Rosemary Donoso, directora de Fundación Familias Multicolor
“El que ha pensado alguna vez que esto es para hacerse rico está absolutamente equivocado”
07.02.2013
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Rosemary Donoso, directora de Fundación Familias Multicolor
07.02.2013
-¿Cómo llegó a tomar la decisión de adoptar en Haití?
En 2006, mucho antes del terremoto y de siquiera imaginar que iba a tener una fundación, adopté a mi hija. Era la primera guagüita que se adoptaba en Haití. No había procedimientos legales acá porque Chile en general era un país, por decirlo de alguna manera, exportador de niños, pero no un país importador. El proceso se conocía bien para mandarlos pero no para recibirlos. En todo ese proceso me ayudó Andrea Loi, la abogada de Derechos Humanos de Naciones Unidas que murió en el terremoto de Haití. Después que traje a mi hija, Bárbara Vigouroux adoptó una niñita en 2007. Nosotras tuvimos que vivir nuestros procesos solas y fueron tramitados por la abogada del Sename en adopciones internacionales, Carolina Von Schakmann.
–¿Por qué Haití y no Chile u otro país?
La verdad, yo no tenía ninguna explicación de por qué adoptar. Tenía hijos biológicos, no tenía problemas de esterilidad, pero un día desperté no con la obsesión, pero con la idea fija de que mi hija estaba en Haití. Tampoco era un tema altruista… era como que estaba allá nomás. En mi familia no había niños adoptados, nunca me había planteado ser mamá adoptiva y de un día para otro me hizo el click. Nació así, de un día para otro.
–¿Y fue a Haití en búsqueda de su hija o la conoció por otras vías antes de viajar allá?
No. Hice primero los trámites para acreditar mi estado psicosocial y económico…
-Lo que se llama un “certificado de idoneidad”, ¿no?
Sí, pero en esa época no se tramitaba la idoneidad porque el Sename te daba una autorización provisoria para viajar con el niño y después regularizabas acá el proceso. El certificado lo establecimos nosotros con el Sename porque a nadie se lo exigían. No existía el formato para traer los niños. Lo hicimos nosotros caminando con el Sename. Mira, yo creo que se hizo para que no cualquier loco vaya a adoptar en Haití. Porque claro, será un país muy precario y todo lo demás, pero no lo vas a exponer a un mal peor, entonces: pidamos certificado de idoneidad. Ahí empezamos a trabajar con Fundación Mi Casa.
-¿Desde qué año se instauró esa exigencia?
Nosotros pusimos la casa (créche) en Haití en 2010, el 26 de octubre. Obtuvimos la personalidad jurídica en diciembre. ¿Y cuándo empezaron a aparecer los primeros matrimonios idóneos? Como en abril de 2011. Ahí empezamos a trabajar full con Fundación Mi Casa. En octubre y noviembre de 2011 tuvimos muchas reuniones con Rolando Melo (director del Sename) y su equipo fijando los protocolos de cómo íbamos a actuar, porque había niños que ingresaron a Chile antes de noviembre de 2011 y que estaban por enfermedad, lo que no implica un trámite de adopción, sino que es una tuición para estudios… Hay distintas modalidades de otros niños que han llegado antes. No es que esos niños estén de manera ilegal ni que estén volando por la vida ni nada, sino que había que meterlos todos a un carril para que estén protegidos y tengan una familia idónea que siga el proceso de adopción en el Tribunal de Familia. Y si va a ser tuición, que le den la visa de estudiante y que la familia tenga el cuidado personal.
–¿A través de qué modalidad llegó su hija a Chile?
Mi hija llegó en 2006. Se habría muerto en Haití: pesaba 1,6 kilos y tenía heridas en todos los pliegues porque nunca le habían sacado la grasa de nacimiento. La verdad es que, cuando llegamos, en la Clínica Alemana pensaban que mi hija era un milagro, porque no habían visto nunca un recién nacido con esas características.
-¿La fue a buscar a uno de los hogares de menores que hay en Haití?
Sí, a un hogar… bueno, no, a un hogar donde la mamá la había dejado por razones… de que era lo único que había. No es que haya sido de ese hogar. La mamá la fue a dejar allí. Yo conocí a su mamá. Tenemos una relación hasta el día de hoy. No es que seamos amigas, pero cada vez que voy la ayudo. Tuve que partir de atrás para adelante, afiliando desde los abuelos a los padres para poder inscribir a la niña y obtener un certificado de nacimiento. Todos esos procesos se estaban haciendo antes de que yo viajara. Y cuando llegué a Haití me di cuenta de que ella estaba súper grave. Finalmente igual tuvo que viajar por salud, con los instrumentos legalizados y, además, con una autorización del Instituto de Bienestar Social (IBESR), que es como el Sename haitiano.
-¿Esa autorización tiene un periodo fijo de tiempo?
Normalmente hay niños que les ponen tiempo y a otros que no. A mi hija no le pusieron periodo de regreso porque creo que pensaron que se iba a morir. Estuvo hospitalizada 10 días en la Clínica Alemana. He visto certificados de IBESR que no ponen fecha de retorno y a los de tuición, definitivamente no. Hay otros niños que han viajado con los papás… bueno, con una mamá que tenía SIDA. La niñita comía tres veces a la semana cuando nosotros la recibimos. Esa mamá después tuvo una guagüita que tuvo SIDA. Creo que ahora debe estar p’al gato, porque la última vez que la vi estaba muy mal.
-Pero su hija sí se recuperó en la clínica en Santiago.
Estuvo 10 días en la clínica, se recuperó de todo y después el Sename inició el proceso de adopción. Hice el trámite en Chile en los Tribunales de Familia, seguí todos los procesos: se cita a la familia, si no hay tercer grado de consanguineidad se pide publicación en un diario de circulación nacional haitiano… En esa época, el Sename consideró que dada la precariedad judicial que había en Haití, la mejor manera era hacerlo por notificación vía consular. Se le solicita al cónsul de Chile que haga de notario y cite a la mamá a testificar o a redeclarar porque allá todo es muy precario: de repente vas a una notaría y la impresora no tiene tinta o vas al juzgado y el juez no está. Además, dicho por la abogada del Sename, no sabíamos dónde iba a llegar un exhorto internacional si es que lo mandaban.
-¿Cuánto tiempo demoró el trámite hasta que logró la adopción?
El proceso se demoró tres años y medio en Chile. El Sename de repente nos decía: “Ya se venció la visa de turista”. Y pedíamos la definitiva porque tiene lazos con chilenos. Se demoraba tres meses y llegaban los papeles rechazados de vuelta. Y entonces: “¡Ah no!, pidamos renovación de visa de turista por un año”. Y de nuevo tres meses más y así. Hoy tengo la adopción definitiva y plena bajo la ley chilena. Si bien se demoró tres años y medio, en los Tribunales de Familia se agotaron todas las instancias legales para hacer un proceso de adopción normal: se citó a la familia, la hizo declarar, se escribió en un diario de circulación, nos pusieron la idoneidad a nosotros… Ahora tengo cinco hijos: tres biológicos y dos hijos haitianos.
-¿Cuándo trajo a su segundo hijo adoptivo de Haití?
Antes de noviembre de 2010, pero él todavía está en tratamiento. La mamá me lo entregó a mí. Él tiene una diabetes grado algo…, porque tuvo mucha anemia. Era necesario hacerle una transfusión. Por eso es que viajó a Chile con autorización de salud. Pero ahora está mucho mejor. Tiene dos años y siete meses y está terminando el trámite haitiano.
-Entonces, ese segundo hijo adoptivo no es del hogar de Familias Multicolor.
No, no alcanzó a estar en el hogar porque la mamá me lo entregó a mí. Yo lo tuve en el hogar un par de meses para cuidarlo, porque yo no podía viajar.
-¿Cómo supo de ese niño? ¿Cómo llegó a su madre para que se lo entregara?
Yo recorría muchos campamentos ayudando, entregando comida, agua, y ahí ves cosas horrorosas. A muchos de los niños que llegaron a la casa y que son hermanos, los tuvimos que sacar de unas cuevas. Niños de tres años y un hermano de un año que estaban solos, vivían solos.
-¿Cómo surge la idea de instalar un hogar de menores en Haití?
Nos quedamos con el bicho. Siempre que podíamos mandábamos con alguien ropa, comida, algo; sentíamos que era una vocación devolverle la mano un poco a los niños. No es que vayas a alimentar a todo el país, pero sí puedes salvar más niños. Aunque en el tema de la adopción, estábamos frenadas por el Sename: no querían una horda de gente que iba a actuar por lástima y no por sentimientos verdaderos. Tampoco había un protocolo. Entonces, después del terremoto del 12 de enero de 2010, con la Bárbara (Vigouroux) dijimos: “Basta de quedarnos calladas, vamos a tener que contar esta cuestión…”. Empezaron a llegar miles de mails. En la página del Sename se puso que estaban prohibidas las adopciones en Haití para que no hubiese más interés en nada. Ahí decidimos crear la fundación, empezar a recibir ideas y ver cómo se podía gestar esto para ayudar a más niños. Las dos trabajamos y nunca pensamos que íbamos a llegar a este nivel la presión que ejercen las lucas para pagar a fin de mes. Mil cosas que no manejamos. Y aunque seguramente lo volveríamos a hacer, es una carga no menor.
-¿Cuál es el camino que sigue la recepción de un niño en el hogar de la fundación? Porque imagino que no cualquiera puede llevar un niño y dejarlo ahí.
No. Se les pide el máximo de documentos que tenga. Igual hay casos precarios, pero tú te das cuenta. A mí me ha tocado ver cuando han llegado los niños, la desesperación porque los niños coman. A un par de niños que sacamos de allá –que eran como de La Legua, pero multiplicado por diez– venían con sarna, con piojos, con garrapatas que se los estaban comiendo, desnutridos, sin ninguna musculatura… Los tienes que rehacer de nuevo y, así y todo, se han recuperado: son niños que hoy caminan y están en la escala de nutrición normal. La pega es ingrata pero súper rica. Cuando vas cada dos meses, ves los logros y es increíble.
-¿Con quién o quiénes se ayudaron para los temas legales de formar una fundación para acompañar en la adopción?
Sacamos la personalidad jurídica acá con un estudio de abogados. Después, el Consejo de Defensa del Estado hace todo un proceso que llega de nuevo al Ministerio de Justicia, donde nos otorgaron la personalidad jurídica. Con eso obtuvimos el RUT y abrimos la cuenta corriente y con eso mismo nos acreditamos en Haití. Obtuvimos la autorización de funcionamiento por 2011-2012 y este año renovamos por 2012-2014. De hecho en Haití somos la única institución chilena que tiene RUT haitiano.
-Respecto a la organización de la Fundación Familias Multicolor, ¿hay algún directorio?
Sí, hay un directorio. Bárbara y yo estamos a la cabeza del directorio y de la administración. Esta cuestión es súper pobre. Nosotros embalamos, viajamos, contamos, recaudamos. Yo me voy con el auto y paso a la casa de la gente que quiere donar ropa usada, pañales, toallas húmedas. Si hay feria de las pulgas en Calera de Tango, vas un sábado desde las 7:00 de la mañana hasta la una de la tarde para vender cachureos y recaudar plata para comprar pañales y mandarlos en el avión de la FACH. No tiene ningún glamour, o sea, el que ha pensado alguna vez que esto es para hacerse rico está absolutamente equivocado.
-¿Cómo obtuvieron carga en el avión de la FACH? ¿El Ejército también les presta ayuda?
El avión de la FACH es vital. Todas las cosas grandes las hemos mandado por ahí: el refrigerador, el equipamiento que tiene la casa… Tenemos un acuerdo mutuo de cooperación. Se han portado siempre súper bien con nosotros, desde mucho antes que nos instaláramos, desde cuando mandábamos cosas de manera particular. Desde ahí conocíamos al Estado Mayor Conjunto. De hecho, mucho antes del accidente en Juan Fernández pudimos viajar en un vuelo directo a Haití por los cupos especiales para organizaciones sin fines de lucro.
-Además de usted y Bárbara Vigoroux, ¿quién más participa en el directorio?
Están dos parejas de padres, una enfermera de la Clínica Alemana y dos voluntarias que partieron el año 2010.
-¿Y podemos conocer esa nómina? Porque la página web no funciona.
-Es que la página web la botaron…
-¿Cómo la botaron?
No sé, la botaron. Y el mail igual… El mail de la fundación está clonado.
-¿Y cómo operan para recibir inquietudes de quienes quieren realizar donaciones?
-Las donaciones las hacen en la cuenta corriente de la fundación, directo.
-Pero entonces, ¿consultas no reciben por otra vía además del correo electrónico?
-Sí recibimos, por mail. Funciona, lo que yo te digo es que cualquier cosa que yo respondo sale para cualquier lado porque está replicado no sé dónde. No sé quién lo tiene replicado ni por qué.
-No entiendo, ¿cómo es eso de que está “replicado”?
No sé. Está clonado, lo tienen hackeado.
-Y si uno quiere saber cómo funciona la fundación y quiénes integran el directorio, ¿eso está en alguna parte?
Sí, está. Te lo puedo mandar por mail (Nota de la Redacción: nunca lo mandó). Funciona súper regido dentro de las lucas que tenemos. Para girar un cheque de la fundación firma la Bárbara, firmo yo, revisamos y mandamos a la contadora. Comprobante de egreso, cheque…. Tampoco hay tantas lucas parar girar.
-¿Todos los que trabajan o colaboran en la fundación son voluntarios?
Todos. Todo es voluntario, todo.
-¿Cómo monitorean que en la creche de Puerto Príncipe todo esté funcionando correctamente si ustedes trabajan en Chile?
Nosotras vamos cada dos meses por tres o cuatro días. Pedimos vacaciones, porque no te regalan ni siquiera los días y te queda una semana después para el verano. Y revisamos todo: las carpetas que están ingresadas, los niños, las fichas, si podemos viajamos con un médico o contactamos allá a un médico chileno, hacemos algún contacto, un chequeo y revisamos los comprobantes de egreso de la casa, cómo funciona y si está cuadrada la caja chica. Vamos al IBESR o a alguna reunión, hacemos coordinaciones logísticas y nos devolvemos.
-¿Cuántos niños hay actualmente en el Hogar de Acogida de la Fundación Familias Multicolor?
Catorce, y la capacidad máxima han sido 26. Se supone que son de 0 a 3 años, por el rango que puedes abarcar, pero nosotros tenemos de 0 a 4 años y medio. Tenemos una capacidad estimada, porque tenemos cunas y camas como para 40. Pero nunca hemos llegado a esa capacidad.
-¿La adopción se da a cualquier nivel de edad?
Si tienen son susceptibles para ser adoptados –que sus padres biológicos estén de acuerdo, están abandonados o declarados en abandono–, no importa la edad. Lo que pasa es que en Chile la gente no quiere niños grandes: todos quieren recién nacidos. La gente tiene el chip quizá un poco cambiado en el sentido de que piensan que la adopción en Haití es más fácil y que el niño debieran tenerlo en un plazo breve porque el niño allá se está muriendo de hambre y entonces debiera funcionar. Pero hay que regirse por sus leyes. Si un embarazo dura nueve meses, ¿por qué te vas a demorar tres meses en hacer una adopción? Es impensado, pero cuando uno lo explica, la gente está tan ansiosa que no lo entiende. En general, los trámites de adopción demoran un año o año y medio.
-Desde 2011 hasta ahora, ¿cuántos niños del hogar de Fundación Familias Multicolor en Haití han sido adoptados?
Siete. Y hay cinco en trámite, pero no son todos con padres chilenos: hay dos argentinos y uno americano. Los padres adoptivos de Estados Unidos conocieron a la fundación allá en Haití, no en Chile. A los argentinos los contactamos en Chile, porque los apoyamos cuando estaban para el terremoto allá. Estaban buscando a los niños y no podían salir. Son súper buena onda: han mandado comida, pañales, leche. Son movidos. Esos dos procesos argentinos ingresaron en octubre, pero no están listos porque no tenían a los niños asignados.
-¿Los 14 niños que están actualmente en el hogar en Haití son susceptibles de ser adoptados?
Sí, hay una guagüita que está esperando la declaración de abandono y todos los demás están cedidos por sus madres. Eso se firma a la llegada. Ahora hay tres niños que no están asignados y, si aparece un matrimonio idóneo certificado por Fundación Mi Casa, nosotros hacemos el link niño-familia y ahí lo asignamos. Entonces, ya puede ir la madre a ceder al niño a esta familia en particular, porque si no, es una entrega abierta para la creche y la administradora, que es quien lo cuida.
-¿De qué nacionalidad es la administradora de la creche, Marie Phabienne Ravilus?
Haitiana. Ella era funcionaria de la embajada de Chile en Haití desde hacía seis años y nosotras la contratamos cuando llegamos allá. Ahora, yo le quiero dejar súper claro que nosotros no somos una fundación que tramita adopciones y no lo queremos ser nunca: la Fundación Familias Multicolor acompaña a la familia en su adopción, apadrina, y la prioridad es tener un hogar en Haití que acoge a estos niños susceptibles de ser adoptados y los enlaza a familias chilenas.
-¿Cuál sería la distinción con una casa de adopción propiamente tal?
En nuestra casa están los niños que pueden ser adoptados y nosotros los financiamos, los mantenemos, los cuidamos; pero nunca nos quisimos acreditar para adopción. No nos interesa para nada. Podemos tener casa de acogida, apoyar a los enfermos, apoyar a los inmigrantes, podemos hacer lo que quieras, es un giro súper amplio y está basado en la precariedad de Haití, pero no nos interesa ser un ente regulatorio ni tramitador de adopciones. Ya sabíamos que era un cacho. Mira, si ya ha sido un cacho enlazar familias y acompañarlos en el proceso de adopción, me imagino lo que debe ser hacer las idoneidades y después realizar las regularizaciones legales. Por eso trabajamos con Fundación Mi Casa que es tan válida como el Sename para hacer adopciones, idoneidades y todo. Cuando nos hacen la consulta, decimos: “Vaya a Fundación Mi Casa y cuando tenga el certificado de idoneidad nos vuelve a contactar”. Y designamos por el mismo orden que van llegando las idoneidades y de acuerdo a los niños que hay en la casa. ¿Dónde se enreda esto? Cuando una familia quiere una niñita y no hay niñita. Entonces, pasa el que sigue. O si quieren un recién nacido…
-¿La familia que se contacta con ustedes puede sacar la idoneidad donde estimen conveniente?
Sí, pero no la hace otra entidad que no sea Fundación Mi Casa. El Sename no ha querido hacerlo. Nosotros se lo hemos pedido de manera rigurosa porque Fundación Mi Casa tiene sede sólo en Santiago, entonces dejas fuera a todos los que viven en regiones. ¿Cuál es la ventaja del Sename? Que lo hace con psicólogos y asistentes sociales acreditados.
-¿Cuánto demora el proceso de idoneidad?
Como tres meses. Te visitan en la casa, si tienes niños evalúan a tus niños, evalúan a tu marido, en conjunto. Ven cómo interactúas en la casa, te hacen una visita sorpresa: tienes que tener no sólo la capacidad económica para recibir un niño sino que además estar bien. Y tus niños tienen que estar proclives a recibir un hermano. Nosotros le pedimos a la Fundación Mi Casa que fueran un poco más exhaustivos y vieran más la incondicionalidad, porque el otro tema es que hay un factor racial.
-Por ejemplo, un matrimonio escuchó de la Fundación Familias Multicolor y quiere adoptar. ¿Les manda un mail?
Normalmente mandan un mail y les decimos lo de la idoneidad como fase previa. También se les manda un mail con un powerpoint donde los invitas a trabajar por la fundación. Porque finalmente, a lo que nos rebelamos con la Bárbara, es a que esto fuera un negocio: a que fueras a comprar un hijo. En nuestra época ibas a una fundación gringa, elegías un niño por catálogo, pagabas US$ 12.000 y prácticamente te llamaban para que lo fueras a buscar. Nosotras encontramos que eso no podía ser y por eso hicimos esto. El abogado de nosotros, después de chequear con ocho mil abogados, nos cobra US$ 6.000. Es el mejor precio que conseguimos para los chilenos.
-Entonces, resumiendo: si una familia quiere adoptar un niño en Haití tiene que pagar la idoneidad a la institución respectiva, en este caso Fundación Mi Casa, y US$6.000 para el abogado en Haití. ¿No hay ningún pago para ustedes, para la fundación?
No, nosotros nada. Y solo desde mayo de este año empezamos a cobrarles a los papás que tienen a un niño asignado US$ 200 mensuales por la mantención de su hijo. Para el mínimo necesario: pañales, leche y algo para alivianarnos un poco la carga. Como nunca se ha financiado la fundación, siempre hemos tenido que poner con la Bárbara de nuestro propio bolsillo. Eso no es sostenible en el tiempo. O si no, mejor cerramos. Cuando ya la cuestión se pone tóxica… Si vas a poder tener a tu niño cuidado a la espera del proceso, y tienes los medios para hacerlo, ¡por lo menos ayuda a que podamos seguir ayudando a más niños! De lo contrario, tenemos que cerrar la puerta. Ese cobro partió recién en mayo de este año, antes no le cobrábamos a nadie. Lo hicimos porque sentíamos que era justo que se hicieran partícipes del cuidado de su hijo cuando lo tenían asignado.
-¿Los US$ 6.000 del abogado se pagan al principio o al final?
El 50% se paga cuando se asigna, para preparar la carpeta del niño e ingresarla al IBESR. El otro 50%, cuando está la carpeta lista y se va a hacer el pasaporte.
-¿Qué tipo de personal contrató para cuidar a esos niños de la creche?
Hay siete nanas haitianas y una enfermera. Tenemos la visita de un médico y a los niños grandes en el colegio porque van al kínder desde los 3 años y medio.
-¿Cómo funcionan las donaciones? ¿Uno se inscribe?
Normalmente son amigos, familiares, compañeros de trabajo y otra gente que se ha desencantado de otras fundaciones y prefieren donar especies: pañales, toallas húmedas, fideos, garbanzos… Nosotras embalamos todas esas cajas y cada dos meses con la Bárbara viajamos a Haití. LAN nos libera 10 maletas y nos vamos con todo. O si no, cada seis meses en el avión FACH, en el relevo, mandamos 800 kilos. Hay otra gente que quiere trabajar en la feria de las pulgas y donar plata, padrinos que aportan entre $5.000 y $30.000. Esos padrinos cada día son menos porque la gente se va metiendo pero se va saliendo también. Pero eso nunca ha cubierto más del 20% de los requisitos de la casa.
-Eso quiere decir que el 20% de todos los gastos en que incurre Fundación Familias Multicolor se financia con las donaciones. ¿El resto sale del bolsillo de usted y Bárbara Vigoroux, las dos directoras?
Sí.
-¿No colabora el resto de los miembros del directorio de la fundación?
No, si los otros están invitados a participar del directorio para hacerlo plural, pero al final la responsabilidad sentimos que es nuestra. Si nosotros lo instalamos el hogar.
-¿Cuánto les cuesta mantener el hogar en un mes por ejemplo?
$500 lucas en arriendo, más los US$1.980 dólares…, tienes $1.500.000 en sólo sueldos y arriendo. La caja chica son $400.000 más. Tienes dos millones y medio mensuales sin ningún extra: no se enfermó ningún niño, no está hospitalizado nadie, no tienes un huracán en que tendrás que comprar agua extra. Ese es el piso.
-¿Y dice que sólo un 20% de todo eso -$500.000 al mes- se financia con donaciones?
¿Pongámosle un 25%? Y lo digo para ser un poco más generosa. Porque la gente actúa un poco por moda, por lástima… La gente estable es poca porque esto no tiene ningún glamour y tampoco deja plata. Hemos postulado a todos los concursos del país. Mira, te voy a dar el título para que digas si calzaba perfecto: “Fondo solidario para la superación de la pobreza y el hambre en el Caribe” de la Cancillería. ¡Nos caía de cajón! Postulamos y… ¡no! No sabemos qué pasa pero siempre ganan los mismos. Nadie tiene casa de acogida en la que hay que pagar arriendos, empleados…, y el año pasado fue súper desgastador: traer a Chile a siete niños no era menor. Tenías la carga emocional de todos… Ahora, se supone que con la cuestión del Tratado de La Haya va a haber un flujo más o menos ordenado y con un computador que te diga en qué estado está la carpeta. Eso no existía.
-De los siete niños –según lo que usted nos informa- que ya están con sus familias en Chile, ¿todas esa adopciones se concretaron luego de la ratificación del Tratado de la Haya?
Con el abogado haitiano y han salido con timbre del Presidente de la República, el decreto presidencial y toda la cuestión… Todas tienen que llegar a la Corte Suprema de Haití y pasar por la Corte Suprema de Chile, la que ratifica para que tengan validez en la inscripción.
-¿El trámite de su hija haitiana pasó por todo ese proceso?
Todo. El cambio es que antes la Ley de Adopciones de Haití era simple: si el niño tiene 15 años y la mamá lo quiere recuperar, en rigor debieras devolvérselo. Y la ley chilena más todas las leyes de los que firmaron el Tratado de La Haya son plenas, desvinculan al niño de su familia de origen y lo vinculan a su familia y adoptiva for ever and ever con todos los derechos. Ese era el gran pero que tenían las leyes y por eso no eran compatibles. Antes, había entregas directas: una mamá te entregaba un hijo a ti porque quería que tú se lo cuidaras. Les pasó a muchos médicos que estuvieron en Haití en servicio. Ahora no, ahora es como en Chile: existe una fundación que va a regular y aglutinar a todos estos procesos para presentarlos al Sename haitiano; va a haber un estamento de abogados acreditados para hacer adopciones y ya no cualquier gallo que tenga una notaría va a poder hacer un proceso de adopción. Eso es lo que van a regular. Ahora con La Haya el tema debiera quedar ordenado. Creo que fue muchos años un método de lucro para toda la gente que participaba. Para todos debe haber sido el tema de salvación económica. Yo creo que ahora que Haití entró al Tratado de La Haya, muestra que se lo están tomando en serio.
-¿Y por el financiamiento del próximo año tienen un plan distinto?
Estamos levantando voluntarios. No tenemos una estructura con un gerente y una secretaria pagados. Somos nosotras mismas las que hacemos todo. Y todo lo que tenemos lo gastamos allá. Lo mandamos a fin de mes en un giro por Chileexpress. Ahí se pagan los sueldos, arriendos. No es menor. Ha llegado un momento en que te replanteas si puedes o no puedes seguir. Lo que pasa es que tenemos niños que están en proceso de adopción todavía y están viviendo en la casa. No puedes ser tan descriteriado de cerrar. Nosotros estamos pensando que quizá seguimos sólo con extranjeros, no con chilenos. Los extranjeros son mucho más respetuosos. Tú les cantas la cartilla el primer día y esa es la cartilla por la que ellos se rigen: “Los pagos son esto, tanto al inicio, tanto mensual. Este es un protocolo en que nosotros te acompañamos pero nosotros no somos los responsables del proceso de adopción”. Etcétera, miles de cosas (…) ¿Los gringos? ¡Al tiro! Si ellos están dispuestos a pagar 10 mil, 20 mil dólares por un niño, ¿tú crees que por 6 mil que les estás cobrando más 200 mensuales…? ¡Felices! En cambio, con Chile es todo más complicado. A mí me da risa de repente cuando la gente cree que nos estamos forrando. Si yo te mostrara las cartolas del banco…, es para llorar. En este minuto estamos parados mientras se regularizan los procesos de chilenos que están allá.
-¿En este momento no están recibiendo adopciones de padres chilenos?
No. Quemamos todos los cartuchos, todas las paciencias habidas y por haber. Ya no nos da el pellejo. Ha sido súper latero. Hasta una querella con el cónsul en Haití tuvimos porque de un día al otro el gallo se tiró en una videoconferencia del Ejército, cuando estaban organizando la visita de Allamand, a decir que nosotros traficábamos niños y no sé qué más. Eso fue en agosto de 2012 y le pedimos la aclaración al Ministerio de Relaciones Exteriores.