La subsecretaria de Desarrollo Social expuso el 31 de octubre en el seminario del CEP
Soledad Arellano: “Excluir la pregunta ‘y11’ genera un problema de comparabilidad y no a la inversa”
08.11.2012
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La subsecretaria de Desarrollo Social expuso el 31 de octubre en el seminario del CEP
08.11.2012
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Vea además:
Seminario en el CEP: El último round por la CASEN 2011
No sabía qué título ponerle a la presentación, porque cuando Arturo (Fontaine) me invitó, tenía pensado hacerles una presentación muy distinta a la que les voy a hacer hoy. Mucho de lo quería presentarles era lo que iba a ser la CASEN 2012, pero ya no vamos a tener CASEN 2012. Y tampoco creo que tenga mucho sentido hablar sobre los cambios que a nosotros como gobierno nos gustaría que hubiera o de lo que se mantuviera en la nueva CASEN 2013, porque la idea de convocar a una comisión transversal que estudie el tema de la medición de la pobreza, que es finalmente lo que va a pasar –vamos a esperar que pase este período medio efervescente políticamente para poder hacer esta discusión tranquilamente, como corresponde–, pero creo que uno tiene que darle todo el respeto y cierta autonomía a esta comisión, y por lo tanto, nosotros esperamos que la CASEN 2013 tenga mucho que ver con las recomendaciones que esta comisión va a hacer y no con lo que al gobierno le gustaría o no mantener de la CASEN 2011. Por eso, no me referiré tanto a elementos como si se hicieron dos submuestras o a los cambios que implementamos, porque esas también son cosas que la comisión va a tener que evaluar y decidir y no es mi intención pautear el trabajo que tendrá esa comisión.
Me referiré, entonces, a algunos aspectos específicos de la CASEN 2011, principalmente técnicos. Lo primero tiene que ver con el error de medición y el error muestral, y por otro lado, profundizar en algunos resultados de CASEN 2011. Aquí les puse dos, pero son varios otros. No sé si alcanzaré a profundizar y al menos ver la parte de los aspectos metodológicos.
Esto ya se ha hablado anteriormente: cuáles son las limitaciones que la comisión de técnicos CASEN planteó en su minuto. Había un alto nivel de error por no respuesta, cuya tasa era relativamente alta en lo que se refiere a medición de ingresos. Había problemas de error de medición en algunos casos de subreporte de variables, especialmente del monto promedio de subsidios, y en otros casos de sobrereportes. También problemas en la precisión de las estimaciones: hay una alta heterogeneidad en el error de muestreo entre comunas. En algunas era de un punto, mientras que en otras, de 21. Si se imaginan que la tasa más alta de pobreza a nivel nacional en 2009 fue de 27% en la Región de la Araucanía, tener un margen de error de 21 puntos es como la posibilidad de tener cero y tener el doble. Además, mucha política pública que se basa en estas estimaciones de pobreza comunal. El error absoluto promedio, siete puntos porcentuales. El error que tuvo la CASEN 2009 en la tasa de pobreza a nivel nacional fue de 0,7. Esto lo digo para que dimensionen la diferencia entre el margen de error a nivel nacional y comunal.
Sobre la periodicidad del levantamiento, la misma comisión estableció que cada tres años no es suficiente. Se criticó que había poca especialización en el propio Mideplan y en la consultora encargada de recolectar los datos, que era necesario fortalecer la capacidad técnica. Y también se hizo un llamado a estudiar más la calidad de los datos. En el fondo, se planteó que la CASEN era una encuesta muy rica, con mucha información, pero que no se le sacaba todo el jugo. Aquí, tenemos que reconocer que no se le sacaba todo el jugo y que a nosotros aún nos cuesta sacárselo a la CASEN 2011 no sólo en la parte de contenidos de caracterización socioeconómica, que es el principal desafío que uno tiene en relación a esta encuesta, sino que también en el mejor entendimiento de lo que hay detrás de la calidad de los datos. Ya no es sólo el valor del dato, sino que su calidad, porque se realizaba poca investigación.
Hay un quinto punto que no está acá (página 2 de su presentación) pero que tiene que ver con las institucionalidad, sobre el que también se hizo recomendaciones. En ese minuto, la comisión de técnicos CASEN no hablaba de tener un INE autónomo ni tampoco de traspasarlo a una institución independiente, pero sí de la necesidad de fortalecer la institucionalidad. Específicamente, su propuesta fue la de tener un comité técnico o un directorio que velara y supervisara todo el proceso.
Me voy a referir a dos temas acá: primero, la medición de ingresos, principalmente lo que tiene que ver con el error de medición de la encuesta; y en segundo lugar, con la precisión de las estimaciones con el error de muestreo. Qué fue lo que se hizo en cada uno de esos temas con la periodicidad del levantamiento, no voy a profundizar mucho, y sobre la calidad de los datos, les voy a decir las líneas de investigación que estamos realizando.
“Lo ideal es tener todas las técnicas de evaluación (para el pre-testeo), pero en la vida real sabemos que no vivimos en un mundo de la maximización, sino en uno de la optimización, donde tenemos ciertas restricciones y tenemos que elegir la mejor alternativa”.
Los mecanismos más utilizados para disminuir el error de medición en general son, de acuerdo a la literatura especializada, la estandarización de la entrevista y el diseño del cuestionario. Hay técnicas de evaluación de peguntas que tienen que ver con recolección de datos, técnicas que no tienen recolección de datos, está la revisión de expertos, la prueba de campo, el cuestionario piloto, la evaluación con encuestadores, las entrevistas cognitivas que pueden ser directamente al encuestado con un tercero que registra en base a un formulario específico, mientras se realiza la encuesta, qué es lo que está pasando: si la persona entendió la pregunta, si se demoró, si hubo que explicarle dos veces, etcétera. Todas estas técnicas de evaluación de preguntas son el pre-testeo de un cuestionario. Y aquí quiero distinguir lo que son las técnicas para evaluar un cuestionario de lo que comúnmente uno tiene a identificar como pre-test.
El pre-test “convencional” agrupa los dos últimos elementos: la prueba de campo y la evaluación con encuestadores o las sesiones de discusión grupal. Esta última se puede realizar de dos maneras: a través de reuniones con encuestadores en las que responden formularios estandarizados o en discusiones semi abiertas guiadas sobre las preguntas que uno quiere responder. De acuerdo a la literatura especializada, no hay un mecanismo que sea superior a los otros, porque cada uno entrega distintos elementos. Por ejemplo, la prueba de campo nos puede entregar información respecto a cuál es la tasa de no respuesta o de respuesta que tienen las preguntas. También respecto a medir aspectos cuantitativos de una alternativa versus la otra. Pero si la persona entendió o no la pregunta o si el encuestador sabe y entiende lo que está preguntando, no lo alcanza a capturar la prueba de campo. Si hay una pregunta que incomoda a las personas, eso no lo capta la prueba de campo. Y es importante, como técnica de evaluación, que se consideren todos esos aspectos. Por supuesto, lo ideal es tenerlas todas, pero en la vida real sabemos que no vivimos en un mundo de la maximización, sino en uno de la optimización, donde tenemos ciertas restricciones y tenemos que elegir la mejor alternativa.
¿Cuáles son las técnicas de evaluación de preguntas que se usaron en CASEN 2011? Está la revisión de expertos, que se hizo en temas metodólogicos de la encuesta y que tienen que ver con revisión del flujo del cuestionario, fijarse el fraseo de las preguntas, y también con contenido: qué es lo que estamos preguntando y qué es lo adecuado. La prueba de campo, que se implementó ya cuando Microdatos era el contratista; evaluaciones con encuestadores y jefes de grupo a través de los formularios estandarizados y de sesiones de discusión grupal; y además, un proceso de interacción permanente con Microdatos, pero es importante tener en cuenta que las decisiones finales que tienen que ver con el cuestionario son responsabilidad del Ministerio de Desarrollo Social. La información que recibimos por parte de todas las personas con las cuales interactuamos –expertos externos, internos y Microdatos– son sugerencias y recomendaciones, pero finalmente es el ministerio el que toma las decisiones.
El trabajo de revisión del cuestionario consideró los siguientes objetivos: en primer lugar, mejorar la calidad de los datos en función de disminuir el error de medición. Por otro lado, mejorar la medición de los ingresos laborales, que es un punto muy importante. Se planteó desde el principio que uno de los objetivos de la encuesta tenía que ser el poder entender qué había detrás de los ingresos laborales, y para ello, necesitábamos que estuvieran bien identificados. También introducir otras modificaciones sugeridas por las Comisiones de Expertos, especialmente aquellas que se relacionan con la medición de la pobreza. ¿Cuáles eran estas recomendaciones? Un ejemplo fue alargar un poco el período de referencia de los ingresos. Esto no apunta necesariamente a tener una medida de ingreso trimestral, que podría hacerse, porque una medida de ingreso trimestral tiene menos variabilidad que una mensual, sin embargo, otra manera de implementar esto fue simplemente alargar el período y tener ingresos mensuales de un período más largo. Hay distintas formas para hacerlo: la preocupación acá estaba en que la tasa de no respuesta, especialmente la de 2009 –que fue particularmente alta–, no tuviera que ver con que los ingresos efectivamente fueran cero en esa persona en el tiempo, sino que lo pillaron justo en un mal mes. Un tema de volatilidad de los ingresos laborales metidos entremedio. Y por último, el cuarto objetivo fue preservar la comparabilidad con encuestas anteriores.
¿Qué fue lo que pasó en la revisión de expertos en el módulo de ingresos? Me refiero a este módulo porque entiendo que es el que más motiva el interés, pero es importante que sepan que hay otros módulos en la encuesta CASEN 2011 que también sufrieron cambios importantes que no tenían un impacto tan directo en la medición de la pobreza, pero sí en la medición de los indicadores, como el módulo de vivienda, que sufrió cambios importantes. Hubo modificaciones en el cuestionario en lo que tiene que ver con la discapacidad y un cambio bastante importante en la forma en cómo se capturó el registro de residentes, de modo de unificar qué es lo que se entiende por hogar y núcleo. Pero aquí me voy a referir sólo a lo que tiene que ver con el módulo de ingreso.
¿Cuáles fueron los aspectos que se relevaron al principio? Actualizar bonos y transferencias del Estado, porque hay subsidios que se crean y otros que desaparecen; mejorar diseño gráfico e instrucciones del cuestionario, para facilitar su aplicación, ya que había cosas tan simples como que el formato del cuestionario era demasiado chico y era muy complicado de responder; conocer la situación de ingresos más estable de los hogares –esto es lo que les decía de que a veces los ingresos cero pueden reflejar volatilidad en el mercado laboral–. También mejorar la identificación de los ingresos de ocupación secundaria, que es un tema que no ha sido muy destacado, pero antes en la categoría de la ocupación principal se mantenía para la ocupación secundaria, y es posible que no sea la misma: que una persona sea asalariada en su ocupación principal y trabajador independiente en la secundaria. Eso antes se mantenía exactamente igual y en el proceso de ajuste de cuentas nacionales tenía un impacto que a esta altura no ha sido calculado, pero más allá de todo eso, esto apunta a tener una mejor medición de los ingresos. Es importante, si nuestro objetivo es entender mejor los ingresos laborales, identificar los provenientes de una ocupación secundaria y en qué calidad se están obteniendo.
El último aspecto relevado fue mejorar la correspondencia entre situación laboral de los hogares y su obtención de ingresos. ¿Qué es lo que pasaba acá? La situación laboral de las personas –si son ocupadas, desocupadas o inactivas– se determinaba en función del estatus la semana pasada, mientras que la captura de ingresos que uno hace corresponde al mes pasado, por lo que había una falta de correspondencia entre el período de referencia. De alguna manera, el diseño del cuestionario anterior tenía algo así como un supuesto de que las personas inactivas o desocupadas no tenían ingresos laborales o que eran de menor importancia. Esa inconsistencia entre el período de referencia, implicaba que no se podían identificar los ingresos laborales de esas personas, que podrían haber sido cero, pero no tiene por qué ser cierto. Y si lo que queremos es entender la dinámica de los ingresos laborales, especialmente en un grupo tan importante como el de los desocupados, era importante poder identificarlos.Lo que tenemos aquí (página 9 de su presentación) es el flujo de preguntas de ingresos hasta el año 2009. Al comienzo del cuestionario la persona es discriminada respecto a si es asalariada o empleador o independiente. Si es asalariada, el flujo va por una parte; y si es empleador o independiente, por otra. Y todo ese grupo de preguntas son las que corresponden al trabajo regular, ya sea principal u ocupación secundaria. ¿Qué pasaba con las personas que no son ni asalariados ni empleadores ni independientes? Se saltaban esta parte. Entonces la pregunta que quedaba era dónde se registran los ingresos de un trabajo regular de quienes, habiendo recibido ingresos el mes anterior, la semana previa estaban tipificados como desocupadas o inactivas o como familiar no remunerado. La pregunta “y14” –estos números corresponden a la nomenclatura del cuestionario de 2011 y en 2009 correspondía a la pregunta “y13”– es la que se refiere a los “ingresos por trabajos ocasionales” y aquí abajo, en la pregunta “y18” se preguntaba por “otros ingresos”.
Una persona que no era asalariada ni empleador ni trabajador independiente se saltaba toda la primera parte del cuestionario y al llegar a la última parte, podía declarar sus ingresos en la “y14” o en la “y18”. El hecho de que no se identificaran de forma adecuada los ingresos laborales no implica que no se capturaran. Lo que pasaba es que si estaban en el “y14” no importaba, porque al final eran considerados como ingresos del trabajo. El problema era con los ingresos que se declaraban en la “y18”, que teóricamente son los ingresos regulares que estas personas podrían haber declarado en esa pregunta. Entonces, el punto importante a discutir no es si hay una nueva pregunta, sino que si los ingresos eran o no capturados anteriormente. Nosotros creemos que sí y que estaban capturados en alguna de esas dos preguntas.
Juan Carlos (Feres), que está ahí sentado, cuando vino la vez pasada al seminario del CEP (ver presentación de Feres el 11 de septiembre pasado), dijo que le gustaría ver cuáles eran los registros de que las personas habían declarado en el cuestionario de 2009. En la encuesta CASEN nunca se había codificado esta pregunta en “especifique” (espacio destinado junto a la pregunta para especificar el motivo del ingreso). Esto que está acá (página 14 de su presentación) son las respuestas que las personas dieron en 2009 a la pregunta “especifique”, que sólo fue codificada ese año, cuando el contratista fue la Universidad Alberto Hurtado. Éstos son los 40 primeros registros que tiene la base de datos en la respuesta a la pregunta “especifique” de los desocupados. Porque aquí lo relevante es saber si los desocupados, inactivos o familiares no remunerados registraban efectivamente o no sus ingresos laborales aquí.
“El punto importante a discutir no es si hay una nueva pregunta, sino que si los ingresos eran o no capturados anteriormente. Nosotros creemos que sí y que estaban capturados en alguna de esas dos preguntas”.
En el cuadro, se pueden ver en celeste las respuestas que uno tiende a pensar que tienen que ver con ingresos laborales: asistencia de párvulos, comercio, obrero metro ruma, pescador, pintura de casa, pololos de vez en cuando, trabajo eventual, trabajo esporádico sin contrato, entre otros. Lo que esto nos muestra es que tenemos ingresos laborales en la pregunta “otros ingresos” (“y18”). Y también hay otras cosas. La devolución de impuestos, que es un tema que también surgió en la etapa de prueba de campo: si las personas estaban declarando este ítem en esta pregunta, y que no debería considerarse entre los ingresos corrientes, razón que nos llevó a tener una pregunta específica en la que se pregunta por la devolución de impuestos para asegurarnos de que se está excluyendo. Había también finiquitos y licencias médicas e algunos ingresos que vienen del mes ante pasado.
El siguiente cuadro (página 15 de su presentación) son las respuestas de los inactivos: 70 varas de leña de un hijo, arrienda pieza dentro de su casa, clases particulares, colectivo, corta leña, cosecha de ají, cultivo y venta de flores y de nuevo tenemos devolución de impuestos. Y en el cuadro que viene después (página 16) están los siete registros de familiares no remunerados. ¿Qué les quiero mostrar con esto? Cuando les muestro este flujo y decimos que las personas que no eran asalariados ni empleadores ni trabajadores independientes declaraban sus ingresos laborales en las preguntas “y14” e “y18”, es verdad. Hay registros de eso. Uno puede discutir cuántos registros hay, pero el punto es que se declaraban esa pregunta y efectivamente estaban siendo considerados dentro de los ingresos totales en los años anteriores.
La inconsistencia entre los períodos de referencia para la situación ocupacional y la captura de ingresos, fue planteada en la primera fase de talleres con externos, en mayo de 2011. Se recibió retroalimentación que apoyaba la idea de mejorar la coherencia entre los módulos de trabajo y los de ingresos. La prueba de campo incorporó la pregunta “otros ingresos” y en las sesiones posteriores de discusión grupal en las que participan los equipos de Microdatos, del Ministerio de Desarrollo Social (MDS) y los encuestadores, vuelve a surgir este punto: lo que se plantea es que los encuestadores sigan preguntando dónde se reportan estos ingresos.
En estas sesiones de sesiones de discusión grupal surgen infinitos puntos y se plantean muchas cosas. Después de eso hay una reunión del equipo del MDS con el de Microdatos en donde se comienza a ponderar cuál es la importancia de las preguntas, porque obviamente no todos los puntos que aparecen son situaciones frecuentes, sino que a veces tienen mucho que ver con hechos puntuales en virtud de los cuales no se puede cambiar todo un cuestionario. En esta reunión se nos planteó que este tema, el de los ingresos laborales de las personas que no estaban ocupadas la semana anterior, era la segunda consulta más frecuente que recibían los encuestadores y los jefes de grupo –la primera era la devolución de impuestos, pero para esta etapa ya había sido resuelta–.
La forma como se respondía era que se le entregaba instrucciones explícitas a los encuestadores para registrar estos ingresos en la pregunta “otros ingresos” –la actual “y18” y que en 2009 era la “y17”– y eso es lo que refleja la tabla que mostré anteriormente.
Lamentablemente, lo que muestra el trabajo de la CASEN, es que los manuales nunca se actualizaron. De hecho, en la práctica, sólo se modificaban las nuevas preguntas, pero no las antiguas.
En atención al objetivo de capturar de menor manera los ingresos generados en el mercado laborar, y a la evidencia de los problemas que puede generar a los encuestadores la clasificación de estos casos en el trabajo de campo, es que finalmente se decidió incorporar la pregunta “y11”.
A partir de la CASEN 2011, si nos volvemos a preguntar dónde se registran los ingresos del trabajo regular de las personas que no estaban ocupadas la semana pasada, pero que tuvieron ingresos por un trabajo regular el mes anterior, es ahora en el mismo cuestionario donde se agrega específicamente esa pregunta.
Es importante tener en cuenta que el tratamiento que CEPAL hizo a la variable “otros ingresos” es la misma que se le dio a la pregunta “y11”. Si se hubiera ajustado una y la otra no, ahí sí habríamos tenido problemas de comparabilidad, pero no se hizo ningún cambio en ninguno de los dos casos. Por otro lado, es el mismo concepto de lo que ocurrió en 2006, cuando se incorporaron 22 nuevos campos de registro que no eran nuevas fuentes de ingreso, sino que eran capturados en la variable otros ingresos. No hay problema de comparabilidad porque los ingresos que captura la pregunta (“y11”) ya estaban capturados antes en la variable “otros ingresos”, y es en ese sentido que el planteamiento del MDS es que haber excluido los ingresos reportados en la pregunta “y11” es lo que genera un problema de comparabilidad y no a la inversa.
No sé si alguno ha leído la famosa minuta de la “y11”. Este es el párrafo que resume lo que les acabo de decir, nuestra visión de que excluir la pregunta es la que genera los problemas de comparabilidad y no su inclusión:
Dadas todas las consideraciones anteriores, creemos que la inclusión de la nueva variable, y11a, no implica la inclusión de nuevos ingresos y, por el contrario, su exclusión lleva, necesariamente, a la exclusión de ciertos ingresos que, para el año 2009, se entendían parte integrante del ingreso autónomo del hogar. En este sentido, es la exclusión de la variable y11a la que genera problemas de comparabilidad y no su inclusión. Más aún, en términos de consistencia metodológica vemos que excluir la variable y11a es una excepción a los criterios anteriormente utilizados para resolver estos casos.
Todo esto, en todo caso, está publicado en el sitio web del ministerio. La otra vez salió en el diario que el pre-test aún no está publicado, pero lo cierto es que sí lo está desde al menos hace dos semanas y me atrevería a decir que desde hace tres.
¿Cuáles fueron los resultados? Con los distintos mecanismos que se utilizaron no sólo en el trabajo del cuestionario, sino que también en la incorporación de tarjetas de respuesta y otras cosas, se determinó una disminución en la tasa de no respuesta, llevada a niveles similares a lo que se tenía en 2006: logramos bajarla desde el 8,8 en 2009, algo que aparece en los informes de CEPAL, que también están publicados en el sitio web. Hay una caída en la tasa de no respuesta de todos los distintos indicadores de ingreso, que es parte de los objetivos que nos planteamos al momento de hacer el cuestionario.
Sobre el error de muestreo, quiero hacer hincapié en dos puntos: había una alta imprecisión en lo que tiene que ver con el error en las comunas. Si se fijan, aquí (página 28 de su presentación) estamos comparando Macul y Renaico, que tienen dos tasas de pobreza bastante distintos. Una tiene casi el doble que la otra, pero están en el intervalo de confianza porque los errores muestrales eran muy grandes. Tampoco podíamos hacer comparaciones intertemporales. La solución que se implementó aquí fue aumentar el tamaño muestral de la encuesta en términos generales para mejorar la precisión de la estimación regional. El ministerio abandonó el objetivo de mejorar la precisión de las estimaciones comunales porque nos hubiera requerido una encuesta de cómo 500.000 hogares, que es absolutamente impracticable. Era imposible. Por lo tanto, se abandonó ese objetivo y se privilegió la estimación regional, y ahí lo que hicimos fue tratar de que el error estuviera dentro del rango entre el 1% y el 4%. Además, que la situación de 2011 no fuera peor que la de 2009.
“La otra vez salió en el diario que el pre-test aún no está publicado, pero lo cierto es que sí lo está desde al menos hace dos semanas y me atrevería a decir que desde hace tres”.
El hecho de abandonar la precisión comunal no implica que no nos interesen las estadísticas comunales, sino que se están utilizando otras técnicas para estimar la pobreza a nivel comunal. Tenemos un trabajo que ya desarrollamos para 2009 en el que se hicieron estimaciones de pobreza comunal y vamos a volver a hacerlo para 2011. Es importante tener en cuenta que el diseño de la muestra lo está haciendo el INE, un paso anticipado del mayor rol que en el futuro tendrá esa institución en todo esto.
Aquí está cómo se ha determinado la muestra y cuáles fueron los errores a los que estábamos apuntando (página 29), y lo que les quiero mostrar es lo siguiente: en la sesión anterior en el CEP, se habló de que el MDS había aumentado el tamaño de la muestra en las regiones extremas, y eso es cierto. Si ven esta tabla (página 31) y comparan el peso de Arica y Parinacota, se darán cuenta que antes casi el 1% de la muestra estaba en esa región y ahora es el 4%. Aumentó el peso de Tarapacá, Antofagasta, etcétera. Sin embargo, se sugirió que, dado que la pobreza disminuyó fuerte en Aysén y Magallanes, Esa reducción tenía algo que ver con el cambio en la distribución de la encuesta. Pero quiero diferenciar dos cosas: una tiene que ver con la precisión del tamaño de la muestra y la otra con el peso final que alguien tiene en la encuesta. El hecho de que hayamos aumentado el peso de estas regiones, contribuye a disminuir en ellas el error muestral. Y que tengan un mayor peso en las entrevistas, no implica que pesen más en la muestra total, porque cada región se multiplica por su factor de expansión. Entonces, el peso de cada región no está dado por el número de entrevistas, sino que por su población.
Lo anterior se demuestra en el este cuadro (página 32): cómo cayó el error muestral en las regiones de Aysén y de Arica y Parinacota. Lo importante es tener en cuenta que el objetivo de este cambio en el diseño muestral apuntaba a aumentar la precisión de los estimadores, específicamente los regionales, porque hay muchas decisiones de política pública que se toman en base a estos indicadores y no podíamos darnos el lujo de tener estos intervalos de confianza tan grandes. Pero eso no tiene impacto alguno en las estimaciones finales de las tasas nacionales, porque para eso existen los factores de expansión.
Pasemos a la institucionalidad, que es lo que está pasando ahora. Hay una nueva institucionalidad con un INE autónomo y creo que es un paso adecuado. Esperamos que esa autonomía alcance a estar lista para la próxima encuesta CASEN, la de 2013. El proyecto de ley ingresa en noviembre para tramitarse en el Congreso. El MDS debería tener el rol de contraparte técnica, igual como lo tienen los distintos ministerios con las encuestas que realiza actualmente el INE. La idea es que el INE sea el que hace los cálculos y el que organiza el levantamiento –ya sea en forma directa o si lo quiere subcontratar, será una decisión del mismo INE– y nosotros mantendríamos el papel de contraparte técnica que da el contenido a la encuesta.
Estamos también en el proceso de revisión de la línea de la pobreza. Yo no estuve cuando se anunció que se suspendía la encuesta CASEN 2012, pero se dieron tres noticias al mismo tiempo: la suspensión de la encuesta, la creación del INE autónomo y la revisión de la línea de la pobreza, que creo que es la más importante. Es una decisión que se ha venido postergando desde hace muchos años que claramente va a implicar un aumento en los niveles de pobreza, porque si ponemos una vara más exigente necesariamente vamos a obtener resultados con una mayor tasa de pobreza. Creo que es la mejor decisión que se podría tomar en este momento. Va a tener un impacto muy importante en términos de política pública, porque nos va a obligar a ver cómo es nuestro grupo de personas que viven en situación de pobreza y cuáles son sus necesidades, que claramente no serán las mismas que estamos viendo actualmente.
Quiero terminar recalcando la importancia de tener una medición anual, que no necesariamente tiene que hacerse con el mismo cuestionario que se va a hacer ahora. De hecho, la comisión de técnicos CASEN había acordado que una vez que esto entrara en régimen, se acortara el cuestionario. Pero creo que sí es muy importante mantener lo que tiene que ver con los ingresos y la medición de la pobreza anual. Hay muchas cosas que uno aprende en términos de focalización de las políticas sociales que, aunque uno no lo crea, entre un año y otro sí se observan cambios. Tener una información más frecuente va a ser muy útil en el diseño de la política pública.
No es necesario preguntar todas las cosas, porque la propiedad de la calidad de la vivienda no va a cambiar mucho de un año a otro, tampoco la calidad de discapacidad, pero el tema de los ingresos sí cambia y es importante tener una medición anual.