la mejora en los salarios de los docentes debe ir si o si, ello no significa que la evaluación docente no se realice, al contrario, pero subámosle los ingresos a los maestros, ahora ya
María José Pereira | 13.05.2014
Todo culmina con el dicho "los buenos profesores se van de las salas" y es verdad, para ser un buen profesor requieres de años de circo en el aula, pero en esos años te das cuenta que todos tus amigos viajan fuera de Chile, tienen los fines de semana para la familia y tu no y  reflexionas que trabajando en cualquier otra cosa ganas más y trabajas menos, lo que hace que justo cuando el profe es experto se vaya rumbo a lo que socialmente todos queremos, ni más ni menos. Yo espero no irme nunca, pero tengo claro que más que vocación es voluntariado y muchas veces un apostolado.
Jéssica Collao | 13.05.2014
En mi experiencia de docente AEP y con toda la voluntad y amor por el ejercicio de la profesión, siento una profunda tristeza ya que con mi marido formamos una empresa de aseo de departamentos y en ella gano el cuatro veces más por hora que como profesora. Es una decepción inmensa que se valore tan poco nuestra labor,cargando capacitaciones,postítulos y demases.