Una reflexión de presente sobre el hospital del futuro

El futuro se ha hecho presente tras la reciente publicación de los presupuestos de salud para el año 2013. Chile afronta la reforma de su sistema sanitario, que va a beneficiarse de un proceso de modernización, en el que está contemplada la construcción de un total de 19 nuevas infraestructuras sanitarias en diversas regiones durante el próximo año.

Para que este paso adelante contribuya de manera realmente profunda y efectiva al desarrollo del sistema público de salud y dote al país y a todos los ciudadanos de unas infraestructuras de calidad, urge detenerse un momento y pararse a pensar hoy cómo deberían ser los hospitales del mañana para que todo este esfuerzo e inversión resulten rentables, no solo desde el punto de vista económico, sino también desde la perspectiva de la viabilidad social y del compromiso medioambiental.

Desde mi faceta de arquitecto especializado en el diseño de centros sanitarios, desde hace ya mucho tiempo practico el sano ejercicio de preguntarme cómo es (o debería ser) el hospital del futuro cada vez que me enfrento a un nuevo proyecto. Y, gracias a la práctica diaria de mi trabajo, creo que he conseguido encontrar algunas respuestas y certezas que me han permitido configurar una suerte de filosofía teórica en torno al edificio sanitario del siglo 21, sustrato del que se alimentan los hospitales que planificamos y creamos en el estudio.

Hay cosas que poco han cambiado con el paso del tiempo: el hospital sigue siendo un lugar en el que se experimentan algunas de las emociones más fuertes que se pueden sentir en la vida, desde el nacimiento a la muerte. Pero hay otras cosas que, afortunadamente, sí han cambiado: atrás han quedado esos edificios descomunales y laberínticos que predominaron en el siglo pasado, ahora la arquitectura debe dar prioridad a los usuarios, recuperar el factor humano y tomar al individuo como medida de referencia, teniendo en cuenta las necesidades de pacientes, familiares y trabajadores.

Los centros del futuro tienen que estar preparados para saber adaptarse y afrontar con flexibilidad las constantes innovaciones y las nuevas tendencias de la medicina. Y son lugares a los que debemos exigir un compromiso con el medio ambiente y la sustentabilidad.

Nosotros, como dice una conocida campaña publicitaria, “pensamos en verde” porque nuestro modelo de centro sanitario para el siglo 21 es un “hospital-jardín”, donde el entorno verde tiene un papel determinante tanto en el proceso curativo como en el comportamiento energético del edificio. El diseño crea un paisaje equilibrado y armónico, que incorpora elementos que aumentan el confort del usuario, a la vez que desarrolla estrategias que ayudan a minimizar los costes operativos, maximizar el retorno de la inversión y reducir el impacto sobre el medio ambiente y su huella ecológica.

Nuestro “hospital del siglo 21” descansa en dos conceptos fundamentales que, con el paso del tiempo, se han convertido en nuestras señas de identidad: el modelo de “hospital aeroportuario” y el uso de una “arquitectura curativa” activa.

Con el término “hospital aeroportuario”, recogemos nuestra experiencia en el sector del transporte para aplicarla al campo hospitalario, especialmente en aspectos como la necesidad de que el edificio tenga un rápida adaptación a diferentes escenarios, el estudio y análisis de los flujos de circulación de individuos, la importancia de una orientación intuitiva o la responsabilidad medioambiental. Tomando un aeropuerto como punto de referencia, en un hospital los pacientes se corresponderían con los pasajeros, individuos en situación de estrés, a los que la arquitectura debe reducir su nivel de ansiedad; los médicos encuentran su correlato en los pilotos y las enfermeras cumplirían la función de azafatas.

El “hospital aeroportuario” está planteado con una flexibilidad constructiva que permite un crecimiento ante nuevas necesidades y situaciones, sin descuidar jamás el bienestar del individuo, gracias a la optimización y clarificación de las circulaciones de pacientes, familiares y personal sanitario, evitando la existencia de superficies redundantes y rígidas que dificulten la orientación de los usuarios.

Al igual que un aeropuerto, el edificio hospitalario es un gran consumidor de energía y recursos, ya que tiene que estar en funcionamiento todos los días del año, durante las 24 horas del día, por lo que, desde el punto de vista medioambiental, es necesario un edificio capaz de afrontar satisfactoriamente el reto de la sostenibilidad.

Como arquitectos tenemos, además, la labor social de contribuir, en nuestra medida, a la curación, el confort y bienestar del usuario, usando la arquitectura como única arma para evitar sobrecargar de negatividad la experiencia hospitalaria de cada individuo. A esta práctica la denominamos “arquitectura curativa” y hace referencia al diseño que busca el bienestar del paciente, de los familiares que lo acompañan y del personal que trabaja en estos centros. El aprovechamiento de la luz natural, la presencia continua de vegetación en los patios y cubiertas o el estudio detallado del empleo de los colores son solo algunas de las decisiones arquitectónicas que pueden minimizar el estrés que supone una estancia en el hospital y favorecer la recuperación del paciente.

En definitiva, Chile se enfrenta al enorme reto de sentar las bases de su sistema sanitario presente y futuro. Hoy es el momento de pensar los hospitales del mañana. Nosotros llevamos haciéndolo desde 2004 y seguiremos haciéndolo tanto en la teoría como en la práctica, diseñando hospitales para el siglo 21 socialmente viables, económicamente rentables y medioambientalmente sostenibles.

(*)Luis Vidal es arquitecto y fundador de Luis Vidal + Arquitectos (Madrid, España), uno de los estudios más cualificados a nivel internacional en el diseño y construcción de aeropuertos, así como en el ámbito de la arquitectura sanitaria. Autores de la Terminal T2a del Aeropuerto de Heathrow (Londres), Luis Vidal + Arquitectos también ha participado en el diseño de una docena de centros hospitalarios. Entre sus reconocimientos destaca el Premio al Mejor proyecto sanitario, otorgado por la Academia Internacional de Diseño y Salud, por el Nuevo Hospital de Vigo (España), actualmente en construcción. Más información en www.luisvidal.com