Coeymans, un día antes de la entrega del informe de la Comisión Revisora del CENSO 2012:
Director del INE: “Sería catastrófico que nos recomendaran rehacer el Censo”
09.08.2013
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Coeymans, un día antes de la entrega del informe de la Comisión Revisora del CENSO 2012:
09.08.2013
El martes 6 de agosto pasado, un día antes de que la comisión revisora del CENSO 2012 entregara el lapidario informe que recomienda no usar en el futuro los datos para la implementación de políticas públicas y repetirlo “abreviadamente” en 2015, el director del INE, Juan Eduardo Coeymans, reunió a los funcionarios del organismo estatal para preparar el escenario que se avecinaba. Para entonces, todas las señales de que disponía le indicaban que era poco probable que los cinco expertos que revisaron el Censo “nos recomienden algo catastrófico como rehacerlo”, como afirmó esa fría mañana.
Afirmándose en que la crisis provocada por los cuestionamientos al Censo 2012 era principalmente “comunicacional”, Coeymans intentó tranquilizar los ánimos de los cientos de funcionarios que debieron hacer fila para ingresar a las dependencias de la Universidad Central, en Lord Cochrane 418. No se aceptó la presencia de extraños ni de la prensa. Coeymans quería absoluta privacidad y para ello escogió un salón fuera de las dependencias del INE para analizar por primera vez ante sus subalternos el terremoto que ha sacudido a ese instituto. Uno que comenzó hace poco más de tres meses tras la investigación de CIPER que reveló el 25 de abril la manipulación de los resultados del Censo 2012, lo que le costó el cargo a su antecesor: Francisco Labbé.
Precisamente para apagar ese incendio el gobierno nombró al ingeniero comercial -y profesor del Instituto de Economía de la Universidad Católica desde 1969 hasta mayo de 2013- al frente del Instituto Nacional de Estadísticas. Apegado a ese libreto, Coeymans inició su alocución haciendo alusión al “bullying social” del que ha sido objeto el INE en estos tres meses. Con lenguaje coloquial, desestimó que estén frente a “una crisis estructural”, caracterizándola como una mera “crisis comunicacional”.
– Y por eso me traje algunos talentos para arreglar esto. Yo estoy metido de lleno en el tema comunicacional. Hubo accidentes o a lo mejor algunas malas decisiones. Hubo un exacerbamiento, tal vez nos afectó el clima político. Hay gente que no ve la importancia de un INE fuerte, respetado. Se debe reposicionar a la institución en el nivel que corresponde en un país que va a salir del subdesarrollo -dijo.
El director del organismo, quien fue el único orador esa mañana, contó que al asumir, el Presidente Sebastián Piñera le encomendó tres tareas: el tema del IPC, dado que ha sido objeto de cuestionamientos importantes; la resolución de los problemas del Censo 2012 y la autonomía del INE, cuyo proyecto de ley está en discusión en el Congreso.
-Le dije al Presidente: Yo soy un académico, tengo una reputación, por lo cual si encuentro algo que no corresponde, lo voy a abrir. En el fondo, sepa bien que voy a transparentar todo y de eso he tratado de convencer a la Cámara de Diputados -explicó.
Juan Eduardo Coeymans se refería a su asistencia ante la Comisión Investigadora del INE que constituyó la Cámara de Diputados luego del escándalo por la manipulación de los resultados del Censo 2012. Fue allí donde algunos parlamentarios lo cuestionaron por no poder exhibir aún resultados de la investigación sumaria que se abrió en el INE por las irregularidades del Censo.
-Este proceso toma mucho tiempo y la ignorancia hace producir preguntas inapropiadas de algunos diputados que mueven las manos –afirmó Coeymans durante su intervención, a la que CIPER tuvo acceso a través de un antiguo funcionario de planta del INE (VEA VIDEO CON LA EXPOSICIÓN DE JUAN EDUARDO COEYMANS).
Ante varios cientos de funcionarios, Coeymans dijo que cuando llegó al instituto se dio cuenta de que uno de los problemas que debería enfrentar era la desconfianza interna. Y confesó que algunos grupos le señalaron como “culpables” del deterioro de credibilidad, al grupo de los 11 profesionales directivos del INE que firmaron –antes de que estallara la crisis- una carta pública con críticas y advertencias a la forma y metodología de cómo Francisco Labbé estaba llevando el proceso censal.
-Unos grupos me decían que debía echarlos, porque han creado un problema grande. Y la verdad es que había dos alternativas: separar y quedarme con el resto del INE o apostar por trabajar juntos. Admito que ellos cometieron una gran imprudencia, pero lo hicieron con buena fe, buscando lo mejor para el INE. Todos somos humanos, nos podemos equivocar – manifestó el director ante una audiencia que escuchaba en completo silencio.
Coeymans dijo que para “destrabar el tema censo” designó a Osvaldo Ferreiro a cargo de una comisión interna de 13 personas. A ella se sumó una segunda instancia revisora del Censo 2012: una comisión externa cuyo objetivo fue evaluar el que había sido calificado por el ex director Labbé como el “mejor censo de la historia” y cuyo informe se esperaba para el día siguiente, el miércoles 7 de agosto.
-Yo confié en esa comisión (externa), pues era absolutamente incuestionable del punto de vista de la transversalidad. Nadie iba a pensar que yo iba a tratar de tapar algo. Ellos trabajaron intensamente evaluando el proceso censal y abocándose a las recomendaciones.
Fue entonces que Juan Eduardo Coeymans les comunicó a los funcionarios del INE la primera mala noticia. Les dijo que esperaba que la conferencia de prensa en la cual esa comisión externa entregaría públicamente su informe final, fuera en dependencias del INE. Sin embargo, los cinco expertos decidieron que fuera en la Universidad de Chile.
-Yo les hice ver que eso implicaba un conflicto de interés, por cuanto uno de los miembros de esa comisión es el director del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile (David Bravo). Les dije que eso no correspondía, pues eso es aprovecharse de un servicio que se presta al país. Desgraciadamente, hago público este reclamo por esa actitud. Y les mandé un mail pidiendo que rectificaran. Solo me dijeron que me entregarían el informe el martes. Ojalá que no me lo entreguen a las 12 de la noche, porque me voy a tener que poner a leerlo a esa hora para enfrentar a la prensa y a la Cámara de Diputados – se quejó Coeymans.
Hasta ese momento el discurso del director del INE daba una clara señal de que ignoraba las recomendaciones finales de la comisión externa de expertos. Sus palabras no obstante indicaron que abrigaba la esperanza de que esas recomendaciones fueran menos drásticas y que no lo pusieran frente al peor de los escenarios: hacer el Censo nuevamente. Por ello argumentó que el cuestionado Censo 2012 “tiene una base limpia de toda la población censada, lo que es una buena noticia. A lo mejor va a haber críticas sobre el proceso censal, sobre la calidad de los datos y creo que hay una baja posibilidad que la comisión revisora nos recomiende algo catastrófico, como rehacer el Censo. Pero les digo: es una semana que viene comunicacionalmente muy dura”.
A sabiendas de que sus palabras podían generar inquietud, Coeymans afirmó ante los funcionarios que el INE no tenía internamente “gente experta en censo” y anunció la creación de una Unidad de Estudios Censales, para así convertir al INE en el “referente de la estadística del país”. Pero para ello, los exhortó: “Necesito la colaboración de todos ustedes para salir adelante. Juntos lo podemos lograr, divididos, no”.
Un acápite especial de su alocución estuvo destinado a las fuertes críticas que ha recibido la metodología de la medición del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Con cierta satisfacción explicó que, al cabo de tres meses a cargo de la institución, logró llevar a la OCDE una propuesta de un nuevo IPC con la arista de “moda y temporalidad” no incluida en el actual índice. “En una situación de crisis uno tiene que transparentar y, en este momento, si hacemos un arreglo o una nueva metodología al IPC, lo peor que nos puede pasar es que nos empiecen a criticar, porque estamos haciendo una propuesta que va a subestimar o sobrestimar la inflación. La OCDE hace pocas semanas respaldó lo que estábamos haciendo”, afirmó.
Coeymans reveló ante los funcionarios que ha decidido incorporar ciertas tareas en la Unidad de Precios del INE, para fortalecer las mediciones. Una de ellas fue ampliar la muestra del ítem de arriendo del IPC, para lo cual pidió un presupuesto de $400 millones adicionales. “Estoy tomando medidas para disminuir los cuestionamientos. Y esto ha sido un logro, porque ya no nos cuestionan en el tema del IPC. Ese tema había sido abultado por la crisis de desconfianza que estamos sufriendo como institución”, manifestó.
Al día siguiente, minutos después de que la Comisión Externa entregara su informe, Juan Eduardo Coeymans afirmó: “Esperaba un tsunami, pero no de esa magnitud”.