El pasado viernes 14 de diciembre, el Estado de Chile debió realizar un acto de desagravio a la jueza Karen Atala por habérsela privado de la tuición de sus hijas por mantener una relación afectiva con una persona de su mismo sexo. Un evento que formaba parte de un paquete de medidas que el Estado debía llevar a cabo para reparar a la jueza luego de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) así lo impusiera en la condena que dictó en marzo de 2012.
La legislación chilena en esta materia establece con absoluta claridad que, en caso de que los padres vivan separados, el cuidado de los hijos corresponde a la madre, salvo que se demuestre descuido o maltrato de su parte. Siendo ese el tenor de la ley, indudablemente la jueza Atala fue víctima de discriminación y arbitrariedad, como lo estableció la CIDH en su sentencia. El sufrimiento que padeció durante más de ocho años en los que se le privó de ver crecer a sus hijas día a día, no lo puede borrar un acto de desagravio o una compensación económica.
El sentido por el cual la CIDH impuso al Estado chileno la obligación de realizar ese acto va mucho más allá del caso específico de Karen Atala. Dice relación con la profunda reflexión que debemos hacer sobre nuestras instituciones en materia de familia.
El discurso de la jueza evidencia que ella también entiende que el sentido histórico de dicha actividad no es sólo un reconocimiento a la igualdad de derechos que deben disfrutar las minorías sexuales, sino que pretende ser un llamado a remecer las consciencias aún más profundamente: una convocatoria a preguntarnos sobre nuestros roles de género y nuestra concepción de familia.
Esto se evidencia cuando ella afirma que “nuestras leyes de familia se han quedado ancladas en otros paradigmas, ajenos a la coparentalidad con roles compartidos entre madres y padres”. También cuando sostiene que “una madre o un padre sancionados con la pérdida de la tuición por razones convencionales, esto es, valóricas, morales y religiosas y no de derecho, implica también extender esa sanción a sus hijos”.
El sufrimiento de la jueza Atala la debe haber llevado en estos largos años a comprender cómo la misma ley que le consagraba a ella un derecho que le fue desconocido, se aplica a diario para infringir un sufrimiento igual al suyo a millones de hombres que también son discriminados por su mera identidad sexual. Porque efectivamente, la legislación actual, aplicada según su tenor, le da indefectiblemente la tuición a la madre sólo en virtud de su sexo, sin mayor consideración de las aptitudes parentales de los progenitores ni el bien superior del niño.
El Estado chileno también les debe un acto reparatorio a esos millones de hombres y niños por sus derechos violados.
Probablemente, al mencionar el sufrimiento que debe vivir un padre alejado de sus hijos, el lector de estas líneas pensó de inmediato que no es comparable el sentimiento de una madre privada del cuidado de sus hijos que el de un padre. Todos pudimos ver la emoción y empatía de nuestras autoridades ante los sufrimientos relatados por la jueza Atala, quien muy delicadamente lo graficó en pequeñas pinceladas, dejando a la imaginación de los asistentes el resto. Con seguridad, si ese mismo relato hubiese sido hecho por un varón, habría tenido que recurrir a recursos narrativos bastante más dramáticos para conseguir la misma consideración.
“La legislación actual, aplicada según su tenor, le da indefectiblemente la tuición a la madre sólo en virtud de su sexo, sin mayor consideración de las aptitudes parentales de los progenitores ni el bien superior del niño”
Tan arraigado están entre nosotros los roles de padre proveedor y ausente y madre dedicada al hogar y presente, que estamos ciegos a los cambios culturales que se han producido en nuestras narices. En la actualidad, suponer que el vínculo afectivo que un padre establece con un hijo es menor que el que de una madre es tan erróneo como suponer que la dedicación intelectual que una mujer otorga a su trabajo es menor que la de un hombre.
El mismo desgarro sufrido por la jueza Atala lo sufren millones de hombres que han tenido que conformarse con “ver crecer a sus hijos a zancadas”, como lo graficaba Atala, sin tener siquiera la opción de acusar discriminación y arbitrariedad, puesto que en ese caso la ley misma establece explícitamente que debe ser así.
Pero más importante que el sentimiento parental, es el sufrimiento de los hijos. Para ellos, separarse de cualquiera de sus progenitores significa desgarrar su identidad profundamente.
Los niños están hechos de la fusión de dos metales y marginalizar a uno de ellos de sus vidas es violentarlos en su naturaleza biológica. En la búsqueda de la igualdad de derechos y de la corresponsabilidad de ambos progenitores, la agrupación Amor de Papá presentó un proyecto de ley que busca favorecer el cuidado compartido de los hijos como opción preferente. Lamentablemente, y sólo dando por argumento la tradición, el SERNAM presentó una indicación estableciendo que mientras no haya acuerdo entre los progenitores, el niño debe permanecer bajo el cuidado de la madre. Con ello, se desnaturaliza por completo el sentido del proyecto, imponiéndole la misma orientación discriminatoria y sexista de la norma actualmente vigente y se neutralizando la posibilidad práctica de contar con la tuición compartida.
Si la indicación del SERNAM es aceptada en la discusión del proyecto en el Congreso, la negativa de la madre a llegar a acuerdo será condición suficiente para impedir que se comparta el cuidado del menor. La disposición propuesta por la ministra Carolina Schmidt mantiene al niño en la condición de botín en disputa dentro del conflicto de la pareja, favorece maltrato físico y psicológico del cual es víctima durante períodos transitorios que pueden eternizarse en procesos judiciales y limita gravemente el contacto normal y saludable con ambos progenitores.
“La disposición propuesta por la ministra Carolina Schmidt mantiene al niño en la condición de botín en disputa dentro del conflicto de la pareja, favorece maltrato físico y psicológico del cual es víctima durante períodos transitorios que pueden eternizarse en procesos judiciales y limita gravemente el contacto normal y saludable con ambos progenitores”
La única forma de contar con una regulación justa en esta materia, es establecer que la situación por defecto debe ser el cuidado compartido de los hijos y la corresponsabilidad parental, salvo en aquellos casos en los que los padres o el juez determinen lo contrario.
Dar a una de las partes una condición de beneficio a priori en virtud de su sexo es discriminatorio, limita las posibilidades de acuerdo y favorece la judicialización de la disputa. El SERNAM ha confundido su rol de entidad que persigue la igualdad de género con el de una asociación gremial que defiende intereses corporativos femeninos, incluso reproduciendo una orientación machista.
Esperamos que el Senado, que tendrá que ver en sala dicho proyecto próximamente, rechace la disposición propuesta por el ejecutivo (inciso 4 del artículo 225 del Código Civil) y se imponga la concepción moderna de corresponsabilidad y cuidado compartido como situación generalizada tras la ruptura de la pareja. Ese sería el mejor acto reparatorio que podría hacer el Estado de Chile a los millones de padres y niños que han debido padecer el mismo sufrimiento que la jueza Atala como consecuencia de una ley vigente, pero no por ello menos discriminatoria e injusta.
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Pilar, comparto tu punto de vista, en efecto aunque sea solo un padre, tiene derecho a que se respeten sus derechos de poder litigar la tuicion de sus hijos si no hay inconvenientes mas allá de la naturaleza (por ejemplo que no sea un lactante, porque obviamente él no puede dar pecho :-), y siempre y cuando la lactancia materna no sea un peligro para el bebé, supongamos que la madre tiene sida por ponerse graves), pero fuera de eso, seguro que hay hombres que cuidarán mejor a sus hijos que sus propias madres, y al revés. Ojalá esta batalla la ganen los niños.
Sol | 02.01.2013
Supongo que efectivamente no somos millones, pero también habemos madres en esta situación.... Creo que el cambio de paradigma tiene que ver con entender a la parentalidad como el rol que ambos sexos, sin importar su opción sexual, pueden cumplir en la crianza y nutrición vital de los hijos.
No soy lesbiana, no estoy loca, no estoy inhabilitada para criar a mis hijos bajo ningún aspecto (según el mismo tribunal de familia lo declara), tampoco he perdido la custodia de mis hijos... pero ellos viven con su padre alienador según determinación del mismo tribunal.... Si bien esto tampoco es casuística, debemos entender que se trata de un problema de justicia social y humana.
Moz | 01.01.2013
Esta era una realidad invisible para mi. Hasta que me toco personalmente. Eso de ir y venir a los tribunales para poder ver a mi hijo, para poder hablar con el por telefono etc.
El articulo esta interesante, pero para mi es personal y los artículos casi nunca hablan de lo local, de lo particular.
Desde hace 7 años que estoy en esto y tengo un par de conclusiones que son muy tristes.
La gente en Chile por lo general piensa que los hombres son torpes/idiotas cuando se refiere a el cuidado de sus hijos. Y lamentablemente hay bastante gente AUN que consideran que los hombres no deben cuidar a sus hijos solos.
La verdad creo que tiene que ver con la idea de que los hombres son un "enemigo" en la casa, son (según la propaganda) violentos, sexualmente promiscuos y también pueden ser violadores de sus propios hijos/hijas.
No estoy justificando violencia intra-familiar etc., pero la verdad los hombres somos normales, por lo general. Toda esta campaña de terror contra los hombres es algo terrible y lamentable. No junta la familia, sino la erosiona. Porque no educar a las mujeres a ser mas libres y no aceptar relaciones toxicas?
Mi sensación es que las mujeres en Chile son tan violentas como los hombres. Y eso es algo lamentable. Obviamente la ley (y las soluciones jurídicas) no atienden este tipo de problemas. La ley que existe no se aplica. En mi caso nunca, NUNCA han enviado una orden de arresto a la madre de mi hijo, después de varias amenazas de arresto. Y porque?
Creo que hay demasiadas mujeres en los tribunales de familia como las jueces y las trabajadoras sociales y eso es algo que se nota. Eso de la imparcialidad...jajaja.
Las mujeres en Chile son una mafia.... tal como la mafia de los hombres.
Que hago? Me hago miembro de la mafia masculina?
Los comentarios anteriores piden civilización, tolerancia etc. Tengo noticias para ustedes: No existen gueones civilizados aquí. El fuerte pisa el mas débil y puede vivir tranquilamente con 10 millones al mes mientras el otro vive con 300 lukas al mes. De que civilización me hablas.
Si robas una gallina te vas preso 5 años. Si tu mujer esconde tu hijo por 3 años, la amenazan con arresto y....
...no pasa nada. Civilización las gueas!!! Los niños no le importan a nadie, ni a los jueces, las leyes, y lamentablemente a veces a las madres y padres.
El bien estar de los hijos? con uniformes todos los dias en el colegio, todos igualitos... eso es tolerancia?
Cuando van a hacer un reportaje bueno, uno donde la gente que esta haciendo "algo" vaya a la cárcel? La masificacion de los narco-dolares en Chile, donde hablen de como un académico gana millones la mes y las universidades se caen a pedazos. Los hospitales y su falta de gente e insumos. Como el presidente de la república ha robado desde hace 25 años y que le pasa ...NADA.
Basta de artículos donde muestran otra cagada mas. Cuando habrá un articulo que le pone orden... un articulo que explique porque se joden a la gente en TODAS las áreas de su vida con tanta consistencia. Por favor hagan artículos donde la lógica para entender no sea de 6to básico. Ya se que en el resto de la prensa usan lógica de 3ro básico, pero igual 6to es muy bajo.
Investiguen, muestren porque es posible cagar a la gente de forma tan consistente aquí en Chile. Porque la gente aguanta toda esa manipulación?
Me salí de tópico... pido disculpas. ;-)
Feliz año nuevo!
Pilar | 29.12.2012
Cristian, tal vez tengas razón ... La cifra suena muy abultada cuando hay padres que no les interesa mas que sus tiempos e jntereses... Pero para quien quiere estar presente en las actividades de sus hijos, en verlos crecer, en compartir una fiesta de fin de ano, en inculcar tambien valores y ser responsable No solo una maquina Redbanc dentro se los promeros cinco dias de cada mes, AUNQUE SEA UNO nuestra legislación debe garantizar la igualdad y el bienestar de su hijo ... Y no lo hace y mientras hay quien sabiendo de la protección jurídica, hace de esta una herramienta para Instrumentalizar a su hijo en la lucha d interés personal... bienvenido todos los padres sean de acá y del mundo que juntos si suman millones.... Bienvenida a la custodia compartida si el bienestar se los hijos lo dice .....sea por acuerdo o resolución judicial
VOX POPULAE | 19.12.2012
Interesante columna.
Casos como el de la sra Atala abren hendiduras en los diques que contienen la masa inmunda de  paragdimas anquilosados como el tema expuesto, que no es mas que un prejuicio de que la condición de género sexual determina un comportamiento y por ende una predisposición a suponer  que determinadas labores las hará mejor tal o cual por su condición de género.
Sin embargo, se avistan grandes cambios.
El mundo en su humanidad felizmente esta cambiando para bien y cada día hay menos espacio para los prejuicios, las discriminaciones, las generalizaciones torpes.
Estamos ante un mundo cada día mas pequeño pero cada día que pasa mas grande, donde las naciones que "la llevan" están entendiendo la revolución humana que significa aprender a vivir en TOLERANCIA.....Y DESPREJUICIADAMENTE.........ojalá que aquellos que dictan normas y leyes en nuestro país sepan apreciar estos avances y que por una vez copien  buenas ideas  para que seamos un poquito mas civilizados y respetuosos....
Cristian | 18.12.2012
Si bien comparto con el autor el que hoy en dia somos mas los padres que queremos estar presentes en la formacion y crecimiento de nuestros hijos y no solo ser proveedores, tiendo a pensar que exagera cuando dice que son millones los papas que tienen el mismo sufrimiento que ella, lo cual seria muy pero muy triste de ser cierto, no solo por el sufrimiento que tendrian aquellos hombres, sino ademas por el de "millones" de niños al ver a esos "millones" de padres separarse, porque hablamos en ese contexto, el de padres separados obviamente. No me consta y se perderia objetividad si habla de millones y no lo fueran, y me sonaria mas sospechosos discursos oidos hoy por hoy de millones que quieren esto y millones que quieren lo otro, cuando en la realidad no siempre son millones. Digo esto porque me carga la falta de seriedad en las cifras, pues asi se justifican engañosamente las causas en temas esenciales a veces. Si tiene cifras y en efecto son millones, sirvase considerar este comentario en su justa medida, o sea como la preocupacion de un lector de que las argumentaciones sean serias, correctamente apoyadas por la cifras (cualitativa o cuantitativamente).
